Los havana tigers de Apostolado cayeron en la prórroga después de haber tenido un colchón de 18 puntos en el tercer cuarto. Julio Calvo revolucionó el ataque de su equipo empujándolos a la victoria.

Apostolado partía ligeramente por delante en la carrera de favorito a meterse en la final de este año. Delante tenían a un equipo muy bien trabajado, pero sin nombres tan determinantes como los que atesoraba el banquillo de visitante. El comienzo del encuentro no hacía sino ratificar el papel de favorito de Apostolado quien, al término de los primeros ocho minutos ya doblaba en el marcador a su rival (8-16)

Pepe Calvo reajustaba sus peones en el periodo de descanso consiguiendo, al menos, frenar la sangría de puntos del comienzo. Apostolado seguía viendo canasta con relativa facilidad. Íñigo Hansen y el desparpajo del joven Ignacio Platón, que se fue hasta los 14 puntos incluidos 3 triples, seguían castigando una retaguardia caimán, en la que Juan Tomillo y Rodrigo Calvo tiraban del carro de Maristas para seguir optando a su soñada final.

Con 21-31 en el marcador nos íbamos al descanso y la reanudación no trajo demasiados cambios, si acaso, peores noticias aún para el banquillo local, que veía como sus rivales, con un pletórico Manuel González, habrían la brecha hasta unos cuasi definitivos 18 puntos de diferencia 31-49 a falta de poco más de tres minutos para terminar el tercer asalto.

Pero llegó el cortocircuito en la línea de alta tensión de Apostolado y el culpable no fue otro que Julio Calvo. Maristas Inmaculada ponía toda la carne en el asador y conseguía devolver a la vida a un equipo que parecía ya condenado a la eliminación. Un parcial de 11-0 para cerrar el tercer episodio con el colchón por debajo de los diez puntos (42-49)

Los caimanes habían olido sangre y no iban a dejar escapar esta suculenta pieza. Apostolado parecía que podría aguantar el toque de arrebato de su rival y, a falta de poco más de 2 minutos para el final, tenía a Maristas nueve puntos por detrás. Pero apareció el héroe de la tarde, D. Julio Calvo Inchausti. Con cinco puntos consecutivos en el último minuto conseguía mandar el encuentro a la prórroga, y a punto estuvo de cerrarlo definitivamente si el segundo de los tiros libres que ejecutó a 8 segundos del final hubiese querido entrar.

La prórroga fue un pulso de poder a poder, cada canasta de los caimanes era respondida por los havana tigers y se intuía que la línea de tiros libres iba a ser quien decidiría la contienda. A falta de 16 segundos y con empate a 74, el bonus mandaba a Íñigo Hansen a la lína de 6,75 tras recibir una falta en medio campo. El primero se quedó corto y el segundo entró límpio como una mañana de primavera. Maristas consumía su TO adicional de la prórroga para intentar la machada. La pizarra del coach funcionaba a la perfección y los jugadores realizaron una preciosa jugada que dejaba a Rodrigo Calvo solo debajo del aro anotando la canasta y sacando la falta a su defensor. El tiro adicional no entraba y dejaba el marcador 76-75 para los locales, Apostolado lanzaba un último ataque a la desesperada, pase a la esquina, extra pass a Rodrigo Sanz pero el marcador ya no se movería, el triple rebotaba en el aro desbordando la alegría de la afición de Maristas.

Apostolado se queda sin la ansiada final, otro año tendrá que ser el que les vea levantar su segundo estandarte de campeones. Maristas Inmaculada se cuela en su primera final femenina e intentará repetir lo que ya hicieron las chicas hace dos años, proclamarse campeones de la Copa Colegial Valladolid