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Copa Colegial ABC 2009 | |
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| A la tercera fue la vencida ¡Estudio Campeón! | ||
| Crónica y fotos: Alvaro Rigal - 28/4/2009 | ||
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En todo el planeta existen millones de canchas de baloncesto, pero son muy pocas las que alcanzan la categoría de templos. Nos referimos a aquellas pistas en las que al entrar siente el peso de la historia, se escuchan ecos de miles de balones que allí han botado, se siente la magia flotando en el aire. Pensamos por supuesto en el Madison Square Garden o en el Fórum de Los Ángeles, pero también en algunos que tenemos más cerca. El Colegio Estudio es uno de esos lugares. En las imponentes paredes de cemento del Pabellón Paco Hernández cuelgan los Estandartes que atestiguan los muchos momentos míticos del baloncesto colegial que allí han tenido lugar, y las jugadoras que ya han empezado a calentar no pueden evitar que se les escape alguna mirada de reojo en dirección a esas gloriosas enseñas de triunfo. Estamos en la Gran Final de la Copa Colegial. El escenario en el que han soñado verse cientos de chicas a lo largo del campeonato. Sólo treinta de ellas están aquí. Y están dispuestas a todo. De un lado, las vigentes campeonas de Agustiniano Lobas, una temible manada que ha ido dejando en la cuneta a Irlandesas, Joyfe y Corazonistas, siempre con victorias por encima de los diez puntos, en un feroz recorrido en busca del ansiado “back to back”. Del otro, las ambiciosas Halcones de Estudio, que tras deshacerse con claridad de Montealto, Valdeluz y San José del Parque, no piensan dejar que el título vuele de su nido. No, no otra vez: después de dos subcampeonatos consecutivos, esta generación está lista para consagrarse. En la grada ondea un convincente lema: “A la tercera va la vencida”. Es la final que todos esperábamos, el eterno duelo de dinastías, los viejos rivales mirándose a los ojos una vez más. El tiempo vuela y el pabellón es una fiesta. Por megafonía suenan los Beach Boys, las aficiones calientan la voz y atruenan las primeras ovaciones en las presentaciones de los equipos. Tres minutos. Un minuto. Balón al aire. Ha comenzado El Partido. Apenas han pasado tres segundos y Estudio inaugura el marcador con una fulgurante transición de Marta García Montero, siempre un paso por delante de las demás. La velocidad de la acción parece un aviso al público: “¡El que se despiste se pierde el espectáculo!”. Sin embargo, en los primeros minutos se mantiene la tónica habitual de los encuentros decisivos y las jugadoras tienen problemas para controlar los nervios, produciéndose fallos en ambos aros. La primera en agarrar con decisión los mandos del partido es la sensacional base de Agustiniano, Aurora Mínguez, que ya había sido la máxima anotadora de su equipo en el difícil partido de semifinales contra Corazonistas. Mínguez marca el ritmo y reparte el juego entre sus compañeras con exquisita elegancia. Dicen los que saben que a los buenos pívots los hacen los bases, y en este caso, la joven playmaker no deja de surtir de buenos balones a Clara Martínez y Bea García, que hacen mucho daño en el poste bajo. Las Halcones van muy bien al rebote de ataque, pero tienen problemas para convertirlos en canasta, fallando tiros claros debajo del aro. A los cinco minutos, el marcador refleja un 2-7 que obliga a Coach Murillo a pedir el primer tiempo muerto. Tras la pausa, el partido coge ritmo. Dos buenas acciones de Marta García Montero (seis puntos en este cuarto) ponen el marcador en 8-10, pero el primer intento de Estudio de igualar la contienda se topa con un brutal tapón de Clara Martínez. La sonrisa en los seguidores de Agustiniano apenas dura unos instantes, los transcurridos hasta que el balón llega al otro aro y aparece Irene de Santos para responder con otra monumental “gorra”, mientras su mirada desafiante parece decir “No en mi casa” al más puro estilo Dikembe Mutombo. ¡El espectáculo ya está en marcha! La bocina que anuncia el final del primer cuarto es acogida con desagrado por todos, el partido se está calentando y nadie quiere parar ni un minuto. DESPEGAN LAS HALCONES La gran Cintia del Amo se ha mostrado errática en el primer cuarto, pero todos sabemos que eso no puede durar. Pronto comienza