Caprichos del destino o de las manos inocentes del sorteo de enfrentamientos de octavos de final de la Copa Colegial Zaragoza, los dos primeros institutos en sumarse a la competición se vieron las caras en su debut en un "derby" de institutos que nos deparó un partidazo en toda regla. La victoria se la llevaron los locales, Tigres Miguel Catalán, pero debieron sudar hasta el último minuto para pasar a la siguiente ronda.

Primer cuarto: inicio eléctrico

Con un muy buen ambiente en el pabellón del colegio Doctor Azúa, que ya había sido la sede de la Pequecopa 2018, los dos equipos encaraban el salto inicial con muchas ganas de que su participación en la Copa Colegial no se limitara a su partido de debut. Los primeros minutos no fueron de tanteo, como podía preverse, sino que ambos conjuntos utilizaron fuego real desde la acción inicial. Los Tigres se vieron sorprendidos por la intensidad de unos Galgos que, liderados por un eléctrico Esteban Felipe, en los que destacó en el capítulo anotador un acertado Ángel Rubio. Los chicos de Tomás Martín no se encontraban cómodos pese a jugar "en casa" y los primeros ocho minutos arrojaron una ventaja mínima de un punto para los de Utebo (13-14).

Segundo cuarto: los Tigres toman el mando

Torre de los Espejos salió en tromba en el segundo cuarto. Seis puntos consecutivos, con Víctor Palacios como protagonista, pusieron una ventaja máxima para ellos de 5 puntos lo que, en vez de para envalentonarlos, sirvió para espolear a unos Tigres que cometían muchas pérdidas de balón a causa de la fuerte presión visitante. Alejandro Vicente toma las riendas y el equipo empieza a funcionar mejor, con defensas más duras y mejores porcentajes en ataque. Lo que en los primeros minutos eran pérdidas de los locales, se convirtieron en pérdidas de los visitantes y el marcador lo notó: al descanso, ventaja para Tigres por 31-24.

Tercer cuarto: ocho minutos muy imprecisos

El paso por el vestuario no terminó de sentar bien a ninguno de los dos equipos. El tercer cuarto estuvo plagado de imprecisiones y errores en la conducción del balón, lo que nos llevó a ver múltiples contraataques que, eso sí, ofrecieron a los espectadores momentos espectaculares con jugadas que, en ocasiones, resultaron demasiado veloces por la ansiedad de ambos contendientes de finiquitar el resultado por parte de unos y reducir las diferencias por parte de otros. Sin embargo, en estos ocho minutos la distancia en el tanteador apenas varió por el intercambio de canastas y un parcial de 13-12 mantuvo las cosas prácticamente como estaban a falta del cuarto decisivo.

Cuarto cuarto: final sin sobresaltos

Los Tigres tratan de jugar con cabeza los minutos finales. Saben que con mantener lo que tienen en suficiente para pasar a cuartos de final. Y así lo hacen. Las rotaciones hechas durante el partido les permiten llegar físicamente enteros a este periodo, mientras que algún jugador de los Galgos acusa ya el cansancio. Buscan la inspiración de Esteban Felipe pero, aunque lo intenta, las cosas no terminan de salir y les cuesta anotar, más si cabe por la necesidad de recuperar puntos rápidamente. Miguel Catalán defiende con inteligencia y contrarresta los puntos conseguidos por los Galgos, de manera que los minutos caen y, con ellos, la victoria se hace efectiva. Un gran partido por parte de los dos equipos aunque, lamentablemente, uno de los dos tenía que caer. El triunfo y el pase se quedó en casa de los Tigres pero Torre de los Espejos demostró que han abierto un camino muy interesante en la Copa Colegial. De casta le viene al Galgo.