El marcador está a cero, los ánimos no pueden estar más altos, la camiseta naranja de la copa colegial abarrota ambos banquillos, los de Montpellier con el blanco debajo hacen piña concentrados, el GSD sonríe con los ánimos del público. 

Comienza el partido y el salto inicial ya augura lo que acabará por ocurrir. Adrián Pérez, haciendo alarde de sus capacidades físicas, se vale de sus dos metros de altura y se lleva la posesión para GSD. Los naranjas cogen la ventaja, pero Montpellier no se deja amedrentar y aumentan la presión haciendo que los de Moratalaz tengan que luchar por cada uno de los puntos. Y los locales los luchan, punto a punto van aumentando la diferencia. Pero Montpellier no está dispuesto a rendirse y Carlos Crespo se la juega con uno de tres sobre la bocina y entra, dejando el marcador 17-15 al final del primer tiempo.

Empieza el segundo cuarto con un triple de Crespo que pone al Montpellier por delante por segunda vez en el partido. Pero la ilusión se desvanece cuando las cabras entran en una racha anotadora y los blancos se ven obligados a pedir tiempo. La reunión estratégica no es suficiente para frenar el avance de la apisonadora naranja que no hace más que anotar. El correcalles constante está abarrotando el marcador, pero la balanza no hace más que decantarse hacia el GSD que apuraría la última posesión del cuarto dejando a los de naranja trece puntos arriba.

El tercer cuarto comienza con mucha presión para los de blanco, aún están a tiempo de recuperar el marcador, pero el partido está siendo muy demandante físicamente y los de Moratalaz no pensaban pisar el freno ahora. El mazazo llega por partida doble, primero de la mano de Adrián Pérez con un mate espectacular que hace enloquecer al ya emocionado público de Moratalaz, y luego de Javier Fermosos que sentencia los veinte puntos de diferencia a mitad de cuarto. Montpellier pide tiempo, pero no consiguen reponerse, logran mantener el ritmo frenético de puntos del GSD a duras penas y el cuarto acaba 25 arriba para los de naranja.

Los últimos ocho minutos dan comienzo y Montpellier no se va a rendir, sin embargo, el agotamiento está generando más fallos y tanto blancos como naranjas comienzan a cometer más faltas. Los de Moratalaz comienzan a notar el cansancio y Montpellier no quiere desaprovecharlo, lucha todos los rebotes y apura hasta las últimas fuerzas, pero la diferencia es demasiado grande y las faltas convierten el último cuarto en un espectáculo de tiros libres. Suena la bocina y con una sonrisa de satisfacción ambos equipos se dan la mano. 84-55 gana GSD.