Partido de alta intensidad y altos vuelos el que vivimos en el pabellón del colegio Agustinos Romareda, en el que se enfrentaban dos equipos con las miras y objetivos eran muy altos en esta Copa Colegial 2021. Pero la artillería pesada de Santo Domingo de Silos vio como la pólvora se les iba acabando pasados los primeros cinco minutos del primer cuarto y Romareda tenía ante sí un partido mucho más tranquilo de que cualquier habría supuesto antes de comenzarlo. 

Tras un ajustado 8-5 inicial, comandados por Sergio Martínez y Sakhir Ndiaye, el dominio en los tableros es tan abrumador que Silos llevaba tantos rebotes como puntos anotados, lo que demostraba su superioridad en el poste alto. Es a partir de este momento, y tras una falta de José Fau, que recibe la reprimenda de su entrenador Álvaro Blanco, cuando Romareda pasa a su ya habitual presión a toda cancha que surte el efecto deseado y le lleva a conseguir un parcial de 11-0 para una ventaja al final del primer cuarto de 22-10.

Desde el comienzo del segundo periodo se pudo intuir la diferencia entre un equipo, Romareda Rinos, acostumbrados a jugar juntos con otro formado para la Copa Colegial. Si a ello le sumas la diferencia en el número de jugadores, pues Silos solamente contaba con ocho fichas para el partido, y añades la continua defensa asfixiante a media cancha que imprimen los locales, Romareda se llevó por delante a las dos torres de los Pingüinos pese a que ambos rozaban los dos metros de estatura y mandaban bajo los aros. Resultado: un parcial de 15-0 en 3 minutos y medios que dejaba el partido prácticamente sentanciado cuando aún no se había llegado al ecuador de este segundo cuarto. Jugar bajo esa presión y con las aspiraciones que presentaban este año los Pingüinos en la Copa Colegial, les hizo cometer error tras error, pasando muchos minutos sin ni siquiera conseguir mirar a la canasta rival. 43-20 al descanso.

El técnico vistante, Francho Pérez, aprovechó el tiempo de descanso para tratar de aclarar ideas y recomponer sus maltrechas filas. En esta segunda parte intentó sacar mayor provecho de su altura haciendo jugar a sus pívots en el pintura y no en posiciones exteriores como, erróneamente, habían hecho durante los primeros dieciséis minutos. Esto les dio ciertas esperanzas tras un parcial de 0-8 en los primeros cuatro minutos de juego que rebajaba considerablemente la diferencia en el marcador. Pero un triple de Miguel Flores rompió la racha de Santo Domingo de Silos e hizo que se esfumaran casi todas las esperanzas de una posible remontada. Este fue el único periodo cuyo parcial ganó el equipo visitante, con un 12-16 en este tercer cuarto.

Se llegaba al último cuarto con unos visitantes ya muy cansados. La diferencia de físico conllevó nuevamente una superioridad de Romareda Rinos que, desde el comienzo, dejó claro que esta victoria no se les iba a escapar. Se sucedió un intercambio de canastas que nunca permitió acercarse más en el marcador a los Pingüinos para un resultado final de 69-44 que lleva a los Rinos a semifinales y con la máxima velocidad metida hacia su segundo Estandarte consecutivo.