Estos días de confinamiento son una oportunidad de ordenar los armarios y los cajones en casa. Y siempre aparecen esas cosas que no recordábamos dónde estaban desde hace años y nos causa una enorme emoción el encontrarlas. Es lo que le pasó a Ángel Báguena. 

Ángel ha encontrado uno de estos días en su habitación el cartel del primer partido disputado por Pandas Rosa Molas en la Copa Colegial Zaragoza, un 12 de febrero de 2016 en el pabellón de Corazonistas. Pero vamos un poco antes en el tiempo para entender esta historia…

Ángel Báguena, nacido en 1999, debutó en 2015 en la Copa Colegial jugando la Precopa con su colegio, Tiburones La Salle Gran Vía. Era el rookie de un equipo que cayó en primera ronda y no llegó ni a debutar oficialmente en la competición. Ese verano cambió de colegio.

Pasó de La Salle Gran Vía a Rosa Molas, colegio que no participaba hasta entonces en la Copa Colegial. Pero como se había quedado el año anterior con las ganas de jugarla, se encargó de convencer a varios compañeros y a su profesora y, desde entonces coordinadora del colegio, Marta Vélez, para inscribir un equipo por primera vez.

La plantilla del primer año estaba formada solamente por once jugadores, de los cuales jugaban a baloncesto únicamente cinco. Y de los cinco, Konstantin Atarés o él estaban siempre uno en el banquillo porque ambos fueron los primeros entrenadores – jugadores de la historia de la Copa Colegial Zaragoza.

La precariedad inicial del equipo hizo que ese primer año jugaran con las camisetas del equipo de volley… de las chicas y las de sus compañeros de fútbol sala. Ángel cambió en 2016 un Estandarte que hubiera podido ganar con La Salle por un equipo nuevo pero cargado de ilusión.

Y ahí se presentaron los Pandas, que inicialmente iban a llamarse los "Piñas" (afortunadamente recapacitaron y se decantaron por su nombre actual) en el colegio Corazonistas, con cinco aficionados (contados con los dedos de una mano) de su colegio en la grada para animarles. Con todas las dificultades, los Pandas cayeron solamente por tres puntos, 39-36. Como decía la crónica de Sergio Puyal ese día "se jugó un partido intenso que no se resolvió hasta el último momento. Rosa Molas fue un debutante que ofreció una magnífica imagen en su estreno colegial"

Un año más tarde, la casualidad hizo que se repitiera ante Coras en primera ronda. Esta vez se jugó en el “fortín” de Rosa Molas que, esta vez, se llenó para ver a los Pandas lograr su primera victoria (39-26) ya con un retirado Konstatin Atarés como entrenador y Ángel Báguena en pista

En cuartos tocó ante Gallos Lycée Français Molière, grandes favoritos tras su subcampeonato de 2016. Los Pandas, muy arropados en el pabellón del colegio Montearagón, donde se jugó para que asistiera más público a presenciar el partido, vendieron cara su piel, perdiendo 39-43 en un fatídico último minuto al que llegaron empatados.

Cayeron eliminados y Ángel Báguena terminó su participación en la Copa Colegial pero, como premio, fue al All Star representando a Rosa Molas. En el cromo de aquel día se aprecia que la lucha de Ángel en su primer partido colegial le dejó la cara como un idem… 

Como anécdota, los dos años jugaron ante Corazonistas en primera ronda y, si hubiesen ganado el primer año, habrían jugado contra Molière en cuartos, como en 2017. En los tres partidos jugados con Ángel y Konstantin en el equipo, el resultado final de uno de los equipos fue 39... Pero no acaba ahí la casualidad, porque en 2018, ya sin ambos con los Pandas, también jugaron contra Corazonistas en primera ronda y Molière en cuartos de final, ronda en la que volvieron a ser eliminados.

Fue el inicio de una participación que ha llevado a Rosa Molas a ser en la actualidad uno de los colegios clásicos y punteros en la Copa Colegial. En 2019, con Daniel Bosch en el banquillo, llegaron por primera vez a semifinales y, este año, deberán ganarse el pase en cuartos de final ante Romareda Rinos. Fueron pioneros de un colegio que ahora llena el pabellón cada partido de su equipo. Un equipo que, por cierto, hace tiempo tiene ya sus propias camisetas de baloncesto. La inconfundible equipación negra de los Pandas. ¿Será este el año en el que lleguen a la Gran Final?