Un camino sobre el alambre. Así fueron los cuatro cuartos y el tiempo extra que necesitaron Montal Calasanz Raptors y Tigres Miguel Catalán para dilucidar quién se llevaba a casa el Estandarte de campeones. Una vez más, una Gran Final de Copa Colegial Zaragoza se decide por una distancia mínima. En medio de un ataque de nervios masivo, los Raptors se hicieron merecedores de un hueco en la historia del baloncesto colegial.

Primer cuarto:

Cuando el pabellón está lleno (casi 400 espectadores ocuparon todas las localidades del colegio Pompiliano), tus amigos y familiares te están apoyando desde allí, juegas al lado de tus compañeros de colegio de toda la vida y ves como el Estandarte te espera al cabo de 32 minutos, la adrenalina alcanza su nivel máximo y, con ella, esa sensación que entremezcla nervios, responsabilidad y ganas de hacerlo bien se instala en el interior de cada jugador que va a disputar la Gran Final. Y seguramente por ello a los locales les costó más entrar en el partido que a sus rivales. Los primeros minutos son de dominio de los chicos de Miguel Catalán, a partes iguales por su acierto y por los errores en el tiro de los de Beto Rived que, además, tienen problemas para superar el dominio bajo el aro de Piornos y Kachan. Poco a poco, siempre bajo la batuta de un Daniel Sanz, que ha sido referente del equipo durante toda la competición, los Raptors van cogiendo la onda del partido. Los últimos dos minutos del periodo son suyos, con un parcial final 8-0 que termina por ponerles al frente del marcador (15-12) tras los primeros ocho minutos.

Segundo cuarto:

Tras la charla de su técnico, Guillermo Alconchel, los Tigres retoman la senda buena, esa que les había llevado a mandar en el partido durante los primeros minutos. El capitán Soriano saca galones y tira del equipo con 7 puntos convertidos en este segundo cuarto, mientras que Calasanz busca el juego de conjunto, con Carlos Fernández, Pablo Sancho y Alejandro Funes repartiéndose la responsabilidad cuando saben que el objetivo de sus rivales es parar a un Dani Sanz que, en estos minutos, se ve completamente atado por sus rivales. La igualdad sigue siendo patente, lo que nos lleva al descanso con un 24-26 que deja todo por resolver en la segunda parte.

Tercer cuarto:

Los jugadores de ambos equipos saben que queda muy poco para decidir quién se lleva el triunfo. Jugadas poco claras en ataque y mucha intensidad en defensa entre las que solamente Fernando Balmori encuentra algo de claridad por parte de Montal Calasanz, mientras que su rival reparte minutos en busca de la tecla que mejorara su efectividad en ataque, con únicamente 6 puntos logrados durante todo el cuarto. 32-32 y solamente ocho minutos por delante.

Último cuarto:

Llega la hora de los valientes, la de aquellos jugadores a los que no tiembla la mano ni se les encoge la muñeca. La hora de los que quieren pasar a la historia de la Copa Colegial. Y resulta que el último cuarto es el más intenso de todo el partido. Todos tiran, todos convierten y, durante ocho minutos, vivimos una de las más grandes fiestas de buen baloncesto que recordamos en esta competición. Dos masgníficos equipos lanzados a por la victoria sin miedo alguno. Ya no queda nada por guardar y, entre cánticos de la grada y muchísimos nervios, sobre todo en la zona del público que ve como cada canasta hace cambiar prácticamente el signo del partido, mientras van pasando los minutos de forma irremisible. Un parcial de salida de los Tigres (2-10), con un colosal Álex Vicente al mando, coloca la máxima diferencia del partido a falta de 4 minutos para el final. Podría haber sido definitivo pero, como los locales responden con un 7-0 a continuación (vital para los Raptors la actuación de Carlos Fernández en este periodo), todo vuelve a la máxima igualdad cuando queda poco más de un minuto. Un minuto que da para mucho porque ambos conjuntos tienen sus opciones de llevarse el partido. De hecho, con 46-45, Simon Hübner y Pablo Soriano disponen de 4 tiros libres que les podían haber dado el partido, pero solamente son capaces de convertir uno de ellos. El resultado: taquicardias en la grada y nos vamos al tiempo extra con un 46-46 en el marcador.

Prórroga:

Montal Calasanz no quiere dejar pasar su segunda Gran Final sin llevarse a casa el Estandarte. Y empieza a lo grande: dos triples consecutivos de Piazuelo y Sanz para empezar pero, lejos de amilanarse, los del Miguel Catalán igualan a 52 con pocos segundos por jugarse. Los parones por faltas que se producen en el último minuto sí son aprovechados esta vez por los Raptors que, desde la línea de tiros libres, logran sus últimos cuatro puntos del partido (3 de Fernández y uno de Sanz) y hacen que el intento final de los Tigres por igualar pueda llegar a buen puerto. Al final, alegría desbordada en el pabellón de Pompiliano que ve como los Raptors se coronan por primera vez como campeones de la Copa Colegial Zaragoza ante unos debutantes Tigres Miguel Catalán que no dieron su brazo a torcer hasta el último segundo del partido.

Daniel Sanz fue elegido Mejor Jugador de la competición, recibiendo su premio al finalizar el partido. Pero esto no ha terminado: el día 1 de mayo, nos veremos en el partido de las Estrellas colegiales, el All Star, y en la Pequecopa que acogerá el colegio Rosa Molas.