La Copa Colegial siempre nos sorprende con grandes historias. Historias que, más allá de emocionarnos, también nos demuestran la grandeza e importancia de esta competición para quienes la disfrutan año tras año. Historias que nos dejan muy claro que la Copa Colegial es mucho más que un simple torneo y que aunque solo pase una vez en la vida, jamás se olvida.
La de Miquel Llompart es una de estas historias espectaculares que tiene la Copa Colegial. Una historia que arranca en la ciudad cuna del baloncesto catalán: la que hace siglos fue fundada como ciudad romana bajo el nombre de Baetulo, y que ahora es conocida por todos como Badalona (cabe resaltar que la urbe más alla del básquet tiene un gran trasfondo histórico). Una preciosa ciudad que no solo está experimentando un gran crecimiento social y poblacional, sinó que está experimentando un crecimiento colegial sin parangón: hasta 11 escuelas de Badalona participan en esta edición de la Copa Colegial.
Muchas escuelas, y además de mucho nivel. Pero si hay una escuela por antonomasia en el baloncesto colegial betulense es sin duda el Col·legi Badalonès, centro de estudios morrocotudo que más allá de sacar grandes estudiantes como el ex-BSAA Jordi Valls, también es una máquina de producir jugadorazos colegiales a la altura de Ricky Rubio, el gigante Rubén Prey o el recientísimo internacional méxicano Karim Hiram López…
En el propio Badalonès estudió también el gran Miquel Llompart, protagonista de esta historia colegial, que a parte de ser un gran tipo es hijo del mítico Miquel Llompart Sr. (ex jugador del Básquet Inca y del Bahía San Agustín entre otros) y el mayor de los tres hermanos de la familia. Tres hermanos que, por cierto, ya han sido en varias ocasiones convocados con sus selecciones autonómicas, e incluso el propio Miquel ya se ha convertido en un habitual de la Selección Española Junior. Nivelazo made in Llompart’s.
Pero volvamos a Badalona, al Badalonès, porque fue ahí donde empezó el idilio colegial entre Miquel Llompart y la Copa: en su primer año como seleccionable fue inscrito en la lista de Xavi Riera para disputar la ya mítica Copa Colegial 2022, una lista con nombres espectaculares como el de SúperMario López, Rubén Prey o Leo Van Elswyk. Sin embargo, al jugar en liga federativa con el Joventut de Badalona, tuvo ciertas restricciones que le impidieron jugar hasta las semifinales. Un partido del que Llompart (que fue el MVP) guarda un gran recuerdo y es que “no se olvida de jugar las semis de Copa Colegial en la Plana contra el Claret, con SúperMario y con un ambientazo que nunca antes había vivido”. Aquella primera edición tan bonita se vió truncada en el último momento por una decisión de su club, y es que al bueno de Llompart no le permitieron jugar la final ante Sant Gabriel Sant Adrià en el mejor partido de todos los tiempos de la Copa Colegial.
Ese mismo verano, y con el agridulce sabor de no haber podido culminar el romance colegial con el estandarte para Badalonès, el BAXI Manresa picó a la puerta de los Llompart y se llevó a Miquel hacía el corazón del territorio catalán, hacía la capital de la Catalunya Central. Miquel Llompart dejaba Badalona (y el Badalonès) y se mudaba a Manresa. Ahí se inscribió para estudiar en el Joviat, un instituto espectacular que además fue campeón de las Series Colegialeshace 14 años. Mientras se iba adaptando a su nueva vida Miquel seguía la Copa Colegial desde la distancia, por los streamings de El Plantel TV y por las redes sociales, algo normal ya que al estar en Manresa parecía impensable disputar la Copa Colegial Barcelona por temas de distancia y diferencias comarcales.
Sin embargo llegamos a 2024 y todo cambia de forma drástica: la Copa Colegial Barcelona se expande como una supernova y llega hasta 12 ciudades del territorio catalán. Entre ellas, y la que crece con más fuerza, Manresa. La Salle Manresa inscribe a sus equipos masculino y femenino, Oms i de Prat apunta a los chicos, y… en la misma mañana del día del sorteo Joviat revoluciona la Copa apuntando al equipo masculino y al femenino. Inscripción sobre la bocina que gracias al rápido burofax del Velódromo de Horta se pudo materializar.
Y por el destino colegial, como no podía ser de otra manera, en la lista del equipo masculino de Joviat estaba aquel chico que se enamoró de la Copa Colegial y que, por H o por B, no pudo disputar más que unos minutos de la semifinal de 2022: Don Miquel Llompart.
Marc Rosell, Gerard “El Pana del Bages” Panosa, EMVPanuel…. y Miquel Llompart. Elenco de cracks más brillante que el filme Interestelar, que ha arrancado a lo bestia en la Copa Colegial con un 2 de 2 y que ya está en octavos tras tumbar al subcampeón de Barcelona, demostrando que Manresa ha llegado para quedarse a la competición. Con un Llompart que por lesión aún no ha podido jugar, pero que todo indica que llega al 100% para los octavos en los que ya ha anunciado, y ojo con esto, que: antes que jugar contra Badalonès o cualquier otro equipo, él quiere a La Salle Manresa. Joviat quiere el derbi. Pelos de punta.
Veremos si Llompart puede debutar por fin en la Copa Colegial 2024 y disfrutar de la competición en Manresa como ya han hecho Agustín Echeverría, Marc Ros o Ousmane Diarra, cracks del Oms i de Prat que viven, si, como lo leen: viven, con Miquel Llompart, en una casa con tutora legal y nutricionista que les facilita el BAXI Manresa. Nivelón, nivelón. Muchas ganas de ver a Miquel Llompart en acción vistiendo los colores de Joviat, y es que sería la primera vez en la historia del torneo en la que un jugador juega con dos equipos de diferentes comarcas la Copa Colegial. Algo único que solo se vive en la mejor competición escolar de Europa. Grande Miquel Llompart, de Badalonès a Joviat: una historia colegial interestelar.
