“Som els llops del Claret, blanc i blau el nostre cor”, “Pirulé… ese EPSA, oé”, “del Sanga sóc supporter, sempre t’animaré”. Estos son solo algunos de los múltiples cánticos que se oyen en todos y cada uno de los estadios de la Copa Colegial de Barcelona. Bufandas, tambores, pancartas, disfraces y cánticos son el mínimo común denominador de esta espléndida competición que crece día tras día gracias a las aficiones escolares.

Los jugadores y las jugadoras está claro que son los verdaderos protagonistas de la Copa Colegial. Pero más allá de ellos existe una afición que les sustenta, les alenta y les anima partido tras partido inexorablemente. Las hinchadas también son uno de los pilares de la Copa Colegial. Sin ellas, estaríamos perdidos.

Obviamente en la Copa Colegial hay escuelas con más tradición de basket y escuelas con menos. Pero en todas ellas, al menos las que pisamos nosotros cubriendo los partidos de la Copa Colegial, se respira un ambiente de baloncesto mágico. Para los seguidores de la Copa no es interesante solo lo que transcurre en los pabellones o en los patios de los diferentes colegios por los que pasamos, sino que también lo es –y mucho- lo que transcurre en las gradas. Por ello, en todos nuestros escritos hacemos mención a las graderías de animación que se forman encuentro tras encuentro. Nos encantan.

Pabellones llenos hasta la bandera, patios donde no cabe ni un alfiler o canchas donde los espectadores andan más apretados que si estuvieran en una lata de sardinas. Esto es el encanto de la competición. Padres, madres, abuelos, abuelas, amig@s... Pero lo que más nos gusta ver es a profesores, jefes de estudios y directores. La cultura del baloncesto se palpa en el ambiente más que nunca cuando entre las gradas se encuentra personal de la escuela animando a sus alumnos y dejando de pensar por un rato en los exámenes que vienen. Este es el ejemplo de la escuela Sant Gabriel, donde en el último partido se encontraba ni más ni menos que la directora titular del centro entre bubucelas y bufandas.

Otra cosa que nos chifla son los micrófonos. Allí donde hay un micro es sinónimo que habrá un speaker. Y este es el caso de otro gran colegio que participa año tras año en la Copa Colegial: American School. Cuando juegan en casa, los americanos cuentan con el apoyo incansable del speaker oficial del centro, Shawn Plancke. Con mucho ritmo, Plancke coge el micrófono y comienza a locutar el choque en directo, cosa que enciende más al público . Pero lo que mejor hace Shawn es recitar alineaciones: Shikov, Anderson, Jotchen y compañía son presentados a lo grande como si fueran estrellas de la NBA. Y eso les da un subidón de energía para disputar el matchque se nota durante los 32 minutos de juego.

Y por último, para poner otro ejemplo –aunque no acabaríamos nunca describiendo las fantásticas aficiones de los equipos colegiales-, vamos a hablar de EPSA. La Escola Pia Sant Antoni tiene en su hinchada su mejor baluarte. Motivados siempre, sus fans juegan un papel clave en cada uno de sus partidos. Aunque en estos últimos años EPSA no esté cuajando unos buenos torneos, su afición está haciéndose notar allí por donde pasa. Un ejemplo es el vídeo de a continuación, donde aun y perder por diecinueve puntos, hinchas y jugadoras de Sant Antoni unían fuerzas para cantar tod@s junt@s por última vez en esta Copa Colegial. ¡Grandes!