La frase de 'a río revuelto, ganancia de pescadores', no fue esta vez proclive para los locales del Prado. Los navegantes no pudieron seguir soñando en la Copa Colegial 2024, como hicieron hace apenas unos años (cuando llegaron hasta semifinales en 2018), y cayeron en la ronda previa del torneo. Lo hicieron frente a un Virgen de Mirasierra, que precisamente alcanzó hace dos años la penúltima ronda del torneo, y que lleva años postulándose para llegar a la gloria en la mejor competición de colegios de Europa.

Un partido espectacular, que representó a la perfección lo que significa un inicio de Copa, en el que la pasión y emoción juegan el mismo componente de importancia que el juego o el acierto en cualquiera de ambos equipos. Así se estrenó el torneo, con un arranque colosal de los tiburones, quiénes demostraron su fiereza, con un 2-10 de parcial en apenas tres minutos, que obligaba a parar el duelo al entrenador local, Carlos Gómez.

Virgen de Mirasierra arranca a gran nivel... y los locales reaccionan

Muy buena salida, por tanto, de un Virgen de Mirasierra, que quería finiquitar por la vía rápida la eliminatoria, de la mano de su capacidad de jugar en equipo (10 asistencias en total al final de partido), y de la figura sobresaliente de Hugo Sastre (11 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias y 21 de valoración).

Unos segundos de parón, y las instrucciones del coach local, que surtieron el efecto que se esperaba en la grada local. El Prado reaccionó, y de qué manera, cuando Ignacio de Montis, su mejor jugador, (15 puntos al final del partido), empezó a dictar su ley. Del 2-10 se pasó a un 6-2, y una canasta final de Jaime Otero finiquitó los 8 minutos iniciales. Otro acierto más suyo al comenzar los siguientes, ponía un inquietante 10-12, para dejar las espadas en todo lo alto. Al final del segundo cuarto, un intercambio de golpes entre ambos colegios dejaba un +3 para los visitantes (19-22), justo cuando Ignacio de Montis celebraba un acierto desde el 6,75.

En este tipo de choques, suelen ser claves los pequeños detalles. Y quizá, el más importante se produjo después del descanso. La defensa de los tiburones dejó en tan sólo 2 puntos a los locales en el tercer cuarto, y fu desde el tiro libre, a falta de tan sólo 26 segundos para el final del mismo por parte de Pablo Rogelio Domingo. Todo ello, junto a la docena de puntos anotados por los de Mirasierra, provocaron un 0-12 de parcial, decisivo para que el último cuarto se entrara con agonía para los locales, y oxígeno para los visitantes (21-34).

Los navegantes nunca se rindieron

Pero no piensen todos los lectores que leen esta crónica que el libro había llegado a su fin. Aún había páginas tremendamente emocionantes que escribir en los 8 minutos de cierre. Se las prometía muy felices El Prado durante los la gran parte del mismo, llegando acumular hasta 14 tantos de diferencia, pero llegó la reacción desde el 6,75 de los navegantes. La ola empezó a surfear de su lado con los dos triples consecutivos de Ignacio y Álvaro Crespo, que ponían a 8 puntos a su equipo, para abrir un hilo de esperanza en la calle Costa Brava.

Era el momento de remar, y lo hicieron los chicos del Prado, pero murieron en la orilla. Los tiburones aguantaron mejor y Hugo Sastre cerró el duelo con dos tiros libres. Al final, 9 tantos de diferencia, que permiten avanzar a la primera ronda a Virgen de Mirasierra, en la que se enfrentará a CEU Sanchinarro. Una victoria que deja sin latido en la competición de 2024 al colegio El Prado, que, sin embargo, volverá a tener grandes pulsaciones en próximas ediciones del torneo.