a pedir balones en la pintura y su duelo con Clara Martínez echa chispas. El emparejamiento de “centers” no tiene nada que envidiar a los choques entre Abdul-Jabbar y Robert Parish, y créanme que Fernando Martín y Audie Norris podrían haber aprendido un par de cosas de estas chicas, que se fajan sin descanso en un intenso cuerpo a cuerpo. Del Amo parece tomar ventaja, provocándole dos faltas seguidas a su defensora y anotando un total de ocho puntos en el segundo cuarto. Todo un referente al que se aferran sus compañeras, que se van contagiando de su garra. En efecto, las chicas de Estudio comienzan a soltarse, fluyen los contraataques, y el color amarillo vuela por la cancha con la velocidad y precisión que sólo los Halcones tienen. Un par de canastas de Lucía Gómez dan oxígeno a las Lobas, pero es evidente que el partido está cambiando de signo. El gran trabajo defensivo de las chicas de Estudio, (con Andrea Prieto como punta de lanza) y los consiguientes contraataques provocan un fulgurante cambio en el marcador. En cinco minutos se ha pasado del 8-16 al 17-18. Las Halcones están a punto de culminar la remontada y lo hacen con un gran triple desde la diagonal a cargo de Marina Alguacil, cuya muñeca de seda aún daría más alegrías a su equipo. Estudio se ve obligado a hacer muchos cambios para mantener la intensidad defensiva que les caracteriza, y cada jugadora que se retira exhausta al banquillo es gratificada con una calurosa ovación por parte de su afición. Las chicas de Estudio están dando toda una lección de sacrificio individual en favor del colectivo. El descanso está a la vuelta de la esquina y el tanteo sigue igualadísimo, pero aún queda una sorpresa más: cuando expiran los últimos segundos, Marga Recarte clava un impresionante triple sobre la bocina que enardece al graderío. Es una canasta devastadora para las Lobas desde el punto de vista psicológico, ya que, aunque la diferencia sólo es de cuatro puntos, las caras de las jugadoras de uno y otro equipo son muy distintas mientras se retiran a los vestuarios. En el intermedio, Coach Arnanz nos comenta sus impresiones hasta el momento: “Tenemos que defender mucho más y cerrar nuestro rebote. Está siendo un partido muy físico y necesitamos defender y correr…como un equipo de colegio”. Por su parte, Coach Murillo nos cuenta que “las chicas han salido muy nerviosas, hemos fallado muchas canastas fáciles. Agustiniano es un equipazo que juega muy bien sin balón, tenemos que apretar la defensa en el lado débil y seguir corriendo”. IRRUMPE CINTIA DEL AMO Ya había empezado a mostrar sus armas, pero parece que en el descanso ha cogido fuerzas, porque la dominante pívot de Estudio está dispuesta a dinamitar el partido. Aprovechando que su némesis Clara Martínez está en el banquillo, Del Amo consigue seis puntos en apenas dos minutos, además de varios rebotes y un rotundo tapón, colocando a Estudio doce arriba. Coach Arnanz se apresura a poner en pista de nuevo a Martínez, pero esta brecha no va a ser fácil de recuperar. Es evidente que Agustiniano está en serios problemas por primera vez desde que empezó la competición. Faltan ideas para enfrentarse a la zona 2-3 planteada por Estudio y los lanzamientos exteriores encuentran el hierro una y otra vez. De hecho, las Lobas no conseguirán anotar un solo triple en todo el partido, siendo éste un hándicap muy difícil de superar. Ante la muralla de las Halcones, sólo queda echarle corazón, y en ello se aplicaba una valiente Beatriz García, que a base de coraje reduce la distancia a ocho puntos. Justo cuando parece que Agustiniano puede volver a meterse en el partido llegan unos minutos absolutamente escandalosos en lo que a espectáculo baloncestístico se refiere. Las Lobas se han puesto en zona y las Halcones tienen claro el antídoto: sacar el fusil y ajustar el punto de mira. Empieza el festival Marga Recarte, aún caliente por su triplazo al filo del descanso, que enchufa otra de tres. La afición amarilla pega un salto, pero no tiene tiempo de sentarse porque Agustiniano pierde el balón, y para su desgracia cae en las manos de otra jugadora a la que no le tiembla el pulso: Marina Alguacil no duda y ¡bang! ¡Otro triple! En apenas unos instantes, las Halcones se han lanzado a velocidad de vértigo sobre su presa, dos ataques mortíferos que dejan a las Lobas muy tocadas