El Apostolado no tiene piedad de Ave María con un arrollador Alejandro Fisac

22 de Marzo de 2014   Comenta este partido

Apenas un cuarto duró el Ave María en manos de un Apostolado muy superior, tanto física como técnicamente, y que estuvo comendado por un excelso Alejandro Fisac, MVP del partido, y que llevó en volandas a los suyos con un baloncesto excepcional.

El comienzo del partido estuvo marcado por la dirección de Alejandro Fisac en Aspotolado y el gran trabajo anotador de todo el conjunto de Ave María. El base local lanzaba, penetraba y asistía en un alarde de generación de juego, mientras que los puntos desde el triple de Miguel García mantenían a los de azul oscuro, que se veían incapaces de frenar las rápidas transiciones de Apostolado. Conforme pasaban los minutos, el Ave María incrementaba el número de pérdidas y de imprecisiones, lo que aprovechaba el conjunto hoy de naranja para seguir aumentando la ventaja, llegando a los dieciocho puntos en el primer cuarto.

El segundo parcial transcurrió por los mismos derroteros y no sirvieron mas que para comprobar la terrible superioridad de Apostolado, con una defensa asfixiante sobre su rival y un acierto, tanto desde el exterior como a través de contraataques, imposible de parar. Al llegar al descanso, el partido estaba decidido del lado local.

Tras la reanudación, un tapón de Héctor Pita enardeció a la decaída afición del Ave María, además de un gran triple de Manuel Vidal. Pese a ello, Alejandro Fisac seguía jugando y haciendo jugar, dominando el tempo del partido y dando un auténtico recital. El tiempo transcurría demasiado lento para los de azul oscuro, mientras que los chicos de Marina Garcia disfrutaban con cada una de las acciones del partido. Por otro lado, el pique entre aficiones aportaba ese picante tan reconocible de la Copa Colegial.

El último cuarto fue puro trámite y sólo alguna polémica arbitral, saldada con una técnica al entrenador del Ave María, José Antonio Núñez, encendió un choque sentenciado desde el segundo cuarto. Ventajas de hasta cuarenta puntos eran credenciales suficientes para hacer merecedor de la victoria al Apostolado.