A lo largo de estos siete años de Copa Colegial en Valladolid, son muchos los participantes que han dejado su impronta en el histórico de la competición. En muchos de los casos, miembros de una misma familia han formado parte, en algún momento, del evento baloncestístico colegial más grande de Europa. Hoy nos vamos a centrar en uno de estos clanes familiares que tiene su nombre escrito con letras de oro en nuestra sede. El mítico Nº 11 tiene asignado un apellido en los equipos colegiales del Lourdes, Romeral.

Víctor, Jorge y el pequeño Kike, KI-KON para los amigos, han defendido la elástica del Colegio Lourdes a lo largo de estos años y, a buen seguro, lo seguirán haciendo muchos años más pues, aunque algunos ya dejaron su etapa escolar hace mucho, siguen formando parte de los equipos senior que el colegio posee en las categorías provinciales.

Y es que esta relación entre los Romeral y la Copa Colegial, como toda historia de amor que se precie, tuvo un comienzo difícil. En el primer encuentro de la primera edición frente a La Enseñanza, el mayor del clan, Víctor, sufría una grave lesión tras una caída en el centro del campo

El bueno de Víctor terminaba el encuentro de cuartos de final con su cuerpo en el hospital y un nada halagüeño pronóstico de rotura de cadera. La noticia trascendía a todas las sedes del país y eran muchas las muestras de ánimo recibidas de toda la geografía española, en especial, una que llegaba de la mano del propio Chacho Rodríguez, jugador de Real Madrid en aquella época y que grababa un vídeo y enviaba una camiseta firmada.

Tras un percance de esta categoría, muchos no dudarían en haber colgado las botas, pero en el ADN de los Romeral viene impreso el sentimiento de permanencia que tanto hemos predicado desde la propia Copa Colegial. Tras una recuperación cuasi milagrosa, Víctor volvía a escribir su nombre en el roster de la edición 2015. Se quería sacar la espina y vaya si lo consiguió, no solo tiró del carro de los águilas hasta llevarlas a su primer estandarte de campeón, también se hizo acreedor del MVP del torneo que recibía emocionado de la mano de Mike Hansen y con el trofeo BSAA de ese mismo año.

Preguntado por aquellas participaciones, hoy Víctor nos responde “Para mí la Copa fue el broche perfecto para mí carrera colegial, tanto académica como deportiva dentro del colegio. Tanto el bache, con la lesión en la primera edición que hizo que me perdiese el resto del torneo, como el segundo año, llegando a la final y consiguiendo estandarte y MVP, para mí fue un orgullo representar a mi colegio ya toda la gente que nos apoyó esos años”.

En el 2018 encontrábamos de nuevo un Romeral en la lista de los elegidos del Colegio Lourdes. En este caso era Jorge quien le tocaba defender la elástica azulona de las águilas. Cuartos de final ante Ave María, unas semis a cara de perro frente al histórico rival San Agustín y una gran actuación en la final frente a Julián Marías, conducía a otro Romeral a levantar el estandarte de campeón. Y no sería el último, Jorge también formó parte del equipo que conseguía el doblete el año pasado.

                                                     Para Jorge “La Copa es ese torneo que en este colegio todo el mundo quiere jugar. Un torneo ilusionante desde principio de temporada. Para mí fue un orgullo poder despedirme en ese último año de colegio, rodeado de compañeros y toda la gente que quieres, consiguiendo un nuevo título de campeones. Por un lado, tienes un sentimiento de pena, pero la verdad, es que se disfruta mucho”

Por último, pero no menos importante, el benjamín de la familia, Kike Romeral. Actualmente cursando 4º de la ESO, defiende los colores del Colegio en la competición Provincial, de donde son líderes indiscutibles tras 15 jornadas en las que no conocen la derrota. Ki-Kon, como le llaman sus allegados, espera la llegada de las ediciones 21 y 22 de Copa Colegial Valladolid, donde será sin duda uno de los pilares del equipo en busca de nuevos éxitos.

Kike lo tiene muy claro y nos cuenta como “Siempre me ha gustado ir a ver a mis hermanos, es un torneo muy importante para el colegio y yo estoy deseando poder participar en él. Mis hermanos me han contado cómo se viven los partidos de Copa Colegial, que no tienen nada que ver con el resto de encuentros que jugamos durante el año, por la trascendencia que tiene dentro del colegio y el seguimiento y apoyo que se siente por parte de todas las personas, tanto compañeros, como familias, profesores, equipo directivo y los propios Hermanos que viven en el centro. Sin duda alguna, será uno de los recuerdos que me acompañará el resto de mi vida y ojalá pueda serlo consiguiendo un campeonato como ya han hecho tanto Víctor como Jorge”.

Los Romeral, toda una estirpe ligada a la Copa Colegial.