Tras el dulce sabor de boca que había dejado el partido masculino en el Paco Hernández, las jugadoras de Estudio se disponían a calentar motores para la próxima batalla. Ambos equipos llegaban con ganas de comerse el aro, pero la realidad era que solamente uno podía pasar a la siguiente fase. ¿Serían las halcones las que seguirían alzando el vuelo o serían las corsarias las que llegarían a un nuevo puerto? 

Fuese lo que fuese, la suerte ya estaba echada cuando Laura Cordero, Rocío Navarro, Almudena Gutiérrez, Carmen Torrijos y Alicia Cabrera, de parte del Menesiano, y Sofía Lucena, Elena del Barrio, Lucía Reed, Candela Bernabé y Lucía González, de parte del Estudio, entraban en pista. Mientras, la grada amarilla llenaba el pabellón de alegría y entusiasmo, con ganas de ver ya el resultado. Pero aún quedaban cuarenta minutos.

Si ya se podía notar la tensión en el ambiente, en el momento que el balón fue lanzado al aire mil ojos recayeron en la bajada de este. Primer minuto y el ejército de las halcones ya sacaba las garras. Después de muchos robos, fue el realizado por Elena del Barrio fue el que terminó en lo que sería la primera canasta del partido: una perfecta asistencia a Lucía González para llevarse los dos puntos iniciales. Debió de saberle a poco, pues anotó los dos siguientes. No obstante, Carmen Torrijos no quiso aceptarlo y atacó con gran fuerza, contrarrestando el golpe. A partir de ahí las canastas decidieron escupir el balón hasta que Sofía Lucena reactivó a su equipo con un triple. Empezó el partido con un 11-2.

Que el primer cuarto se terminase, no significaba que el Estudio hubiese agotado sus energías. Siguiendo en la misma línea, luchaban y seguían sumando. Aunque fueron los dos triples de Adriana Romander los que hicieron estallar con gran júbilo a la afición. Las corsarios empezaban a anotar, Jennifer López y Patricia Mayo destacadamente, pero no pudieron acercarse en el marcador a sus contrincantes. Llegada al descanso con un 23-13.

Pasado este, las tornas se cambiaron inesperadamente: las de azul alarmaban a sus rivales con el factor Alicia Cabrera, obligándolas a pedir el tiempo muerto. Con unos cambios de por medio y los ánimos de la grada, las de amarillo se reactivaron tras el tercer triple del partido de Romander, quién más tarde tuvo que sacar fuerzas para seguir tras un duro golpe. Consiguieron de esa manera mantenerse en su línea con un 32-21.

Quien pensase que el resultado era ya predecible, no supo la montaña rusa que supondría el cuarto final. Era el momento de darlo todo, no olvidemos que hablamos de la Copa Colegial. El equipo visitante fue subiendo la apuesta del juego hasta plantarse a cuatro puntos de sus adversarias. Entre González y Almudena López, el equipo de las halcones buscaba aumentar la diferencia para volver a la línea de los anteriores veinticuatro minutos. Además, Cabrera no estaba dispuesta a dejar ganar a las locales con confianza.

A falta de un minuto, la diferencia seguía siendo de cuatro puntos, por lo que Erik Mordt y Leo Palferro pidieron un tiempo muerto para darles del chute de energía que necesitaban las jugadoras. Los nervios inundaban el entorno. Todo era posible. Treinta segundos y cuatro canastas más tarde, Cabrera sacó un as de la manga: un triple que causó mayor presión. Último tiempo muerto del Estudio. Tiro libre de González. Fin del partido. 46-40.

Una marea amarilla entró por todos lados al campo para felicitar la victoria del ejército de las halcones. Abrazos entre compañeros, sonrisas a doquier y saludos entre ambos equipos. Eso era la pasión hacia un deporte uniendo a muchas personas. ¡Enhorabuena Estudio! ¡Nos vemos en el próximo partido!