La escuela THAU lo ha vuelto a hacer. Están en el TOP 4 y vovlerán a luchar por el título, como ya han hecho en algunas ocasiones, llegando incluso a una final en 2018, la cual perdieron contra Jesuïtes Kostka. Pero ojo porque este año son las segundas grandes favoritas después de Virolai. Entrenadas por David Lambán, las jugadoras de THAU componen un Ferrari de última generación que solo tiene por delante el Lamborghini de Virolai. En semis se encontrarán a un hueso duro de roer, Escola Pia Sant Antoni, pero no nos engañemos. Es un Ferrari contra un SEAT Panda: un SEAT Panda que tiene buenas jugadoras, pero que es dependiente de Janna Rebollo y Sonia López, claramente. Por contra, THAU tiene hasta seis puntales que pueden sacar de un apuro al combinado de Pedralbes.

Dos jugadoras del Barça como Blanca Roure y Telma Balagué son las más destacadas, pero si ellas no están acertadas, THAU puede contar con otros cuatro baluartes muy potentes. Ellas son Clara Buyreu, Martina Claramunt (MVP en cuartos), Jana Moral y Laia Martínez, que juegan en Martinenc, L'Hospitalet, Claror y Lima, respectivamente. Su motor carbura a la perfección y, si no falla nada, también carburará en semis. En las otras dos rondas, sin embargo, han sufrido: contra Sant Ignasi tuvieron que esperar a finales del tercer cuarto para cerrar el match (44-59), mientras que contra Lestonnac a punto estuvieron de caer eliminadas (55-48). Quizás el hecho de jugar en tantos equipos diferentes hace que las jugadoras no se conozcan lo suficiente. Este puede ser su hándicap, como comentaremos a continuación.

Punto fuerte: enorme talento

Lo hemos comentado ya, pero ahora vamos a desgranar un poco más a las jugadoras de THAU. Tienen talento a raudales y ya lo han demostrado en esta edición de la Copa, donde Blanca Roure se apuntó el MVP del mes de febrero. Blanca tiene una media de 5 puntos por partido con el Barça, pero no es la que más destaca con su club. Martínez, de Lima Horta, es la máxima anotadora de su equipo con 11 tantos por partido, mientras que otras grandes jugadoras como Buyreu y Balagué dominan bien el rebote y el uno contra uno. Por no hablar de Claramunt y sus 194 centímetros, siendo la 2ª jugadora más alta de la Copa, solo por detrás de Sarata de Sant Gabriel. En resumen, talento descomunal que, eso sí, tendrán que plasmarlo en pista contra Sant Antoni.

Punto débil: no juegan juntas

Esta es una de las cosas especiales de la Copa Colegial, precisamente. Jugar con tus compañeras de clase con las que no juegas en tu club tiene su gracia y sus puntos a favor, pero también sus inconvenientes. Es por eso que THAU aún no ha cuajado ningún gran partido, porque las jugadoras no se conocen basketbolísticamente hablando entre sí. Pertenecen a una amalgama de equipos muy diversa y eso se nota en el campo. Deber del cuerpo técnico será hacer que se entiendan entre ellas a la perfección, porque si juegan con fuego se pueden quemar. Y más contra EPSA, un equipo que asfixia.

THAU, en números