mientras se refugian en un tiempo muerto. Con ese minuto, Agustiniano pretendía tomar aire, pero eso no es posible cuando se está jugando una final, y menos contra unas Halcones absolutamente “on fire”. Primera posesión para el equipo local, Irene de Santos se abre a la esquina y… ¿lo adivinan? ¡Tercer triple consecutivo! Decir que la afición se vuelve loca es quedarse corto, ¡el delirio es absoluto! Y no es para menos, uno se pregunta cuántos profesionales querrían firmar los porcentajes de acierto de estas jugonas desde los 6’25. A falta de cuatro minutos para el final del tercer cuarto, las locales se han puesto quince puntos arriba, su máxima ventaja hasta el momento. Por primera vez, las Halcones sienten que están acariciando el estandarte con las yemas de los dedos, y juegan con el brillo de los ganadores en los ojos. Naturalmente la manada no se va rendir, y a base de orgullo y trabajo consiguen reducir ligeramente la distancia, aunque la última canasta del cuarto es de nuevo amarilla, quedando el marcador 46-34 a falta de un solo periodo. EL ÚLTIMO ALULLIDO DE LAS LOBAS Al comienzo del último cuarto, las Halcones saben que pueden hacer suya esa máxima de los Rolling Stones: “Time is on my side”, y tratan de ralentizar el partido para no perder la ventaja. Coach Murillo pide calma desde la banda, se entra en una dinámica de intercambio de canastas y el tiempo sigue pasando inexorablemente. Cuando sólo quedan tres minutos para el final del partido (¡el final de la Copa!) la situación es la siguiente: tiempo muerto en la cancha y 51-41 en el electrónico. Estudio parece tener la situación bajo control y todo parece indicar que van a romper la maldición de los últimos años, pero después de tantas semanas de competición, sabemos que la Copa Colegial ABC es otro mundo, y que pronosticar el fin de un partido antes de que suene la bocina es poco menos que temerario. Y así debe ser, porque es entonces cuando las Lobas se conjuran y despliegan su célebre zona press 2-2-1, contra la que naufragó la gran Elena Sicilia y el resto de Corazonistas en semifinales. Ya la habían intentado realizar en algunas fases de la final, pero ahora las Halcones van muy justas de fuerzas y comienzan a caer en la trampa una y otra vez. Conseguir pasar la línea de medio campo en menos de ocho segundos se convierte en un reto durísimo para las chicas de Estudio, y las Lobas recuperan el balón, una y otra vez. En este estilo veloz reaparece de nuevo la figura de Aurora Mínguez, que con cinco puntos seguidos deja el marcador en 53-48, forzando a Estudio a pedir un nuevo tiempo muerto. ¡Hay partido! En ese momento revive la afición de Agustiniano, que con energías renovadas comienza a corear consignas de apoyo como un muerto que se hubiera levantado de la tumba…hasta que la hinchada de Estudio responde al unísono como un solo hombre, convirtiendo este minuto en un precioso duelo de gargantas y palmas. Si alguien se pensaba que con la ventaja que había conseguido Estudio, el final iba a ser tranquilo, ya se ha dado cuenta de que en la Copa Colegial eso no ocurre. Las paredes retumban por los gritos de ánimo, queda un minuto y medio. ¡Cuando las jugadoras vuelven a la pista, la emoción se desborda! Marina Alguacil dispone de dos tiros libres y anota el segundo, elevando la ventaja a seis puntos. Agustiniano tiene que atacar rápido y parece que van a lanzar un triple, pero la incombustible Bea García se abre camino entre una selva de brazos para conseguir una canasta ¡con tiro libre adicional! Posible jugada de tres puntos para las Lobas y toda la afición amarilla mordiéndose las uñas. García lanza desde la fatídica línea, el balón golpea varias veces en el aro y finalmente se sale…provocando que miles de manos se alcen desesperadamente en busca de ese rebote que puede valer una Copa. Dos colegios enteros están peleando ese rebote, que tras varios palmeos, cae en las manos de Marta García Montero (¿de quién si no?). La carismática jugadora de Estudio recibe falta y anota el primer tiro libre pero falla el segundo. La pelea por hacerse con la bola es de nuevo agónica, y una jugadora de cada equipo la agarra como si le fuera la vida en ello. Es evidente que ninguna la va a soltar, se pita lucha, cientos de miradas se dirigen al unísono hacia la flecha de posesión…es balón para Estudio. ¿Es el final del