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En 2017 coincidía en el equipo una generación que lo había dado todo en la Copa y que tenía ante sí su última oportunidad antes de la retirada, con una nueva generación de estupendos jugadores que debían darles el relevo. A los Martín, Perales o Aguilar, se unían otros nombres que nos harían disfrutar en los siguientes tres años: los gemelos Kike y Tito García, Alejandro Abad o Juan Villanueva entre otros.

Solamente la prórroga les permitió ganar por un punto en un tenso partido disputado ante Montearagón, el escenario de su derrota en 2016, en octavos de final. En cuartos, un rival que debía ser fácil de superar, unos incipientes Pandas de Rosa Molas, les complicó la vida hasta hacerles sudar sangre para ganar 39-43.

Las semifinales les llevaron hasta uno de los partidos más recordados de la competición, del que aún se habla hoy en día y que fue el inicio de uno de los grandes clásicos de la Copa Colegial Zaragoza. Su rival: Montal Calasanz Raptors. El escenario: un pabellón Jorge Mena lleno hasta la bandera que nos brindó un espectáculo de ruido ensordecedor de principio a fin. Con un 43-41, a diez segundos del final y con posesión para los Gallos, que podían empatar o ganar el partido, dos resbalones consecutivos en la misma jugada, de Martín y Perales, dieron el balón a los Raptors. Tras provocar personal, Pablo Urgel encestaba un tiro libre y, pese al intento de tres desde propio campo de David Martín, la Gran Final se quedaba fuera de su alcance y eran los Raptors los que la jugarían (y perderían) una semana más tarde ante Canguros El Salvador.

El equipo perdió a sus puntales para 2018. Pero apareció una de las figuras de la competición en los últimos años: Kike García. Elegido mejor base en 2018 y 2019 (ya veremos en 2020), Kike se erigió en líder, en el jugador por el que pasaba todo el juego de ataque de los Gallos, aquel a quién había que buscar cuando las cosas se ponían feas.

El primer partido fue, quizás, el primer choque tranquilo para los chicos dirigidos por la dupla Diego Ayensa - Alejandro Lorenzo. Un trámite ante Búhos Agustín Gericó en el que lograron la mayor diferencia de la historia de la Copa Colegial Zaragoza: 90-6, con 22 puntos de un gran Alejandro Abad. En cuartos de final, repitieron rival: Pandas Rosa Molas, a los que volvieron a ganar, nuevamente con apuros, 59-53. Los Gallos vislumbraban una nueva final, pero antes debían superar a unos Robles Juan de Lanuza que habían ofrecido muy buenas sensaciones hasta entonces.

Ambientazo en el pabellón de Lycée Français Molière, Santo Domingo, con un lleno que hacía difícil encontrar un espacio alrededor de la pista. La afición local superaba con creces a la visitante, hasta el punto de silenciarla por completo. Mucho ruido, muchos ánimos y caldo de cultivo listo para la segunda presencia en la Final. Pero todo se tuerce. Tras un partido, como siempre, muy igualado y mucha presión para los jugadores, en el último cuarto aparecen unos inspiradísimos Nico Palacio y Adrián Sanjuán para sellar la victoria de Juan de Lanuza. Por segundo año consecutivo, el verdugo de los Gallos jugaba (y perdía) el Estandarte ante Canguros El Salvador.

En 2019, los Gallos empezaron sufriendo y no dejarían de hacerlo hasta su eliminación. No fue un buen año. Victoria por 52-58 en el pabellón de Agustinos en un partido que tuvieron que remontar después de ir muchos puntos por debajo en el marcador. Las sensaciones no fueron buenas, pero el marcador se levantó por la heroica.

En cuartos de final espera nuevamente Montal Calasanz Raptors. Esta vez el cruce se antojaba como una final anticipada después de lo sucedido en 2017. El escenario sería Santo Domingo. Otro llenazo absoluto y mucha presión en el ambiente. Pero la presión no ayudó a los locales, que fueron por detrás en el marcador desde la primera canasta y no tuvieron opción en ningún momento. 25 puntos de diferencia al final fueron un castigo muy grande para unos Gallos que dejaban, tal vez, su peor participación en la Copa Colegial, eso sí, con el 50% de los puntos anotados por el mismo jugador: Kike García, que acabó con 42 puntos en dos partidos, siendo elegido mejor base de la competición, jugando All Star y ganando el concurso colegial de mates. Un gran año en lo individual, pero un año horrible en lo colectivo.

Y llegamos a 2020. La última oportunidad de lograr el Estandarte, el último baile para una generación de oro que termina por edad su participación en la Copa Colegial. Para ellos es la dernière danse, como buenos alumnos del Lycée Français Molière. Kike García, Luis Peralta, Tito García, Daniel Díaz, Martín Soriano, Alejandro Abad, Pablo Galarraga, Juan Villanueva y Guillermo Pardos jugarán sus últimos partidos colegiales.

El inicio es perfecto. Título “oficioso” con la victoria inapelable en la Precopa. Primer rival en octavos: un viejo conocido, Basket Turtles Agustinos. Repetición de lo sucedido en 2019 con un partidazo en el que, esta vez sí, los de Diego Ayensa se imponen por 7 puntos de ventaja tras inclinar la balanza en el tercer cuarto de un partido muy igualado hasta entonces. Y otros 21 puntos para un imparable Kike García que volaba hacia el Olimpo de la Copa Colegial.

Clasificados para cuartos, el sorteo del cuadro de enfrentamientos es caprichoso. Tendríamos nuevamente el clásico colegial ante Montal Calasanz Raptors. Esta vez los Gallos están convencidos de ganar. Es su momento. Es su año. Todo va bien. Superioridad y ocho puntos de ventaja a falta de ocho minutos por jugarse. Pero en el último cuarto, los nervios y el cansancio se ceban con Molière. Unos minutos catastróficos y la grave lesión del Raptor Jaime Chen, que tiene parado el partido durante muchos minutos, les hacen llegar a los últimos 42 segundos con tres puntos de desventaja. El último baile, el último triple de Kike García se sale de la canasta. El partido no da para más y los Raptors vuelven a ser la bestia negra de los Gallos.

Un destrozado Kike García no podía contener las lágrimas en la entrevista post partido. Era el final de una época en los Gallos. Una época preciosa en la que la comunión entre el equipo, el colegio y la Copa Colegial ha sido total. Ahora toca reinventarse. Dejar paso a una nueva generación de jóvenes que deberán escribir su propia historia. Y un equipo femenino que cumple su tercera participación y que se hace mayor a pasos agigantados. Hay futuro en los Gallos pero, de momento, nos quedamos con las imágenes que estos años nos han dejado en la retina, con este equipo que es ya parte de la historia de la Copa Colegial.