Para que la Copa Colegial salga cada año adelante en todas las sedes, es necesario el trabajo de una gran cantidad de personas: jugadores, entrenadores, auxiliares, árbitros, delegados, cronistas, fotógrafos, operadores de vídeo y, por supuesto, oficiales de mesa, las personas encargadas de anotar y cronometrar pero, además, de ayudar en lo necesario a los dos árbitros y, muchas veces, colaborar con la propia organización de la competición siempre con una sonrisa y un gesto amable.

Y si de oficiales de mesa hablamos, hay que pararse en Valencia. Una de las caras más habituales y reconocibles en cualquier partido de la Copa Colegial en nuestra ciudad es la de Antonio Raga, el oficial de mesa con más partidos de la Copa a sus espaldas en Valencia y, a falta de datos que lo avalen, posiblemente también a nivel nacional. Hablamos con él para conocer cómo se vive la competición desde su posición, en la mesa...

Tú, que siempre has sido un apasionado del baloncesto, seguiste la Copa Colegial desde sus inicios. Empezaste haciendo actas con papel y bolígrafo y ahora hay que habituarse al uso de la tablet...

Bueno, para mi es un honor y estoy muy contento de haber participado en tantos partidos de la Copa Colegial. En Valencia aún compatibilizamos ambas cosas pero creo que para la próxima temporada ya usaremos únicamente las nuevas tecnologías.

Vosotros formáis parte de un cuadro arbitral, que es imprescindible para que se dispute un partido...

Sí, somos la parte menos visible del partido pero tratamos de ayudar a los árbitros en todo lo que les hece falta para sacar adelante el partido. Somos un equipo en el que un error de uno es de todos y un acierto se comparte. Ayudamos a los árbitros aunque sea solamente con una mirada con la que nos entendemos o a la organización con todo lo que necesitan.

¿Se vive igual un partido de Copa Colegial que uno federado?

En cuanto a pasión se vive igual o más, pero la Copa es más tranquila, se la toman con más deportividad, con el público en los colegios que organiza más ambiente. Hay que saber dónde estás y hacer tu trabajo para que salga bien y para que, además, todos lo pasen lo mejor posible.

¿Crees que el huddle ayuda a que los jugadores entiendan el tipo de partido que se juega en la Copa Colegial?

Sin duda. Sirve para hacerles entender que tienen que divertirse, que es un partido diferente al del sábado o el domingo y que están con sus compañeros para disfrutar del momento. 

Cuéntanos algún momento que se te haya quedado marcado de tu participación en la Copa...

Tengo un gran recuerdo, el año de las finales entre El Pilar y la Gran Asociación, ambas aficiones lo dieron todo pero la mejor fue la debutante, la Gran. Hicieron camisetas para el público, trajeron bubucelas... fueron unas finales incríebles, no solo en la pista en la grada también.

Y por último, ¿cómo estás pasando este tiempo sin baloncesto?

Ha sido un tiempo un poco extraño, lejos de las pistas y de mucha gente que quieres, así que con muchas ganas de que se normalice todo un poco y podamos volver a jugar al baloncesto lo antes posible.