partido? En absoluto, ya que en pocos segundos, Agustiniano ha recuperado el balón tras un mal tiro y corren, vuelan, hacia la canasta contraria, donde Verónica Crecis culmina el contraataque. ¡Agustiniano se pone a tres! El partido está desatado, las jugadoras son todo corazón y se mueven por instintos… ¡las Lobas se abalanzan salvajemente sobre el campo contrario para tratar de robar el balón! Tanto es así que se pasan de revoluciones y desguarnecen su propio aro, con lo que las Halcones lanzan un pase largo…el balón atraviesa el campo de lado a lado en perfecta parábola…hasta caer con precisión en las manos de Cintia del Amo, que anota con facilidad debajo del aro. Faltan 30 segundos, la diferencia es de cinco, y Aurora Mínguez atraviesa el campo como una flecha para apurar el último brillo de esperanza. Se planta en campo contrario e inicia una preciosa entrada hacia canasta que culmina a aro pasado…pero el balón no quiere entrar. El rebote es para Estudio y, ahora sí, el partido se ha acabado. Con la bocina final, se desata el júbilo. El banquillo de Estudio invade la cancha en éxtasis y la celebración se traslada al centro de la pista, desde donde agradecen el apoyo de sus aficionados y saludan a sus rivales, que las felicitan deportivamente. Es un momento hermoso, Agustiniano ha estado a la altura de su nombre manteniendo su altísimo nivel de juego y peleando hasta el final, pero por esta vez han sucumbido ante la fuerza arrolladora de las Halcones de Estudio. Unas chicas cuyo éxito se ha basado en la unión, el compañerismo, el sacrificio y una fe inquebrantable en sus posibilidades. Han hecho un gran baloncesto, desde luego, pero también nos han dado una lección: son la prueba de que el esfuerzo y la solidaridad entre compañeros permiten alcanzar las cotas más altas. Los aficionados no olvidaremos nunca cómo consiguieron ganar una final apoyándose unas a otras y confiando siempre en sí mismas, incluso en los momentos más difíciles. Su triunfo no sólo es justo, es un orgullo para la Copa Colegial. ENTREGA DE TROFEOS La ceremonia final fue dirigida por Pablo Carabias, Director de la Copa Colegial. En primer lugar, tuvo la palabra Alberto López, presidente de la ABC (Asociación de Baloncesto Colegial), que tuvo palabras de elogio para ambos equipos, deseando que ambos hubieran podido hacerse con la victoria, aunque al final “gana el que mete un punto más”. A continuación, el secretario de la Federación Madrileña de Baloncesto le hizo entrega a Cristina Mascaró del trofeo del Subcampeonato. La capitana de Agustiniano felicitó a Estudio por su victoria y anunció que el año que viene piensan recuperar el título. La Copa de Campeonas la recogió Marta García Montero, que tuvo palabras de elogio para sus rivales pero, como ella misma dijo “algún año nos tenía que tocar a nosotras”. Después de la entrega de medallas y trofeos, se hizo público el nombre de la Mejor Jugadora AND1 de la presente edición de la Copa Colegial, un honor que recayó en Cristina del Amo. Su premio lo recogió de manos de Pablo Martínez, quien fuera base de Estudiantes durante muchos años y que sabe mucho de Copas (pues fue campeón de la Copa del Rey) y de baloncesto colegial, como jugador forjado en las canchas del Ramiro y en los Palmetto H.S. Panthers de Florida. Martínez quiso recalcar la intención de continuidad de esta competición, que aseguró “se seguirá celebrando cincuenta años más”, e invitó a los colegiados Calero y Cebrián, ya bien conocidos por todos, a decir unas palabras en agradecimiento a su labor. Cebrián destacó los valores de la Copa Colegial y la grata experiencia que supone participar de una competición así. Como colofón, y en medio de una atronadora ovación, Alberto López entregó el ansiado Estandarte de Campoenas a las Halcones de Estudio, ( ¡ ya llevan siete!) que con tanto ahínco lo han perseguido en los últimos años. Pronto lucirá con orgullo en lo alto del pabellón Paco Hernández, pero después llegará lo más difícil: mantener el título. Así se puso el fin de fiesta, con un único deseo compartido por jugadores, entrenadores, árbitros y aficionados: ¡¡Por muchos años más de apasionante baloncesto colegial!! |
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| Noticia publicada en CopaColegialABC.com, propiedad de la Asociación de Baloncesto Colegial de Madrid, ABC. | ||