Un partido apasionado que dejó maravillosas jugadas, una animación increíble en la grada y un resultado que poco esperaban. El partido estaría marcado por el acierto de San Isidoro en sus ocasiones, y los fallos que sentenciaron a SAFAUR, que poco pudieron hacer cuando los rivales apretaban.

Los primeros minutos serían de tanteo, donde ambos conjuntos comenzarían a querer mostrar poco, o casi nada, su cartas. Las dos primeras canastas, encestadas por los Mejores Jugadores Wibo del partido, dejarían ver el tipo de partido que se iba a disputar, tensionado y con auténticos jugadores. Jesús Rodríguez Tuvilla aprovecharía sus primeros dos tiros libres para inaugurar el marcador. Sin embargo, Pablo Macua Monclova, del San Isidoro, colaría el primer triple del partido para que el encuentro comenzara igualadísimo. A partir de ahí comenzaría una lucha encarnizada, donde San Isidoro iría ganando poco a poco ventaja en el marcador. Puntito a puntito, San Isidoro volaría sobre la cancha para llegar, incluso, a establecer un abultado 12-2 en el marcador. La grada comanzaría a animar sin parar a uno de los jugadores destacados de SAFAUR, Jaime, pero los animos se verían crispados por el discurrir del partido. Álvaro Godoy Tigeras intentaría recortar distancias en los ultimos momentos del primer cuarto, anotando un tiro libre, pero Marco Sáenz De La Cuesta Fernández se encargaría de encestar un nuevo triple para seguir soñando.

En el segundo cuarto sería SAFAUR quien golpearía primero, intentando que el partido no se le escapara demasiado de las manos. Álvaro Godoy Tigeras sumaría dos canastas consecutivas, haciendo que la grada estallara en aplausos y vítores. Sin embargo, y para alegría de los que ejercían como locales, los puntos seguirían sumando a su casillero, y conseguirían aumentar la ventaja hasta colocares doce puntos por encima en el marcador. Jaime López Borrego incluso llegaría a tirarse de los pelos, fallando una ocasión tras otra. Sin embargo, y a pesar de todo, una grada a reventar seguiría animando a los suyos en busca de la heróica. Con la entrada de Luis Alcayde Natera a la cancha, SAFAUR comenzaría a atacar con más calma y sentido en lo que hacían. El punto de optimismo para los visitantes sería el triple, casi desde mitad de cancha, de Jaime López Borrego, que levantaría al a grada de sus asientos, y con el que cerraría el segundo cuarto con un 23-13 en el marcador.

Jesús Rodriguez Tuvilla  comenzaría el segundo tiempo dejando a las claras por qué sería el señalado como el mejor del partido para SAFAUR, y elevaría los ánimos de los suyos con una maravillosa canasta y varios aplausos. Sin embargo, Eduardo Roca Portillo respondería en la siguiente jugada. San Isidoro seguiría anotando con facilidad, incluso llegando a fallar los tiros libres de los que dispondrían en los siguientes minutos. Miguel García Dominguez anotaría sus libres y daría en el aro en la siguiente jugada. Pero llegaría Jesús Rodriguez Tuvilla, echándose al equipo a las espaldas, para conseguir que SAFAUR soñara con la remontada, e incluso se entonaran cántidos de “Si se puede” desde la grada. El tercer cuarto terminaría con dos tiros libres para Jaime López Borrego, de los que solo anotaría uno (32-20).

Último cuarto, y última oportunidad para SAFAUR. La grada lo sabía y solo quedaba apretar y animar a los suyos, en busca de la anhelada final. Esos ánimos serían patentes en los primeros instantes, donde Luis Alcayde Natera conseguiría puntuar y acercar a los suyos en el marcador a un San Isidoro intratable hasta el momento. Yeico Martín Argüelles, de San Isidoro, se haría enorme en el área, taponando un intento de canasta de Jaime Hellín Pérez. El mejor punto de este cuarto sería para Tuvilla, que conseguiría anotar un increíble triple que dejaría a los suyos a tan solo dos puntos de San Isidoro. Sería minutos tensos los últimos de partido, donde SAFAUR buscaría la machada y San Isidoro se aferraría al marcador, buscando repetir en la final. Comenzaría la rebeldía de SAFAUR, Mohamed Adiouban anotaría de manera increíble para que la diferencia en el marcador no se viera afectada más de lo que ya lo estaba. La tensión existente en el ambiente podía cortarse con un cuchillo, y buena muestra sería la expulsión de Jesús Rodríguez Tuvilla en los últimos compases de encuentro. San Isidoro cerraría el partido (41-32), sin demasiados esfuerzos, tras varias canastas consecutivas, agotando las pocas esperanzas que quedaban ya entre los jugadores rivales.