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El partido empezó con el ambiente algo frío en la grada, y eso lo notaron los equipos, que pusieron un altísimo ritmo de juego, pero no de acierto. Veritas fue tomando ventajas gracias a dos triples casi seguidos de su Caballero Silva, un elegante ‘swing-man’ (chico para todo), con gran peso específico en el equipo. Al final del primer parcial de ocho minutos, los visitantes dominaban por seis puntos (10-16).
En el segundo cuarto Retamar enseñó por primera vez su dentadura. Motivados ante su mayor acierto, y con la instrucción clara de no bajar el ritmo bajo ningún concepto (los escualos si se paran, mueren), engancharon la embarcación de sus rivales y se pegaron a ella hasta el descanso.
Los Caballeros de Javier Casero, con más altura en su plantilla, se encomendaron entonces a Herrero, un jugador de hockey ganado a tiempo para la Copa ColegialABC. Su acierto, sus brazos largos, y la bocina que marcaba el tiempo de descanso, impidieron que los Tiburones de Retamar le dieran la vuelta al marcador (29-33).
La fulgurante salida en tromba de Veritas en la reanudación, ayudados por un ambiente en las gradas ya inmejorable (la afición de los Caballeros Negros se desplazó y vibró con el colegio), les dio una renta por encima de los diez puntos a lo largo de todo el cuarto. La consigna parecía clara: ‘run and gun’, que traducido libremente del inglés sería algo como: a zumbar en contraataque a la mínima oportunidad. Solamente el fallo en los tiros libres impidió a Veritas romper definitivamente el choque (37-47).
Retamar estaba tocado. El arpón en la dura piel de los tiburones dolía… pero un tiburón herido es peligroso. Un parcial de 14-2 en los primeros minutos del último cuarto, dio la vuelta al choque, que se encaminó hacia el típico final de partido auténticamente colegial: ambos llegaban con opciones, y la grada vibraba con las rápidas acciones, la lucha sin cuartel, las ganas de pasar a la siguiente ronda de los dos equipos: no había tiempo de tomar prisioneros. Un 53-52 favorable a los escualos locales, asustó por un instante a la afición de Veritas, que rápidamente entendió que su colegio les necesitaba. Y a la vuelta de un oportuno tiempo muerto, con Herrera y Silva como Caballeros con galones de mando, Veritas fue capaz de ponerle al partido una marcha superior para alejarse definitivamente de esas peligrosas aguas.
La victoria por 53-59, lleva la ilusión de este colegio ‘rookie’ en la Copa Colegial ABC a soñar con un nuevo viernes lleno de intensidad y emociones.
Retamar se despide esta vez como solía despedirse aquel tiburón de Spielberg de los asustados bañistas: sabemos que volveremos a verlos el año que viene, y seguro que serán más peligrosos todavía.
Lástima que hoy les haya faltado el Gran Tiburón Blanco…