La Copa Colegial es lo que tiene, que sorprende a propios y a extraños y deja cabida a las sorpresas. El partido entre San Estanislao y Sierra Blanca se presentaba con las primeras como favoritas, por historia en la competición, por jugar de local y por experiencia en su plantilla. Al final se llevó el gato al agua, sí, pero sufriendo de lo lindo ante un Sierra Blanca que vendió muy cara su derrota.

Las fuerzas estuvieron igualadas desde el principio, con San Estanislao dominando el marcador gracias a su ventaja en los rebotes ofensivos. Marina Rhonde intentaba mantener a las suyas en pie a pesar del buen inicio rival, con 5 puntos consecutivos y una gran defensa a su par, siendo clave en el primer parcial a favor de su equipo por 11-13. No se estaban dando las cosas como tenía pensando María Ruíz, técnico local, pero su equipo por lo menos estaba en el partido.

Sierra Blanca se lanzó a ganar el partido en el segundo periodo, algo que quizá le pasó factura a la postre porque las fuerzas tenían que estar preparadas para un final apretado. Defendía a todo campo el conjunto azulón, intentando cerrar mucho las líneas de pase y provocar contínuas pérdidas de un San Estanislao que tenía claro que no podía caer en esas redes si quería seguir con vida. A duras penas conseguía sacar con pases el dispositivo defensivo y gracias a Paloma Domínguez llegaba al descanso con empate en el marcador (15-15).

La segunda parte iba a marcar quien sería el colegio que pasara a la final y ambos lo sabían. El partido tan intenso y frenético en ataque se tornó en una fase de imprecisiones y miedo escénico que impedía anotar a los equipos. Pocas acciones de renombre, mucha defensa y sobretodo, muchos fallos en tiros abiertos que permitían correr al rival pero también sin acierto de cara al aro. El pobre parcial de 4-4 dejaba la cosa en 19-19 con el último pase de la película por jugarse y la incertidumbre en el aire.

Podía ser de terror o una comedia, pero el film ya estaba preparado para desenredar el final. Fue SEK quien se atrevión a poner la primera piedra de la victoria, pillando algo desprevenido a Sierra Blanca que por suerte no encajó puntos y respiraba bscando su momento de asestar un golpe en la mesa. Quien estuviera más entero era quien se iba a llevar el pase a la final, y sobretodo, quien controlara mejor los nervios. Ahí, las locales tiraron de experiencia y de casta ante un conjunto entrenado por Alba Herrera que aguantó las embestidas como pudo, pero a quien le faltó el acierto que sí tuvo en el final del partido de cuartos ante León XIII. El parcial tambiñén fue algo corto (6-5), pero le bastó a SEK para poner el 25-24 que consiguió meterle en la final dos años después de caer ante Asunción, con quien podrá reeditar aquella final perdida y podrá saldar cuentas pendientes.