Mucho músculo, mucho físico. Una guerra sin cuartel. Hacerse leyenda en la Copa Colegial bien lo vale. Como valían los puntos, muy caros debido a la fuerte defensa de uno y otro equipo. La pelea se la iba llevando, por poco, Joyfe, en el 6-2.

Exhibición física de un Joyfe que encontraba en Daniel de Teresa un líder anotador y un guía en la dirección del juego. Y aunque Montessori lo intentaba, la potencia física de jugadores como Pablo Esteban se mostraba definitiva. Para sorprender, aparecieron las defensas de espacios en ambos equipos, en búsqueda de una solución a los problemas en la individual. Pero ni con esas los visitantes frenaban al 14 y a Víctor Jiménez, decantando la primera ventaja hasta el 20-6.

El juego rápido y agresivo que querían proponer ambos equipos no beneficiaba a Montessori. Les costaba muchísimo a los visitantes sumar puntos. Ni desde tiro libre lo conseguían.  Si no fuese por Sergio Corrales… Porque Pablo Esteban colocaba el 28-11 a cuatro minutos del descanso.

Montessori no dejaba de creer, pero no le llegaba ante un Joyfe muy superior. Su plan no le estaba funcionando. Si a esto le sumas que Pablo Estaban estaba prendido y veía el aro como una piscina, se complicaba la misión. El duelo anotador contra Sergio Corrales era digno de leyendas de la Copa Colegial. 39-23 con ambos equipos marchando al vestuario.

Salió a la segunda parte mucho mejor Montessori, más concentrado, y con la variable de Martín Iza funcionando. Pero Joyfe seguía siendo un rodillo. Y eso que el Corrales-sistema seguía siendo el procesador más fiable sobre el parqué. Samuel Santiso y Víctor Jiménez se encargaron de cerrar los primeros cuatro minutos de reanudación postdescanso en el 49-31.

La duda era, ¿podrían Martín Iza y Sergio Corrales combatir ante el big-three de Joyfe? El paso de los minutos lo iba respondiendo. Cuando no estaban Pablo Esteban o Víctor Jiménez, Daniel de Teresa se encargaba de mantener la ventaja por encima de los 15 puntos en todo momento. Esa es la mejor explicación posible para explicar el 60-39 del final del tercer cuarto.

Encomiable la garra de Montessori, que no dejó de creer y luchar en todo momento. El partido se afeaba en cuanto a dureza e intensidad en cada contacto, pero iban a ser los visitantes los que mejor nadasen en estas aguas. La diferencia se redujo hasta el 64-44 (+20) cuando habían dispuesto los chicos de Joyfe un +24.

Trabajo de hormiguita el de Montessori, que tenía, no obstante, una losa enorme que levantar. Pero Joyfe había decidido que, después de tener una gran ventaja, la quería tirar por la borda. Pérdida a pérdida, falta a falta, libre a libre… La defensa y un gran Martín Iza hacían soñar a su afición. Los visitantes remaron hasta quedarse cerca de certificar la remontada, poniéndose a diez puntos (67-57) a falta de 48 segundos. Pero, con la posible lesión de Sergio Corrales, esas esperanzas se disiparon. Victoria de calidad de los locales, que fueron capaces de lo mejor y lo peor.