No pudo ser. Por tercer año consecutivo la maldición del último segundo se cebó con Torreones Montearagón y no consiguió superar los octavos de final de la Copa Colegial pese a disputar un extraordinario último cuarto que le dejó a solamente un punto de completar la azaña.

Primer cuarto: a fuego lento

El partido fue, en general, extraño por su baja anotación y el poco ritmo que tuvo. El inicio ya dio idea de cómo iba a ser hasta el final, con unos Torreones a los que les costó entrar en el encuentro, cosa que aprovecharon sus rivales para iniciar con un 0-6 los primeros compases, en los que destacó Franck Chueseu. Sin embargo, los dos minutos finales cambiaron el sentido del juego y dejaron a los salesianos en blanco con un parcial contrario de 8-0 que tuvo como protagonista a un Javier Yanguas que tomó la responsabilidad de aupar a su equipo en marcador.

Segundo cuarto: el partido no arranca

Solamente cinco canastas en juego entre los dos equipos en los segundos ocho minutos. Con Torreones fallando desde la línea de tiros libres y con los visitantes acumulando ¡5 minutos! sin anotar entre su primera anotación y la segunda del cuarto. Al descanso, un paupérrimo 12-13 hacía presagiar que la igualdad iba a durar hasta el final del encuentro.

Tercer cuarto: Centuriones suben de marcha

La reanudación trajo un cambio en ambos equipos, que comenzaron a atacar con mayor claridad y mejorando los porcentajes de acierto en el tiro. José Luis Marcos se echó el juego de Salesianos a la espalda y, de sus manos, el equipo fue creciendo en el partido. Torreones se mantenían apenas un punto abajo en el tanteador, con un Juan Rubio especialmente acertado de cara al aro. Sin embargo, una canasta suya a dos minutos del final del cuarto supuso el fin del flujo anotador de su equipo, que veía como cuatro acciones consecutivas de los Centuriones ampliaban la ventaja a su mayor diferencia del partido: 19-27 con el que se llegaba al tramo decisivo.

Cuarto cuarto: nadar para morir en la orilla

El último cuarto fue el más extraño de todos. Cuando Salesianos podía hacerse limitado a parar el juego, apurar posesiones y mantener la diferencia, los nervios y la responsabilidad les hicieron perder la concentración. Ni un solo punto anotado en siete minutos y medio, lo que permitió a los Torreones ponerse por delante en el marcador 28-27, con un contundente parcial de 9-0 liderado por un magnífico Juan Rubio. Se llegó a los últimos segundos con la sombra de otra prórroga, como los años precedentes, en el pabellón de Montearagón pero, cuando casi nadie lo esperaba, José Luis Marcos se sacó de la chistera los únicos dos puntos del cuarto para los Centuriones que, a la postre, les valdrían para ganar un partido en el que ya no hubo tiempo para más por la mínima.