Esta segunda ronda de la Copa Colegial daba comienzo en unas condiciones un tanto peculiares, ya que debido a la festividad de la capital estos primeros partidos se disputarían en sesión matutina y no por la tarde y al salir de clase, como viene siendo habitual en los viernes de esta época del año. El ambiente en el pabellón del Colegio Alameda de Osuna era silencioso, con el frío mañanero agarrotando los músculos y sin el calor del público que en un día festivo seguro habría poblado hasta el último rincón de las gradas…
Pero esta sensación extraña duró tan solo unos escasos minutos, y en cuanto ambos equipos comenzaron a calentar, el silenció se sustituyó por el sonido del cuero contra el suelo y las palabras de ánimo y motivación de los entrenadores hacia sus respectivos equipos. Además, justo antes del pitido inicial hicieron acto de presencia los protagonistas del duelo masculino de ambos colegios, que disputarían su partido de segunda ronda posteriormente. ¿Quién dijo que no se notaría el calor del público?
A pesar de que el partido se disputaba en el día de San José, desgraciadamente las componentes del equipo de San José del Parque no pudieron hacer honor a su santo y ya desde el primer cuarto se descolgaron del marcador ante un equipo de Alameda de Osuna que demostró que tiene puntos y profundidad de plantilla como para aspirar a todo en la edición de este año. Las locales dominaron el primer período con solvencia, con una renta de quince puntos, y aunque las Caimanes se consiguieron agarrar al partido con un buen parcial en la segunda manga, tras el paso por los vestuarios volvieron a perder el tercer cuarto por dobles dígitos y luego ya no pudieron contener la inercia anotadora de jugadoras como Elena Ortiz y Sara García Cruz.
Primer cuarto: las Caimanes se ven superadas por el embite inicial de las locales
La evidente diferencia de centímetros entre ambos conjuntos se hizo notable en la primerísima jugada del encuentro, en la que Sara García estiraba sus interminables brazos para adueñarse de un rebote ofensivo y anotar los puntos que no había conseguido su compañera en el lanzamiento. Además, las chicas de Alameda salieron con más intensidad, probablemente incentivadas por los gritos de su coach Daniel Martín, que se estaba dejando la garganta desde el minuto uno.
En las siguientes jugadas combinaron con varios tuya-mía entre Elena Ortiz y Lucía Novella para que Elena transformara dos contraataques seguidos con su mano izquierda demostrando su versatilidad. Ya con cuatro minutos disputados, y con las Duendes habiendo calentado motores, llegó la primera canasta de San José del Parque, con un tirito de 6m a manos de Lucía Sanz.
Posteriormente llegó uno de los demoledores tapones que colocó Sara García a lo largo del partido, y en esta ocasión llegó a mandar el balón fuera de pista. Aunque mientras se distraían con la celebración, las Caimanes aprovecharon para sacar rápido y anotar su segunda canasta consecutiva. La ofensiva de las Duendes estaba comandada por la gran visión de juego de Elena Ortiz, quien en esta ocasión se lucía con un gran pase picado a la zona donde finalizaría su compañera Sara García, dueña y señora de la pintura, tanto en defensa como en ataque.
La entrenadora visitante, Beatriz de Prada, solicitó tiempo muerto porque sus chicas iban a necesitar instrucciones de cómo frenar esta dinámica en la que no encontraban respuesta para el dominio de las locales. Pero a pesar de lo comentado en el minuto reglamentario, la maquinaria de Alameda de Osuna ya funcionaba por pura inercia, con gran superioridad física en defensa y generando ofensivamente con todo tipo de canastas; dominio en la zona, contras fáciles tras robo, triangulaciones en estático… Ya iban más de diez arriba y encima Elena Ortiz le puso la guinda al primer período con un triple muy bien punteado pero con una parábola indefendible para poner el más quince: 19-4.
Segundo cuarto: las visitantes defienden como nunca y endosan un parcial de 1-15
Las jugadoras de San José llevaban muchos minutos sin poder elaborar jugadas ni levantar tiros a canasta, porque a pesar de que estaban muy activas sin balón y ofrecían buenos cortes siempre se terminaban chocando contra la superioridad física de unas Duendes que convertían cada defensa en una recuperación de balón.
Todas estas buenas defensas se traducían posteriormente en puntos fáciles a la contra, y Ana Yanmei conseguía los primeros puntos en su haber tras haber sido la jugadora más sacrificada en defensa en todo el cuarto anterior. Por fin le llegó la recompensa a esta jugadora. Y en la siguiente acción, Elena Pérez le regaló una asistencia de lujo a Laura Martín para que esta finalizase una jugada de pizarra en saque de fondo ofensivo; se colocaban las locales casi veinte arriba…
Con aquel resultado de 23-4 nadie esperaba que las visitantes fuesen a ser capaces de dominar en la pista, pero el esfuerzo defensivo que presenciamos en los siguientes minutos fueron la pura esencia y evidencia de que en el baloncesto colegial, si te esfuerzas y crees en tus compañeras, las tornas pueden cambiar muy rápido…
Carlota Vaquero fue la encargada de clavar un lanzamiento de media distancia, con dos defensoras encima, que suponía una tremenda alegría tras casi diez minutos de sequía en el marcador. Además, tan solo unos instantes después, Carlota volvió a bregar por un rebote ofensivo que le favoreció, se cuadró, y levantó el balón en la zona para anotar la canasta más ganarse un tiro adicional por la falta recibida.
