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El viaje del Colegio El Prado por la Copa Colegial Madrid no había encontrado nunca buen puerto final. Los navegantes, desde su llegada a la competición en 2007, no superaron los octavos de final en ninguna de las seis ocasiones en las que avanzaron las eliminatorias previas. Cuatro presencias más, con derrotas en primeras y segunda ronda a partes iguales, quitaban el aliento hasta a los más optimistas de cara a una nueva intentona.

Con la desesperación a punto de llegar a toda la tripulación del conjunto madrileño, 2018 ha traído, por fin, el desembarco en aguas mayores. Con una dirección magistral desde el banquillo de Carlos Gómez, El Prado ha hecho historia. Liceo Italiano, en casa (46-29) se convertía en la primera víctima en un choque más que elogiable de los anfitriones.

Sería la primera y última vez que El Prado surcara los mares desde su propia proa. Las demás conquistas debían de llegar fuera de casa. Se preveían aguas turbulentas. Pero ya se sabe que ningún mar en calma hizo experto a un marinero. Santa María del Pilar (53-57), Buen Consejo (54-58) y un espectacular encuentro ante uno de los favoritos, los Centauros de Padre Manyanet (49-65) han llevado, por ese orden, a los navegantes hasta las semifinales.

Allí espera ya el mítico Colegio Brains (miércoles 4 de abril, 19:00 horas) para citarse con una historia que desconoce como tratar a este colegio fundado hace más de 50 años (1964). Los más conformistas dirán que el camino recorrido ya es exitoso, pero para todo un capitán de altura como Pablo Buenaventura la empresa realizada es aún corta.

El pívot de 1,90 de altura se ha convertido en una de las grandes estrellas de esta edición de la Copa Colegial en Madrid. Sus números así lo demuestran: máximo anotador (19,5 puntos), mejor reboteador (17 por partido), tercero en robos (3,5) segundo en tapones (2,3) y también en esa privilegiada posición en valoración, con 28,8 por partido, de la cita hasta el momento. Números que bien podrían valer el MVP de una competición en la que ha dejado momentos inolvidables como este mate ante Buen Consejo.

Pero ningún capitán consigue grandes éxitos sin una tripulación de bandera. Pablo Urquijo (13 puntos, 6,7 rebotes y 15,3 de valoración) Eduardo Gutiérrez (9,3 de valoración) o Ignacio Homachea (5,2 puntos y 4,5 rebotes) han secundado de manera brillante a su líder en un equipo que ha dominado la pintura en cada encuentro.

Todos tenían una misión clara: hacer mucho ruido y levantar las aguas de la Copa Colegial en Madrid con El Prado. Lo han conseguido, pero tienen una penúltima prueba de velocidad: los correcaminos de Brains justo a la vuelta de la Semana Santa.