Llevaban avisándolo desde el inicio de la edición. Pese al año de parón por la pandemia, Escolapios no había olvidado la final de 2019, en la que rozaron el Estandarte ante Estudio. Dos años después, finalmente lo han conseguido, venciendo a Santa María del Pilar en una final que, pese a la gradas vacías, se vivió con la misma emoción e intensidad. Aunque el primer cuarto fue determinante para que los de Pozuelo tomaran ventaja en el marcador (8-19), los locales consiguieron remontar en la segunda mitad, llegando a ponerse a tan solo cinco puntos. Eso sí, no lograron culminar la gesta y, de hecho, no consiguieron empatar ni ponerse por delante en el luminoso en ningún momento.

Escolapios encontró en su líder, Pablo Ardila, el salvavidas con el que 'cortar por lo sano' cada atisbo de esperanza por parte de los de naranja. También gracias a la conexión con su hermano Dani, su talismán bajo el aro Adrián Barreñada y el especialista en hacer el trabajo menos lucido, pero igual de importante, Carlos Muro. En frente, la estrella rival Álvaro Masip -que acabó lesionado- comenzó menos acertado, lo que no evitó que metiera dos triples determinantes en el último periodo y se echara el equipo a la espalda sin dar nunca el duelo por perdido. Junto a él, Hugo Perelli y su base Gon Chun fueron claves.

Antes de comenzar, los capitanes de ambas plantillas, Masip y Ardila, leyeron el huddle motivacional. También, con los quintetos ya en pista, guardamos un minuto de silencio para recordar a todas las personas fallecidas por el coronavirus. "Tras un año tan difícil, somos afortunados de hacer lo que nos gusta", leyeron con las manos temblorosas. Se palpaban los nervios antes de lanzar el balón al aire.

Primer cuarto: Escolapios pisa el acelerador

El primer balón fue para Escolapios, que consiguió sumar sus primeros dos puntos con una canasta de Carlos Muro. En la siguiente, Pablo Ardila metió su primer triple del encuentro. En defensa, llegaron a hacer hasta 3 contra 1 a Álvaro Masip, dificultando su juego todo lo posible. Los visitantes salieron pisando más fuerte el acelerador y un mate de Barreñada puso en pie a su banquillo. Alcanzada prácticamente la mitad del periodo, llegaron los primeros tantos de Santa María del Pilar, convertidos por Gon Chun.

Tras un nuevo triple del mayor de los Ardila y el marcador 2-10 para los de rojo, Alejandro del Valle, entrenador de los locales, pidió tiempo muerto. En el regreso al juego, los de Pozuelo presionaron sin descanso al base rival Chun que, gracias a su velocidad, consiguió salir aun así bien parado. Hugo Perelli respondió con una entrada con reverso, a la que siguió una nueva canasta de Pablo Ardila, que seguía metidísimo en el encuentro, sacó la falta y anotó el tiro libre.

Con los de naranja algo más afinados, Ángel Rodríguez capturó un rebote que acabó en tiro de Andrés López (6-13). Muro marcó con palmeo bajo al aro ampliando la ventaja para los de rojo, mientras Santa María del Pilar seguía errando la mayoría de sus lanzamientos. Entre ellos, Perelli consiguió volver a marcar una entrada cerquísima de agotar la posesión. En el otro lado de la cancha, Pablo Ardila dio una delicia de asistencia a Barreñada, que consiguió forzar la falta. Después de unos precipitados últimos segundos, cerramos el cuarto con Escolapios 8-19 por encima.

Segundo cuarto: sin grandes cambios

El nuevo periodo apuntaba a decisivo ya que si Escolapios seguía con la apisonadora puesta en marcha, podría conseguir una distancia inabarcable para la plantilla rival. Y a la vez, permitir a Santa María del Pilar cambiar el chip, acercarse y arrancar de cero el encuentro. El resultado acabó siendo un contexto intermedio, con los de rojo añadiendo cuatro puntos más a su renta. Perelli, que seguía llevando la batuta de los locales sacó la segunda falta a Alfonso Gómez-Sellés, que rápidamente fue cambiado, además de anotar los dos lanzamientos desde la línea de tiro libre.

Barreñada, que seguía haciendo de la zona su propio feudo, capturó rebote y volvió a levantarse para sumar dos tantos más. Escolapios seguía muy intenso, aprovechando cada opción de contraataque, mientras el coach rival pedía a los suyos más ritmo. Masip convirtió entonces una canasta casi imposible tras sortear hasta a tres defensores.

Rodríguez robó balón para los de naranja en una jugada que posibilitó la anotación de López y bajar de los diez puntos de distancia (16-25). Más adelante, el intento de Dani Ardila por salvar un balón debajo del aro rival, acabó en las manos de Masip, que no desaprovechó la ocasión y marcó. De nuevo Pablo apareció para anotar desde la línea de 6,75, celebrando con el puño en alto e inyectando adrenalina en sus compañeros. Mientras tanto, el líder local pedía a los suyos que cerrraran el rebote. A falta de 1 minuto y 50 segundos, los locales pidieron tiempo muerto. En el lapso restante, Muro anotó en dos ocasiones, asistido en ambas por Pablo Ardila y, al descanso, Escolapios seguía arriba 20-35.

