Santa María la Blanca y Spínola jugaban en la casa blanca después de un partido apasionante y difícil de superar de sus compañeras del femenino, que había dejado a toda la grada sin aliento pero con ganas de más. Si las chicas habían hecho gala de su poderío físico y su constante intensidad, ellos no se iban a quedar atrás, demostrando un estilo de juego muy parecido caracterizado por la espectacularidad tanto física como técnica. Ante un partido tan reñido y duro, la impecable actuación de los árbitros se convirtió en una parte esencial del juego, que fue controlado perfectamente dentro de las reglas de la deportividad. 

Primer cuarto. El partido comienza sin apenas tiempo para coger aliento.

Aunque ambos equipos hicieron un gran salto, Spínola ganó el saque inicial, e inició un ataque rápido que se tradujo en dos intentos de canasta, aunque sin mucho acierto. A pesar de esto, los visitantes no tardaron en estrenar el marcador, con una gran actuación de Jaime Rodríguez en ataque. Como contrapunto a esto, el equipo local estuvo especialmente acertado en los rebotes defensivos, con Alberto Galicia, que aprovechaba sus rebotes para elaborar rápidos contraataques y asistir a su compañero Daniel Sevilla, que saltaba con elegancia hasta el aro y conseguía anotar en repetidas ocasiones durante este primer cuarto. El desparpajo de Sevilla animó a sus compañeros a atreverse a inventar en campo contrario, como Alberto Galicia, con un triple limpio sin rozar el aro. El ataque de los visitantes estuvo más repartido, aunque con jugadas individuales como la Alejandro Gómez, entrando en solitario para encestar por la izquierda. La dureza defensiva de ambos equipos forzó muchos tiros libres, haciendo que las faltas subieran ágiles al marcador, acompañadas de los tiros libres encestados por ambos equipos, que parecían estar especialmente acertados desde la línea. Al terminar este primer cuarto, el marcador lucía un 15-20.

Segundo cuarto. Igualdad imperante e intesidad que aumenta por momentos.

Durante el segundo cuarto Daniel Sevilla pudo seguir haciendo de las suyas gracias a la ayuda de sus compañeros, como Pablo Martínez, que con los movimientos sin balón iba abriendo camino entre la defensa roja. spinola acertado con rebotes ofensivos. El partido se tornó frenético, con contras y juego rápido hacia ambos lados del campo, tintado el juego visitante por el pincel de Alejandro Gómez, que hizo gala de un juego muy inteligente deslizándose por debajo del aro. En el equipo local, la asociación efectiva y eléctrica de Daniel Sevilla y Pablo Martínez, que dejó una serie de detalles técnicos sobre la pista, hizo ponerse en pie a la grada, que animaba con ganas de ver más, e hizo que Santa María La Blanca consiguiera adelantarse en el marcador al mostrar esa efectividad de cara al aro que antes les había costado encontrar, para ir al descanso con un empate a 25.

Tercer cuarto. Spínola intenta calmar la electricidad local.

Empezó también con juego rápido y eléctrico en ambos campos, posesiones cortas pero muy intensas, con un despliegue físico apabullante. Spínola intentaba poner un poco de calma en el frenético juego de Santa María, con Jaime Rodríguez reteniendo el balón y construyendo jugadas más complejas colaborativamente. Pero Pablo Martínez no cesaba en su empeño, ágil y escurridizo entre la defensa visitante, con grandes zancadas y cambiando el balón de mano a mano en el aire, además de acierto frente a canasta. Cada vez que el equipo local cogía el balón el pabellón madrileño temblaba al ritmo de sus sprints. El marcador seguía ajustado, persiguiéndose uno a otro, sin ningún claro merecedor de estar por delante. El cuarto terminó con un intento local de Sancho López, que pudo poner a su equipo empatado, pero al no conseguirlo el marcador quedó 43-45.

Cuarto cuarto. Santa María intenta una remontada épica, pero Spínola no perdona.

Los últimos diez minutos fueron estrenados por el equipo visitante, poniéndose 5 puntos por encima gracias a la canasta de Carlos Perera. La tensión acumulada y las ganas de llevarse el partido comenzaron a provocar dificultades en el control de la dureza defensiva, traduciéndose esto en numerosas faltas personales. Ambos equipos supieron aprovechar estas ocasiones desde la línea del tiro libre, moviendo los marcadores de uno en uno, pero sin parar en ningún momento. Santa María, viendo que al partido le quedaba poco para morir, pareció duplicar su intensidad, aunque pareciera increíble que pudieran hacerlo, con robos en campo contrario y ataques rápidos empapados del atrevimiento y desparpajo de Daniel Sevilla y Andrés Escobar.  La explosividad seguía imparable en ascenso, Spinola había dado por perdido poder calmar el partido y se había unido al frenetismo, con unos excelentes Jaime Rodríguez y Alejandro Gómez, que tanto en posesiones combinadas como en juego individual consiguieron arrancar los vítores de la grada. Pero esta quedó muda cuando el local Daniel Sevilla cayó a la pista con gestos de dolor, haciendo que todos sus compañeros aguantaron la respiración. Tras una primera examinación, se retiró del campo entre aplausos, para más tarde volver a salir recuperado y disputar el tiempo que quedaba, forzando una falta nada más salir y encestando los dos tiros libres. El partido fue muriendo poco a poco en una posesión discutida de ambos equipos, los locales no cesaron en su empeño hasta el último minuto, pero Spínola no perdonó ninguna ocasión. Finalmente, la bocina sonó cuando en el luminoso se dibujaba un 60-69.

Por su actuación, fueron elegidos jugadores del partido Daniel Sevilla por parte del Santa María la Blanca, y Alejandro Gómez por parte del Spínola Chamartín.