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21 Mayo, 2020
Volvemos a poner en marcha nuestra máquina del tiempo, que teníamos parada desde hace unos días, no sea que se nos quede sin batería por no usarla. Viajamos hasta el año 2015… en menos de lo que canta un gallo.
El 23 de enero de 2015 se presentaba la tercera edición de la Copa Colegial Zaragoza en el salón de actos del colegio Teresiano del Pilar. Con Pablo Martínez Arroyo, que nos visitó como director de la Copa Colegial y la presencia del nuevo y flamante embajador de la competición en Zaragoza, Rafa Vidaurreta, se daba inicio a una competición en la que iban a participar quince colegios. Pero en el evento solamente hubo representación de catorce de ellos. ¿La razón? Una llamada telefónica recibida escasamente diez minutos antes del comienzo del acto confirmaba la incorporación a la Copa Colegial del Lycée Français Molière. No dio tiempo ni de que el logotipo del colegio apareciera junto al del resto de participantes en la pantalla del salón de actos del Teresiano.
Con Diego Ayensa al frente del equipo ya desde el primer día, presentaron a la Copa Colegial una plantilla muy joven en la que ni siquiera todos ellos jugaban al baloncesto. Eso sí, todos eran grandes seguidores de Breaking Bad y, por ello, estuvieron a punto de llamarse “Los pollos hermanos”, como el emblemático restaurante de la serie. Afortunadamente, la decisión final fue elegir como mascota al Gallo, emblema francés que, definitivamente, representaba mucho mejor al colegio y se convertiría, con el paso de los años, en una de las mascotas más características de la Copa Colegial Zaragoza.
Los Gallos se estrenaron en el pabellón de La Salle Gran Vía, y lo hicieron corriendo riesgos. Como comentaba Dani Marzo en la crónica de aquel partido, su debut se produjo ante unos Tiburones que “vestían de amarillo, color con el que vestía el dramaturgo francés cuando falleció durante una representación del 'Enfermo Imaginario'”. Pero ni eso les paró los pies. Con mucha velocidad y un juego más intuitivo que de equipo, Molière "se puso gallito" y venció en su primer partido en la competición por un claro 39-54 en el que destacaron los 17 puntos de Daniel Sánchez.
Era un equipo en el que ya figuraban jugadores que serían muy importantes en la competición en los dos años siguientes: David Martín, Ignacio Perales, Pablo Aguilar o Hugo Aguado, nombres que suenan a cualquiera que haya seguido la competición en nuestra ciudad.
En el segundo partido, ya cuartos de final, el rival era de aúpa, unos Leones Marianistas que llegaban invictos y con los dos primeros Estandartes colegiales colgados del techo de su pabellón. Los Leones rugieron fuerte en su casa y liquidaron a unos voluntariosos Gallos con una contundente victoria por 63-34. La Copa Colegial aún no había calado en el colegio y la hinchada del Molière no era lo animosa y numerosa que fue desde el año siguiente. El recién nombrado G.O.AT. de la Copa Colegial Zaragoza, Ignacio Perales, fue elegido MVP en aquel partido.
Por cierto, que este partido en la pista de Marianistas fue el que nos dejó grabado en la retina el mítico choque entre el gran Erwan-Josse Hupin Tartaj y nuestro (por aquel entonces) joven Luis Vallejo y el grito de la asustada espectadora preocupada por la salud del jugador marianista. Erwan Hupin era un jugador enorme en lo físico y en lo personal, como puede verse en la histórica foto de Dani Marzo, que se ganó uno de los primeros puestos en la “Foto del año 2016”, que había jugado al rugby, pero se incorporó al equipo de baloncesto para dar presencia bajo el aro a los Gallos. Y durante los dos años que participó, se ganó al público con su actitud y ganas. Aún resuena ese grito de “Hupin, Hupin” de la hinchada del Lycée cuando se disponía a lanzar tiros libres…
2016 nos trae otro hecho que acabó por ser tradicional en la Copa Colegial Zaragoza: las camisetas blancas de manga corta con el Gallo de la Copa Colegial en el pecho. Una imagen del equipo del Lycée Français Molière que les ha hecho característicos y llega hasta la actualidad. Además de eso, nos trajo una gran evolución del equipo: victorias ante El Salvador, revancha frente a Marianistas y triunfo con remontada en la pista de Salesianos, ante los vigentes campeones, para plantarse en la Gran Final. Todos los partidos ganados por rentas mínimas y con sufrimiento hasta el último segundo.
Para el partido decisivo, los Gallos fueron capaces ya de conseguir la primera gran movilización de su colegio: cerca de 150 espectadores les acompañaron en la pista de Montearagón para intentar alzarse con su primer Estandarte ante Tiburones La Salle Gran Vía. Pelos de punta. Pero tras un partido muy igualado, las cosas no acabaron bien para unos Gallos que eran favoritos en la cita. Con apenas unos segundos por jugarse y tres puntos de desventaja, David Martín, nuestro querido “Jaycee Carroll colegial” como le denominábamos por esa época, disponía de tres tiros libres. No habría tiempo para más. Pero la Copa Colegial y la presión de estos partidos decisivos provocan que hasta los mejores fallen. Dos de los tres tiros errados y La Salle Gran Vía se llevaba el triunfo ante la tristeza de los chicos de Molière. Se les había escapado entre los dedos su mejor ocasión de ganar el Estandarte.
A partir de ese día nació la épica de los Gallos. Como dice Diego Ayensa, desde ese partido “la Copa Colegial tiene una deuda con Molière”. Y es que cada año posterior, el equipo ha tenido vitola de favorito y, por uno y otros motivos, no ha podido ni siquiera llegar de nuevo a una Gran Final. En el vídeo que acompaña a este artículo, recordamos cómo fue esa Gran Final de 2016 que supuso el primer, y de momento único, Estandarte para Tiburones La Salle Gran Vía.
(continuará)
Redacción. Hace 2 meses
Redacción. Hace 2 meses
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