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Cuando la tostada untada de mantequilla se cae, siempre lo hace boca abajo. Cuando uno pone la mano sobre algo candente, se quema. Cuando sueltas una esfera en una cuesta abajo, rueda a gran velocidad. Son verdades universales. Que siempre ocurren. En la Copa Colegial Sevilla se da otra de esas verdades. Cuando llega la Gran Final, el nombre de Miguel Rodríguez (casi) siempre aparece. Por cifras, por carisma y por talento, Miguel Rodríguez bien podría llamarse leyenda de la Copa Colegial Sevilla.
La historia arranca en el invierno de 2013. Por aquel entonces había empezado a cuajar el sueño de la Copa Colegial, una competición escolar que ya había triunfado en otras ciudades como Madrid. Así surgió la primera edición de la Copa Colegial en la capital andaluza, un torneo en el que el que escribe, ya hacía sus pinitos como redactor e incluso fotógrafo.
El primer y único estandarte como jugador
Pocos se podían imaginar que ese sueño iba a prosperar y que la competición celebraría diez años de partidos, victorias y derrotas. En esa primera edición de 2013 empezó a despuntar el Colegio Safa Reyes, apodados las Fresas. Con su uniforme verdoso, fueron superando rondas hasta vencer en la Gran Final a Maristas San Fernando. No lo sabían, pero iban a ser una de las grandes rivalidades de la Copa durante una década.
En ese equipo de Safa Reyes con indudables dotes de campeón jugaba de alero con el dorsal 4 un joven Miguel Rodríguez Fernández, de 185 centímetros de altura. Una plantilla repleta de estrellas, donde Miguel compartía su labor como jugador con la de asistente en el cuerpo técnico. En ese 2013 el a la postre entrenador ganó su único estandarte de campeón como jugador.
Ya en 2014 ejerció de capitán y delegado del equipo y compartió vestuario con Andrés Rodríguez Fernández, su hermano y otra de las estrellas de la historia de la Copa Colegial Sevilla. Ese año, con la competición creciendo y en plena ebullición, Safa Reyes volvió a la Gran Final, aunque cayó derrotado ante San José en un épico duelo disputado en el Colegio Santa Ana. Miguel metió la mitad de los puntos de su equipo, pero no fue suficiente para reeditar el triunfo de 2013.
Una edición más tarde, en 2015, Miguel Rodríguez disputó su tercera y última Copa Colegial como jugador. Quizá la más dura para él y para Safa, ya que solo pudo llegar a los cuartos de final. La generación dorada de las Fresas hincaba la rodilla ante el todopoderoso Colegio Alemán, uno de los mejores quintetos que se han visto en la Copa Colegial Sevilla. Safa perdió por solo tres puntos y Alemán se alzaría con el estandarte con una plantilla legendaria.
Muchos pensaron que Safa tardaría en regresar a una final, pero lo cierto es que volvió en la siguiente edición. En 2016 hizo un torneo mayúsculo, ya con Miguel Rodríguez como asistente en el banquillo. Sin embargo, el destino es caprichoso y quiso que volviese a encontrarse con Colegio Alemán en la Gran Final. Pese al buen papel de Andrés Rodríguez, Miguel no pudo celebrar la victoria desde el banco y se tuvo que conformar con el subcampeonato.
Cambio de equipo y primera Gran Final como entrenador
En 2017, el nombre de Miguel Rodríguez ya estaba ligado a la Gran Final, habiendo estado presente en tres de las cuatro disputadas. Buscando nuevos retos, dejó Safa Reyes para presentar al IES San Isidoro, el primer instituto público que participaba en la Copa Colegial Sevilla. Mucho tuvo que ver que su hermano Andrés se fuese a estudiar y a jugar en ese centro. Con Andrés liderando en pista y Miguel en el banquillo, en su primera participación llegaron a la Gran Final y se alzaron con el estandarte de campeones ante Maristas San Fernando con Andrés como Mejor Jugador de la Copa recibiendo el MVP de la leyenda Mike Smith. Sería el segundo título para Miguel, primero como entrenador.
Andrés abandonó Sevilla para buscar nuevas aventuras en las Islas Canarias, pero Miguel Rodríguez siguió vinculado al IES San Isidoro. Pese a no contar con el talento y la elegancia de su hermano, en 2018 Miguel consiguió de nuevo la proeza de llegar a una Gran Final, pero tuvo la mala fortuna de verse las caras con el IES Caura, un centro de Coria del Río que arrasó a todos sus rivales.
La vuelta del hijo pródigo a Safa
La siguiente edición, en 2019, fue la última de Miguel al frente del IES San Isidoro. Hizo un gran torneo, pero en semifinales se cruzó con un gran Maristas San Fernando, que le arrebató el éxito por solo tres puntos en el tanteo final. Miguel se iría del equipo y hasta la fecha, San Isidoro no ha podido repetir el éxito.
Miguel Rodríguez descansó en 2020, aunque la edición no llegó a completarse por la llegada de la pandemia, y en 2021 no hubo torneo en Sevilla. Sin embargo, en 2022 volvió a las pistas entrenando a su antiguo equipo, Safa Reyes. Las Fresas hicieron una Copa fantástica con Miguel a los mandos y terminaron en la Gran Final doblegando a Claret en su propio feudo. Sería el tercer estandarte para él, segundo como entrenador.
Nueve ediciones, siete finales
En 2023, ronda tras ronda Safa ha ido dejando atrás rivales y dando muestras de su fortaleza física hasta volver a plantarse en la Gran Final. Si te lo preguntas, la respuesta es sí, con Miguel Rodríguez en el banquillo. El viernes se sabrá si se lleva su cuarto estandarte, tercero como entrenador. Pero lo que sí que podemos saber es que será la séptima final de nueve disputadas –la décima se quedó en cuartos por la pandemia– en Sevilla. Cifras de impacto.
En la Copa Colegial Sevilla hay una verdad universal. Cuando llega la Gran Final, el nombre de Miguel Rodríguez (casi) siempre aparece.
Redacción Copa Colegial Sevilla. Hace 2 meses
Redacción. Hace 2 meses
Redacción Copa Colegial Sevilla. Hace 2 meses
Redacción Copa Colegial Sevilla. Hace 2 meses
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