Los de Badalona asaltan el pabellón de Escolapis y se vuelven a colar en octavos de final un año más. Iker Montero, un martillo pilón de manual, de 10.

Tras la victoria de las chicas, turno para los escolapios. En la reedición del duelo de la pasada edición entre Escolapis de Sarrià y La Llauna, el parqué del gimnasio de Escola Pia Sarrià albergaba el último duelo de este segundo “superjueves” colegial. Los dos colegios, preparados para la batalla.

Alvaro Puertas, uno de los jugadores más míticos de la Copa Colegial en las últimas temporadas, debutaba como entrenador de La Llauna en la competición. Si es tan bueno ejerciendo de coachcomo lo hace jugando, Escolapis ya se las podía apañar. Por el momento, en los prolegómenos del primer periodo, dominio visitante. Los de Badalona, que esta temporada ya no contaban con un jugador tan determinante como Carlos Montero, empezaban dominando el choque. Eduard Canals, Gerard López  y Oriol Estruch aprovechaban el efecto Puertas y pinchaban el globo de Escolapis con buenos minutos en pista. Los de Sarrià no acababan de encontrar su sitio en el choque y solo un eléctrico Pau Arroyo mantenía en vilo a los de amarillo al final del primer parcial (6-14).

A diferencia del partido femenino, en este sí que las gradas se estaban comportando deportivamente, por lo que los tiros libres BIE se lanzaban sin problema. Cierto es que no había tanta expectación como en el encuentro de las féminas, pero no había dudas que las buenas formas reinaban en el sí del pabellón. Iker Montero, hermano de Carlos, y figura clave en la Copa Colegial 2019 para que La Llauna llegase a semis, percutía en la pintura con dos bandejas y un 2+1 para propulsar a “los hombres de negro”  en el electrónico. Once a veinticuatro en el marcador y timeoutobligatorio solicitado por Pia Sarrià. Los anfitriones no estaban entrando en el partido y o reaccionaban ya o La Llauna los acabaría enlatando (valga la redundancia). Como mal menor, las distancias no aumentarían en demasía. Enchufados nuevamente tras los cánticos de la hinchada a ritmo de “pim, pam pirulé… Escolapis ¡oé!”,  los de amarillo evitaban que La Llauna huyera en el luminoso. Arroyo, tras un jugadón marca de la casa al más puro estilo Shann Larkin, recortaba diferencias y mandaba el marcador al descanso antes de un contundente canastón de Gerard López. Diecisiete a treinta y dos y a vestuarios.

Lucas Bonmatí, disimuladamente, pero con toda la intención del mundo, mandaba a la gradería de su escuela que apretara el acelerador. Y sus fans obedecían sin pensárselo: nuevos cánticos para seguir animando a sus compañeros de instituto. Sin duda, son de agradecer. Ellos también dan prestigio a la Copa Colegial. Una afición tan entregada es muy difícil de calmar, pero qué manera más elegante de hacerlo que con canastas. Montero, tras una difícil penetración y Daniel Llibre, desde la línea de tres, volvían a dejar claro que para ganar a La Llauna hay que darlo todo, absolutamente todo. Y ni así… Escola Pia Sarrià se estaba vaciando, pero un nuevo parcial demoledor de los de negro reventaba el choque y marcaba una nueva máxima en el global: +19 (25-44, min 21). Tiempo muerto y al ruedo de nuevo. Pocas esperanzas en las filas locales, pero tampoco podían hacer otra cosa que intentar una remontada que se antojaba casi imposible. Las distancias entre un equipo y otro cogían ya la veintena de puntos de diferencia y un par de triples de Canals y Estruch clavaban la estocada final al match.

En la Copa Colegial nunca hay cuartos de relleno y esto intentaban transmitir los coaches de ambos teamsa sus jugadores. En La Llauna entraba la segunda unidad a pista, aquella que no juega tantos minutos, pero que rinde como la que más cuando está en pista. Y en Escolapis las rotaciones ganaban protagonismo buscando nuevas figuras como Guillem Canaleta o Humbert Torregó, que disputaban buenos minutos en cancha. Pero realmente ya estaba todo decidido: La Llauna no bajaba el pistón y Escolapis no obraba un milagro inverosímil. Al cierre, 41 a 65 y ya hay duelo de octavos: La Llauna y Costa i Llobera se enfrentarán por un puesto entre los ocho mejores en el PARTIDAZO de la segunda ronda. Escolapis, fuera de competición, pero con la cabeza muy alta.

Guillem Canaleta (Escolapis Sarrià-Calasanç) y Iker Montero (La Llauna) fueron elegidos MVP’s del partido.