En el pasado capítulo de nuestro podcast de la Copa Colegial Zaragoza, “Camino al Estandarte”, tuvimos como invitados de lujo a María Mateo y Carlos Casero, árbitros con una larga trayectoria en la Copa Colegial a sus espaldas. Parte imprescindible en el juego, hemos hablado con ellos para acercar la figura del árbitro a los jugadores y conocer de primera mano sus impresiones acerca de la competición.

Sois ambos unos auténticos clásicos de la Copa Colegial, ¿lleváis la cuenta de cuántas semifinales y finales habéis pitado en estos años?

María: Varias, no sabría decir el número exacto pero, en las tres últimas ediciones he estado presente en esas fases finales y ha sido una buena experiencia.

Carlos: Yo en las tres últimas ediciones he pitado las finales femeninas y, este año, me ha tocado ya en las dos finales femeninas una masculina…

¿Cómo gestiona un árbitro todo  lo que rodea vuestra figura? Protestas, presión de la grada…

M: Es una labor difícil que, probablemente, a mucha gente le desagrada nuestra figura y nos culpan de lo que ocurre en los partidos. Pero nuestra labor es muy satisfactoria porque se trata de hacer cumplir las reglas del juego siendo conscientes que los sentimientos que puedan tener los entrenadores o los jugadores no tienen que ver con nuestra labor, hay que entender esos sentimientos pero tenemos que estar muy seguros de que hemos hecho bien nuestra labor y hemos impartido justicia en el partido.

C: Yo también he sido jugador y es fácil culpar a otros cuando no salen las cosas y el árbitro es el más fácil para culpar. Pero siendo árbitro tienes que ser consciente de esto y, si estás satisfecho con el trabajo que has hecho, te debe importar poco lo que te digan desde la grada o los jugadores.

¿En qué momento te diste cuenta de que querías dedicarte al arbitraje?

M: Cuando empiezas no sabes con seguridad si te va a gustar o no. En mi caso, en mi segundo año de junior, con diecisiete años, decidí apostar por el arbitraje mientras seguía jugando. Cuando pasa el tiempo te empiezas a enganchar porque esto es muy vocacional, si no te gusta esto no puedes estar pasando los fines de semana sin salir, arbitrando siete u ocho partidos de media…

¿Ha habido algún momento en el que hayas dudado, en que hayas pensado en si merece la pena?

C: Es difícil en algunos momentos cuando tienes muchos partidos y ves que no se reconoce tu labor pero, al final, tienes que aislarte y eres tú quien tienes que estar contento con tu labor, aislarte y que las opiniones de fuera no te importen tanto. Nos preparamos para ello y con el tiempo sabes cómo gestionarlo.

Hablemos de la Copa Colegial. ¿Notáis mucha diferencia con los partidos de competición de clubs?

C: Sí, es una competición muy bonita por el ambiente que hay, por la cantidad de público que viene y hay más respeto al árbitro porque la gente está más volcada en animar a sus equipos y en que haya buen ambiente que en preocuparse de las acciones concretas del partido, lo cual se agradece.

Supongo que a esto ayuda el que estéis más inmersos en las acciones que se realizan en torno a la competición, que participéis en el huddle inicial, que aparezcáis en las fotos en la página web…

M: Está claro que todo suma. Desde la dirección de la Copa Colegial se promueve el respeto al árbitro y todas las acciones que se desarrollan en la competición van encaminadas a ello. Nosotros sabemos que en un partido de Copa Colegial vamos a pasarlo bien, va a haber un ambiente mucho más relajado con los jugadores y la diferencia es notoria respecto a los partidos de liga regular. Yo nunca he vivido un partido con insultos o jaleo en la Copa Colegial, algo que, por desgracia, es mucho más común en los partidos de liga.

¿Tenéis algún partido de Copa Colegial que hayáis dirigido y se os haya quedado grabado en la memoria como un momento especial?

C: Sí, la final del año pasado que pité con María. Había un ambiente muy bonito y son partidos que te gusta guardar en la memoria.

M: La primera vez que pité el All Star. Me sorprendió mucho que fueran equipos mixtos porque era la primera vez que lo vivía y era una experiencia ilusionante y llamativa. Un All Star es diferente y gusta vivirlo una vez al menos, viendo como los jugadores disfrutan y lo pasan bien, es una experiencia totalmente recomendable desde el punto de vista del árbitro.

¿Qué tipo de preparación tenéis de cara a los partidos?

M: Desde el Comité Aragonés de trabaja mucho tanto técnicamente, viendo cortes de partidos en sesiones de videoconferencia una vez al mes o incluso hay un grupo de trabaja semanal, y es necesario, sobre todo, para unificar criterios.

C: En el grupo de trabajo semanal, en el que estoy dentro, se sacó alguna jugada controvertida de la final de Copa Colegial del año pasado. Ayuda muchísimo a mejorar.

Hay dos tipos de partidos de Copa Colegia: el de primera ronda entre dos colegios que se juntan para el torneo y algunos jugadores no se saben casi las reglas y tenéis que ser casi educadores en baloncesto y los de rondas finales donde deben gestionarse muchas emociones porque los equipos no están acostumbrados a verse en situaciones con tanto público ni jugándose un título en 32 minutos… ¿cuál de estas situaciones es más complicada para vosotros?

M: Para mí es más difícil lo primero porque tienes que pensar más, explicarles la norma en algún momento y entender el juego. Cuando el partido es igualado y hay que pitar todo estás en el mismo ritmo que los jugadores, más motivada, y eso facilita las cosas, al menos en mi opinión.

C: Estoy de acuerdo con María. En una final hay bastante nivel y los jugadores están muy motivados, lo que te ayuda a estar metido en el partido. En un partido en el que los chavales no estás acostumbrados a jugar se complica el tener que hacerles entender situaciones del partido. El año pasado me tocó pitar a School Year Abroad, que no hablan español muchos de ellos y lo complica un poco más, pero al final siempre se saca adelante.