Maristas cura sus heridas pasadas metiéndose en la final

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7 Marzo, 2015|Comenta este partido

El primer partido de la tarde en el Colegio Maristas enfrentaba a su equipo masculino entrenado por Patricio Quintana contra el IES Las Viñas, el equipo revelación de la competición que dejó en la cuneta al máximo favorito en los cuartos de final. La tarde se antojaba complicada para ambos equipos, muy parejos táctica y físicamente y sabedores de que la gran final estaba en juego. 

Comenzó pegando fuerte el equipo de Javi Montañez, que con una muy buena defensa y logrando buenos contraataques lograba imponerse en los primeros instantes de partido sin muchos problemas. Manu Campos intenaba echarse el equipo a las espaldas mientras sus compañeros acudían a la llamada del arreón. Las canastas no entraban, y lo deja claro el paupérrimo parcial que se jugó en el segundo cuarto (2-1), pero el físico y las carreras que se pegaban ambos equipos invitaba a divertirse.

El descanso le vino bien a los Osos Panda, que para la ocasión vestían de azul ante su público entregado. Los agobios de ver como la pelotita no terminaba de entrar hicieron que de nuevo el partido se fuera en un tercer cuarto extrañísimo a un parcial de 3-2 que despertaba la curiosidad de muchos. Ambos equipos practicaban un baloncesto rápido y defensivo, pero el deporte es así: cuando el balón no entra, no entra.

Así, el último cuarto tuvo que cambiar el ritmo. Las Viñas se decidió a superar a Maristas y se escpaó de seis puntos a poco más de cinco minutos para el final. Parecía que era el golpe definitivo a su presa, que seguia viendo el aro tan pequeño que por mucho que lo intentaba no anotaba. Hasta que llegó de nuevo la suerte. Bueno, la suerte y las bandejas, ya que a base de robar balones en línea de pase y gracias a un par de tiros lejanos Maristas se puso 19-18 cuando tan solo quedaban 10 segundos de partido.

Los de Manilva tuvieron el balón en sus manos para ganar, pero no tuvo tiempo ni de tirar. La buena defensa local, unido a la presión del público, eufórico en una magnífica tarde, hizo que el equipo masculino de  Maristas se colara en la final después de quedarse fuera el año anterior.