Los contraataques y eléctricas combinaciones de las Duendes eran una auténtica gozada, cruzando el campo en cuestión de segundos y sin abusar del bote. Aunque en una de estas, cuando la jugadora local ya se relamía en un 1x0 apareció María Orts para colocar un soberbio gorro que hizo eco en el pabellón y con el que todos los presentes quedamos boquiabiertos. Eso sí, de manera inmediata, Patricia Calvín dio la réplica con otro pincho de merluza en la otra zona para demostrar que no se iban a dejar remontar tan fácilmente.
La diferencia seguía siendo de 15 puntos, pero el partido estaba algo más abierto y bonito de ver, con las chicas de San José peleando como auténticas guerreras y labrándose jugada a jugada para recortar distancias y ponerse 24-14. Y a continuación, una nueva jugada de pizarra en saque de fondo liberó el lanzamiento a 5m con la firma de Lucía Sanz para culminar un parcial de 1-15. La defensa de las Caimanes estaba siendo una auténtica delicia de presenciar, y esa intensidad y esfuerzo colectivo servía de motivación para mejorar el acierto y disfrutar de algo más de fortuna en ataque. Y a pesar de la paliza del primer cuarto, y ante un equipo que parecía que iba a arrasar, las jugadoras de blanco lograron pasar del 23-4 al 24-16 para irse al descanso con las ventanas de la esperanza bien abiertas.
Tercer cuarto: siete Duendes diferentes aportan su granito de arena en un cuarto de 23 puntos
No habían transcurrido ni cuatro segundos desde el paso por los vestuarios y Cristina Adán ya dinamitaba las intenciones visitantes con un triplazo desde cabecera que sentó como una auténtica daga en el corazón de las Caimanes. Además, en esta competición, como te lamentes un segundo te pasan por encima, y de eso se aprovechó Sara García para anotar cuatro puntos más en la zona ante un equipo de San José del parque que en cuestión de un minuto ya se había vuelto a ver superado.
Afortunadamente, y gracias al buen hacer de Lucía Sanz, las Caimanes vieron aro en dos jugadas consecutivas con el sello de la Ala-Pívot para mantenerse siempre cerca de la barrera de los diez puntos. Pero las chicas dirigidas por Daniel Martín no tenían ganas de llegar al último cuarto con la presión de tener que jugar de local y sin público, y sacaron su mejor versión para reventar este tercer período:
Elena Ortiz le otorgaba a Lucía Novella la asistencia tras una jugada de tiralíneas para que esta rubricase en la zona sin oposición, y posteriormente la propia Elena se trabajaba un rebote ofensivo y una finalización complicadísima sin ángulo lanzándola contra la parte más alta del tablero (el clásico soft touch de Curry) para poner un 38-21 que obligó a las visitantes a pedir tiempo muerto.
Estos primeros cuatro minutos habían sido letales para las de blanco, y es que la dureza y el despliegue atlético de las Duendes pesaba demasiado como para no decantar el partido cada vez que estas se lo propusiesen… Con seis puntos prácticamente consecutivos, Laura Martín se hacía de oro en la zona, combinando su altura con una agilidad privilegiada que le permitieron lucirse con este euro-step desde 45º para poner el +20 en el marcador.
María Orts dio un soplo de aire fresco a las visitantes con un meritorio triple esquinero en toda la cara de su defensora, pero una canasta de vez en cuando no podía competir contra el avasallamiento y la constancia anotadora de Laura Martín, encargada de cerrar el cuarto con un resultado de 47-25.
Cuarto cuarto: un parcial muy equilibrado que no afecta en absoluto al tanteo final
La primera acción fue un exquisito traspiés (legal) de pasos muy marcados a manos de Ana Yanmei, que pocas veces imprimía su nombre en la mesa de anotadores pero que llevaba todo el partido con una intensidad descomunal. Debe dar gusto entrenar a jugadoras así, ¿no, coach Daniel?
La réplica llegó con la firma de Clara Palomo y su insistencia individual en una jugada en la que no saca ninguna ventaja, percute, empuja, arrastra a su par hasta debajo del aro, y la sube con grandes dificultades para apoyar el esférico contra el cristal y sumar otra canasta en su haber. Pudimos presencial un bonito intercambio de golpes, y a pesar de que estaba todo decidido, el tanteo era elevado y ambos equipos se esforzaban en grandes y comprometidas defensas.
El conjunto de San José del Parque logró adueñarse de 6 rebotes ofensivos en el mismo ataque, pero viendo la inercia que llevaba el encuentro no costaba creer que esa jugada terminase sin fortuna y fuesen las Duendes las que lograsen anotar ese balón en un contraataque liderado por Elena Álvarez. Ahora, no se podrá decir que las visitantes no dieron lo mejor de sí mismas...
El broche final lo puso Patricia Tellado con un inesperado triple desde cabecera (que arrancó aplausos, gritos y miradas de asombro de todos los asistentes) para volver a superar la barrera de los veinte puntos y consolidar un choque en el que las locales habían dominado y controlado el tempo en todos los aspectos del juego; 58-37.
Escolapios
Padre Manyanet
Este
Oeste