Tercer cuarto: el partido baja ligeramente de ritmo

El nuevo periodo comenzó con ambos equipos errando en sus ataques, hasta que Barreñada fue determinante una vez más bajo el aro y sacó la falta en uno de sus lanzamientos. Su tiro libre anotado inauguró el luminoso de su segunda mitad. Pablo Ardila metió otra vez y los siguientes minutos hicieron creer que el encuentro estaba ya roto, con Escolapios hasta 16 puntos por encima. Claro que, estando en una final, era complicado imaginar que Santa María del Pilar fuera a bajar los brazos. Masip rompió la defensa consiguiendo volver a tirar desde el tiro libre, marcando uno de los dos intentos. Su aliado Perelli, haciendo gala de su dominio del reverso, anotó reduciendo la diferencia a once tantos (24-33).

En la siguiente jugada, Dani Ardila marcó una entrada a canasta y acto seguido, su hermano Pablo volvió a dejarle solo en el contra ataque, firmando una asistencia más. Su rival Perelli siguió haciendo daño y a continuación, los visitantes usaron su infalibre jugada de fondo, 'Fiesta', para deleite de Barreñada. Los contrincantes sacaron después ventaja, con puntos de Andrés López. La conexión Ardila generó un triple perfectamente ejecutado (31-47), al que siguió un nuevo intento de entrar 'hasta la cocina' de López.

Las filas de los locales sufrieron igualmente las faltas, con la cuarta de Rodríguez, que fue cambiado de inmediato. Ambas plantillas habían bajado levemente tanto sus ritmos en ataque como intensidad en defensa. También empezaron a acusar las caídas provocadas por el suelo deslizante del pabellón. Finalmente, entramos en los 8 puntos decisivos con los de Pozuelo ganando 35-48.

Último cuarto: Santa María del Pilar se queda cerca ante la sentencia rival

Todavía quedaba partido por delante, generado en gran parte por la pérdida de concentración momentánea de Escolapios y la garra de un Santa María del Pilar que luchó, creyó y peleó hasta el desenlace. Después de un primer minuto y medio precipitado por parte de ambas plantillas, Masip fue el primero en anotar, desde el tiro libre (36-48). Jaime Gómez Sellés, entrenador visitante, pedía a su base Dani Ardila que controlara el tiempo del partido. Su compañero Barreñada concedió un nuevo tiro bajo el aro. Ángel Rodríguez sumó un triple para los locales y, con todavía seis minutos por delante, estaban once puntos por debajo. Masip, en un salto de aún más entrega y acierto, se recorrió el campo y marcó, reduciendo la diferencia a nueve.

Chun consiguió meter otra canasta y, el robo Perelli se materializó en otra de Pablo García. Así, los locales se pusieron a tan solo cinto puntos (45-50) con todavía cuatro minutos por delante. Coach Gómez-Sellés pidió tiempo muerto para detener el aluvión rival que apuntaba a remontada épica. Nada más volver a la cancha, Pablo Ardila demostró que sabe asumir la responsabilidad y acertar cuando más se le necesita, y convirtió un triple, asistido por su hermano Dani. Ambos conjuntos estaban echando ya el resto en cuanto a intensidad y agresividad, conscientes de que era el Estandarte lo que estaba en juego. Gracias a los tantos de Muro, los de Pozuelo recuperaron la renta de diez puntos (45-50). Acto seguido, Barreñada puso tapón a Masip y su aliado Dani Ardila sumó un 2+1 al contra ataque.

El crack Masip siguió siendo letal con dos triples seguidos que devolvieron a los suyos a la terna, distanciados por nueve puntos (51-60) a falta de minuto y medio. El reloj seguía bajando con Escolapios acariciando cada vez más la victoria. Masip tuvo tiempo para fallar un triple, coger su propio rebote y marcar con 21 segundos por delante. Su contrincante Dani Ardila recibió falta y anotó el primero de los tiros libres.

Eso sí, quedaba por vivir el momento más duro del encuentro, con la lesión de Masip al torcerse el tobillo tras intentar un último triple. El jugador tuvo que abandonar la pista apoyado en su entrenador y el coach rival; como broche de la deportividad que ha imperado en esta edición de la Copa Colegial. Solo quedaban ocho segundos, que Pablo Ardila exprimió para culminar por todo lo alto con un tiro libre y un triplazo. Con el contador a cero, Escolapios venció 53-65.

Los ganadores no tardaron en abrazarse y celebrar con euforia el triunfo. Ambas plantillas se aplaudieron y saludaron. Acto seguido, comenzamos la entrega de medallas. Momento para bajar revoluciones y tratar de digerir lo ocurrido en los últimos 32 apasionantes minutos, con los que se puso fin a esta atípica y especial temporada.

Merecidísimo, el MVP recayó en Pablo Ardila, que cerró la final con 23 puntos, 7 rebotes, 9 asistencias y 30 de valoración. Cifras de oro para un jugador que lo ha dado todo y ha derrochado calidad y compañerismo en cada encuentro.

Así, despedimos por todo lo alto el torneo 2021 en el que sí, ha habido mascarillas, gradas vacías y mucho gel hidroalcohólico; pero también muchísimo baloncesto, ilusión y entrega. Ojalá el próximo año retomemos el estruendo de la afición en las canchas. Hasta entonces, saboreemos lo que ha dado de sí esta espléndida final.