Desde que en la Gran Final de la Copa Colegial 2016, Maristas Chamberí perdiese, contra todo pronóstico ante los Lobos de Agustiniano, en el Colegio Chamberí sabían que en esta nueva edición  tenían una única misión, un objetivo, un destino, el Estandarte de Campeones.

Un Estandarte que en las primeras ediciones de la Copa Colegial, y aún en las Originales Series Colegiales, se veía lejos, muy lejos del alcance del colegio chamberilense. Pero en el 2014 las tigresas, lideradas por la gran Myrian García del Corral lo rozaron cayendo en la Gran Final ante Jesús María. En 2015  los tigres con un formidable  equipo con el imparable Jorge Alonso al mando ( si otros compromisos no le hubieran sacado del equipo en eliminatorias claves ,posiblemente la misión de la que hablamos en este artículo se hubiese cumplido dos años antes…) y con el debut de jugadores que sería claves en el futuro, dejaron al baloncesto colegial madrileño asombrado. Y el 2016 era su año, pero todos sabemos cómo un tal Angel Luis Olmedo & Co cambiaron el curso de la historia.

Pero este año tenía que ser. Era su momento. Los Tigres mantenían uno de los mejores equipos “libra por libra” de la historia de la Copa, un conjunto formidable, “El Equipo que no podía perder”.

Pero para manejar tanta calidad hacía falta un líder a la altura.  En Pablo Suárez lo tenían. Y el fabuloso base de Movistar Estudiantes supo estar a la altura y guiar a su equipo a la tierra prometida.

Tomándoselo con calma en su debut ante Joyfe, con un actuación de MVP , 34 pts, ante un complicadísimo Pilaristas,  marcando diferencias y un nuevo MVP frente a Corazonistas ..

Y ya en semifinales ante un Brains muy competitivo y , ¡por fin! estrenando equipación WIBO! Con otra formidable actuación fue decisivo en una victoria que los metía en la Gran Final.

Solo quedaba un paso…pero era el más difícil.

San Agustín lo había preparado perfectamente con su mejor hombre Rodrigo Lardíes encargado de parar a la gran  estrella atigrada.

Y en la Gran Final  vivimos un duelo de titanes, una oda al baloncesto…y un momento  inolvidable que define la calidad, la capacidad de liderazgo y el talento de Pablo Suárez así como su condición de MVP de esta Copa Colegial.

Estamos al final el tercer cuarto, y un San Agustín desatado, llevado por un pabellón que retumba animando a los suyos iguala a 40, a base de coraje y garra ha remontado 13 puntos...y en la banda de los Tigres empiezan las dudas, resurgen los fantasmas de hace un año…

Pero un triple, “El Triple”, de Pablo Suárez acaba con los fantasmas, con las dudas…una puñalada al corazón de  un San Agustín que lo ha dado todo…otro tiple de Pablo Alonso da la puntilla…

Los Tigres de  Maristas Chamberí tienen el Estandarte, misión cumplida.

Y Pablo “Sueco” Suárez, se gana con todos los honores el título de MVP de la Copa Colegial 2017, un puesto en la historia del baloncesto colegial madrileño y en el corazón de todos los seguidores de Maristas Chamberí

¡Enhorabuena!