¡Llega el viernes y con él una nueva edición de la primera jornada de la Copa Colegial 2019! Una competición que sigue demostrando que el baloncesto es el deporte rey entre los colegios de Madrid. Febrero es un mes especial para el baloncesto colegial, estamos de inauguración y como plato fuerte el ya mítico pabellón del Colegio Mirabal disponía ante los ávidos ojos del público que poco a poco lo iba llenando una doble jornada de esas que tan bien definen la Copa Colegial. Un doble duelo, primero femenino y luego masculino, entre Mirabal y Khalil Gilbrán. Una doble jornada donde se pone en juego el orgullo de todo un colegio…pero las damas primero.

Una presentación a ritmo de tambor y las tremendas coreografías de las estupendas cheerleaders de Mirabal, servían de preludio emocionante al momento previo más importante a un partido que nos deja la Copa Colegial. Las jugadoras se reúnen en corro en el centro del campo para escuchar la arenga de la capitana local, que pide respeto y disfrutar del baloncesto en todo un ejemplo de los valores que promueve el baloncesto colegial. ¡Enhorabuena!

Con los ánimos ya templados y todo el mundo en sus puestos el balón volaba y daba comienzo el partido.

Primer cuarto: Juego rápido y efectivo

Sin apenas dejarnos tiempo a parpadear, las leonas de Mirabal daban el primer puñetazo sobre la mesa, en concreto una de zarpas rápidas y calidad de sobra para cortar la defensa rival como un puñal y tras un estupendo reverso anotar en bandeja. Alejandra Vega, a la postre MVP del partido, había anotado tan rápido que al público asistente apenas le había dado tiempo a celebrar la primera canasta de sus chicas.

Mirabal corría y corría, fundamentando su juego en la presión a todo campo y provocando pérdidas en las Profetas de Khalil, que se veían superadas en los primeros compases del juego ante la intensidad rival en defensa. De estas pérdidas llegaban puntos en contraataque y daban las primeras ventajas a las locales (9-0). Sin embargo, poco a poco Khalil se deshacía de la presión de la mano de su gran base, Alicia Campillo, que anotaba un triple para avisar a las Leonas. Si querían una victoria, antes tendrían que pasar por encima suyo.

Mirabal no se amilanaba y merced a la anotación de varias de sus jugadoras, especialmente Sara Lombart con 5 puntos en el cuarto, llegábamos al final del primer período con 7 puntos de ventaja para las locales y aún todo por jugarse.

Segundo cuarto: Si algo funciona, ¿por qué cambiar?

El partido se reanudaba con las Profetas dispuestas a darlo todo para alcanzar a sus rivales. Después de un robo y un rebote ofensivo, Ana Mateo clavaba un triple para hacer soñar a sus compañeras en que se podía, una consigna que se escuchaba sin cesar desde el banquillo visitante a cargo del entrenador David Gómez. Era el momento para que las Leonas presentasen un nuevo miembro de la manada, una de esas jugadoras que rondan una zona y sólo obtienen beneficios. Raquel García Olaya luchaba el balón y concedía más oportunidades a sus compañeras, que administraban con pericia el dúo de bases de lujo local Sara Lombart y Alejandra Vega para volver a distanciarse en el marcador.

Khalil se atascaba en ataque ante la presión local y Mirabal seguía haciendo lo suyo, lo que desde el principio del partido les había funcionado. Correr y presionar sin descanso llevadas en volandas por una grada entregada. Ante la dificultad del momento, las Profetas se encomendaban a su directora de orquesta Alicia Campillo. La jugadora se cargaba a su equipo a la espalda, asumía tiros, escapaba de la presión que imponía Mirabal y además anotaba para mantener a Khalil siguiendo la estela de las Leonas antes del pitido que anunciaba el paso por vestuarios (32-18).

Tercer cuarto: Lucha de iguales, pero la renta permanece

Tras la increíble actuación de las cheerleaders de Mirabal que llenaban de colorido el pabellón local, una vez más las jugadoras de ambos equipos volvían al campo y lo hacían ya sin escrúpulos. Después de dos cuartos de embistes, ambos conjuntos sabían que la lucha no iba a detenerse y nadie iba a darse por vencido.

Siguiendo la tónica habitual, Mirabal quería correr y así llegaba la primera canasta tras la reanudación, una vez más de una Raquel García Olaya que demostraba su importancia y su peso en el equipo local. Sin embargo esta vez Khalil cambiaba de estrategia. Sin la presión del inicio del partido, la profeta María López Pardo daba un paso adelante y respondía con la misma moneda; esta vez las Leonas no se escaparían tan fácilmente.

El encuentro se transformaba en un toma y daca constante. Mirabal dirigía bien el juego de la mano de Sara Lombart, que garra tiene esta chica, y distribuía la pelota entre todas las jugadoras del equipo, siendo Raquel García Olaya una socia de lujo en la ejecución desde debajo del aro. Sin embargo, las Profetas respondían siempre de la mano otra vez de Alicia Campillo, que demostraba que sabía burlar la vigilancia que Mirabal le imponía y se iba hasta los 14 puntos en su casillero para intentar llegar con opciones al último y definitivo cuarto.

Último cuarto: Las leonas acorralan a su presa

Khalil salía del breve paso por el banquillo con conciencia de que aquella sería su última oportunidad. Así, calcaban el inicio del cuarto anterior y salieron a robar y a correr para poner la presión en las locales. Alicia Campillo volvía a anotar para las Profetas y acrecentaba la sensación de que esa vez podría ser el acercamiento definitivo (45-33).

Unos minutos sin canastas elevaban la tensión, y es que la Copa Colegial impone nervios en los últimos minutos. Sin embargo, también es tiempo de grandes jugadoras. Las Leonas decidían enseñar los colmillos y un trío que había dado guerra durante todo el encuentro se aliaba para adquirir la ventaja definitiva. Y es que con dos bases como Alejandra Vega y Sara Lombart todo es más fácil. Con clarividencia y decisión, ambas jugadoras lideraban el empuje final de las locales, a lo que se sumaban Elena Gallego como revulsivo y Raquel García Olaya como martillo pilón. De esa manera, Mirabal estiraba la goma hasta los 20 puntos de ventaja y se relamía al fin con el trabajo bien hecho ante unas Profetas que nunca bajaron los brazos, pero que no pudieron hacer frente a ese arreón final.

Sonaba el pitido final y llegaba la explosión de alegría de un pabellón unido en la victoria. Mirabal había jugado acorde a sus valores y se llevaba una justa batalla ante un Khalil para el que esta vez no pudo ser. Las Profetas lo intentaron y dejan una imagen de lucha y el respeto que conlleva no rendirse nunca.