El sueño de cualquier niño que empieza a jugar a baloncesto es llegar a la élite. Poder sentir la adrenalina de un partido profesional, con miles de aficionados en las gradas, ante los que -quién sabe- fueron sus ídolos de pequeño. 

A Nenad Dimitrjevic (18 años) le llegó su momento hace unas semanas, en el partido que disputó el Divina Seguros Joventut ante el Morabanc Andorra. 9 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias en apenas 13 minutos. Revitalizó a su equipo y lo guió al triunfo final. La ACB y los aficionados descubrieron -aunque ya había debutado hace unos meses en el Palau, ni más ni menos- a la perla balcánica, que lleva cinco años en el club verdinegro.

Pero sus inicios en España fueron en la Copa Colegial, un punto de encuentro para muchos jóvenes que quieren defender a su escuela, encarnando una serie de valores imprescindibles para la actividad deportiva. Allí comenzó Neno, que no reniega de esas raíces en el Badalonès. “Aquella etapa en el colegio era realmente divertida. Jugar con tus amigos al deporte que amas es como un sueño hecho realidad. Nos lo tomábamos muy en serio”, rememora. 

Él, junto a Terrence Bieshaar -actualmente jugando en el CB Prat de la LEB Oro-, se ha convertido en la gran sensación de los de Diego Ocampo. “Siempre intento darlo todo en pista, minimizar los errores y ayudar al equipo a ganar”, explica Dimitrijevic, que comenzó a fraguarse en el baloncesto colegial. 

Bieshaar es otro de los prospects con más proyección de la cantera verdinegra. Y como su amigo Dimitrijevic, también pasó por el Badalonès. Si Neno es un base eléctrico y con mucha confianza en sus posibilidades, Terrence (holandés de 2,08m) es un pívot con buenos movimiento al poste. 

Su historia es curiosa. En 2006 se trasladó a España por motivos familiares. Y como abuelo, que jugó en el Ajax, él quería probar con el fútbol. Pero un desafortunado incidente en un partido con un árbitro le apartó de los terrenos de juego por una sanción. Se abrió entonces la puerta del baloncesto.  

Gracias a su altura dominaba en minibasket, lo que llamó la atención de un Barça que le fichó con 12 años. Pero en apenas dos años cambió el equipo azulgrana por la Penya, donde fue pieza clave en el segundo puesto del equipo en el Campeonato de España Junior de 2014. 

Que la cantera verdinegra sigue funcionando es un hecho. Que la Copa Colegial es una vía de escape para ellos, también. “El ambiente es muy chulo porque vienen a animarte tus compañeros de clase”, concluye Bieshaar.