Partidazo con letras mayúsculas el que vivimos en la pista del colegio Jesuitas El Salvador para dilucidar qué equipo pasaba a la ronda de semifinales entre dos escuadras que, de no haberse encontrado tan pronto en el cuadro serían, sin lugar a dudas, dos de las favoritas para plantarse en la Gran Final.

El partido tuvo todo lo que caracteriza a un duelo de Copa Colegial: excelente ambiente, mucho público en las gradas, emoción a raudales, buen baloncesto, marcador apretado y ruido: mucho ruido, porque los ánimos de los aficionados de ambos colegios se mezclaban con el sonido de los bombos convirtiendo el pabellón jesuita en una auténtica olla a presión que nos trajo a la memoria grandes finales de pasadas ediciones.

Pero no nos precipitemos, porque estábamos aún en cuartos de final. Y el choque comenzaba apuntando a cómo serían todos los 36 minutos: muy igualados, con continuos intercambios de canastas y un ritmo frenético que enganchó a los espectadores desde el primer minuto. 14-14 para un primer cuarto que hacía presagiar emociones fuertes.

Los Gladiadores de Montessori apretaron en el segundo periodo, sorprendiendo a los locales con un Fernando Sanromán liderando al equipo con 7 puntos en estos minutos y llevándose todos los rebotes en ataque y defensa. Los Canguros entraban en crisis anotadora y no veían la forma de encarar el aro rival mientras veían como los rojillos iban sumando puntos hasta llegar al descanso con un 23-31 que llevaba los nervios a la parroquia jesuita.

El paso por el descanso sentó de maravilla a los de Antonio Ibáñez, el técnico que debutaba en un partido de Copa Colegial en el banquillo de El Salvador. Metiendo una marcha más al partido y presionando con mayor intensidad, encuentran la vía de agua de Montessori con Juan López y Pedro Trigo liderando el capítulo anotador y dando la vuelta a un electrónico que marca un escueto 41-40 que deja todo para el último cuarto.

Los nervios atenazan a ambos equipos en los minutos finales, con la grada ya metiendo mucha presión a cada acción de Montessori que parece perder el partido en la línea de tiros libre (9 de 23 anotados) con Sanromán fallando hasta 5 en los primeros 4 minutos del cuarto. Tampoco El Salvador parece muy suelto pero la figura de un mermado por lesión Miguel Pobes emerge en el momento adecuado tirando del equipo a la par de los puntos de Pedro Trigo quien, con 49-49 en el marcador, anotaría a falta de pocos segundos la canasta ganadora que ya nadie pudo mover del marcador.

El Salvador se clasificaba para la siguiente ronda dejando en el camino a unos Gladiadores Montessori que ofrecían una excelente imagen y la sensación de ser uno de los equipos fuertes de la competición en este 2022 a pesar de la derrota.