Los dragones de San José vendieron cara su derrota, perdiendo sus opciones de victoria en un mal tercer cuarto. Los caimanes de Maristas Inmaculada serán el rival de los havana tigers de Apostolado en la semifinal copera.

 El último duelo de cuartos de final por disputarse se antojaba desigualado en la previa. Por un lado, el potente equipo de Apostolado, jugando de local y con algunos de los jugadores más determinantes del torneo en sus filas. Por el otro, los chicos de Sanjo, con el archiconocido Manuel Gutiérrez al mando de las operaciones, pero con un banquillo tan extenso como plagado de futuras promesas.

 Con estos mimbres, el señor Triana, árbitro principal del encuentro, lanzaba el balón al aire del colegio de Apostolado, que presentaba una grada llena y dividida a partes iguales a favor de cada uno de los dos equipos. Los primeros compases del encuentro no tuvieron dominador claro, siendo los colchoneros de Sanjo quienes golpeaban primero. Apostolado metía velocidad al juego, pero no veía canasta con facilidad, todo lo contrario que su rival quien, con un ordenado juego en ataque, conseguía encontrar una y otra vez a Manuel Gutiérrez sumando puntos al casillero visitante.

 El encuentro discurría por la vía de la igualdad en este primer cuarto, pero dos certeros zarpazos desde la línea de 6,75 de Rodrigo Sanz en la parte final del periodo mandaban a su equipo con una ventaja de seis puntos al primero de los descansos (17-11)

  Tras la reanudación, los chicos de Baltasar Rengel continuaron muy concentrados, siguiendo al dedillo el plan de juego elaborado, consiguiendo dar la vuelta al marcador devolviendo y superando el parcial encajado el cuarto anterior. Jacobo Sanchís y Gonzalo Gutiérrez, junto al ya nombrado Manuel Díaz, llevaban a San José al descanso con un marcador que parecía increíble, el equipo local perdía por 30 a 31 y el fantasma del equipo femenino, apeado ya de la competición, sobrevolaba por el parquet del pabellón.

  Pero tras la reanudación llegó el apagón a las filas de San José. Sin capa ni botas, pero vestido de superhéroe del día, Mateo Raposo destapaba el tarro de las esencias baloncestísticas para devolver la tranquilidad al banquillo azulón. El esfuerzo titánico de San José, cerrando y anulando por completo al poderoso center de Apostolado, Manuel González, era aprovechado por el tridente formado por Íñigo Hansen, Fernando Altés y el propio Raposo para asestar el golpe definitivo al encuentro.

 El parcial de 23-6 dejaba las cosas prácticamente vistas para sentencia en el último cuarto. Aun así, San José no bajó los brazos y, tras recuperarse de la pájara, siguió batallando hasta el final del encuentro de la mano de un Julio Mozo iluminado en la recta final del partido.

 Nos despedimos de los dragones hasta el año próximo, son un equipo a futuro y estamos seguros que los Mozo, Hidalgo, Díaz, Gutiérrez y Laso entre otros, volverán a la Copa a escribir la historia de San José con letras de oro como ya hicieron en el 2017 consiguiendo el estandarte.

Apostolado pasa a semis y cruzará con uno de los equipos más compenetrados este curso, Maristas Inmaculada. El duelo entre las individualidades de Apostolado y el juego en equipo de Maristas está servido, pero tendremos que esperar aún unos días para saber cuál de los dos estilos se cuela en la Final de la Copa Colegial Valladolid 2024.