No hubo encerrona en la colmena. “Los abejorros” de María Espinalt se quedan con la miel en los labios y no sueltan el aguijón contra una Salle muy seria

Martes de debut. La escuela María Espinalt, situada en las entrañas del Poblenou, acogía por vez primera en su historia un partido de Copa Colegial. Siempre hace ilusión debutar en un torneo, pero mucho más si es en esta espléndida competición.

Igualdad máxima en los compases iniciales del primer cuarto, que comenzaba más puntual que un reloj suizo. Ambas escuelas empezaban con el mono de trabajo puesto, especialmente en el rebote, y apostaban por una defensa unipersonal. Con 10 a 8 en el marcador para María Espinalt, La Salle Bonanova intentaba marcar el ritmo de juego con canastas espectaculares de la mano de un gran Alexander Kovatchev.

El alero, nacido en el año 2002, probaba nuevas dinámicas de juego junto a José Blasco, y ambos lograban coger las primeras ventajas con un parcial de 0 a 6. María Espinalt, no obstante, seguía apostando por su mejor arma: el rebote. Tanto en defensa como en ataque las capturas bajo canasta les estaban proporcionando varios puntos decisivos y, junto con robos de balón de la mano de Biel Riera disipaban las pequeñas dudas al cerrar el marcador 11 a 14 abajo.

Unas dudas que, sin embargo, volvían a emerger en el segundo cuarto. En los prolegómenos de este, nueva racha de anotación de La Salle que, como expertos en la competición, saben gestionar los pequeños contratiempos. Por el momento, el dominio de Bonanova iba in crecendo. Robos de balón a media pista, contraataques y canastas en forma de bomba al más puro estilo Juan Carlos Navarro del escolta Alejandro Álvarez. Los Alex –Álvarez Y Kovatchev-estaban dinamitando el partido por momentos y, entre su insistencia, y el frío ambiente en el patio de los de Poblenou, a María Espinalt se le estaba atragantando el choque.

Nueve eran los puntos de diferencia (17 a 26, min 12) hasta que Jose Blasco volvía a poner nuevamente en jaque a María Espinalt con una bandeja que dejaba ojipláticos a los espectadores locales. El dominio en este segundo acto estaba siendo total, aunque por momentos los jugadores de María Espinalt intentaban apaciguar el aluvión de puntos visitantes con un mate fallido de Alan Castro. Hasta el momento (27 a 36, min 15), María Espinalt le estaba poniendo ganas, pero La Salle tiraba de experiencia para sacar una primera parte sin apenas dificultades.

BIE. De las palabras que más se repite en el inicio de las segundas mitades de los partidos de la Copa Colegial. Una vez más las escuadras de María Espinalt y de La Salle disfrutaban de los tiros libres que premian la deportividad de los jugadores y de la afición. Tres de cuatro y a jugar. En el terreno de juego, primeras quejas por los resbalones en la pista. Poco acostumbrados a jugar en un patio como este, los jugadores de La Salle confundían a veces el patio con la pista de skating de La Farga.

Y es que cierto era que los patinazos eran una constante en el sí del juego de ambos equipos. Incluso los árbitros se mostraban molestos con el estado del cimiento de la escuela de María Espinalt, pero no por eso perdían ojo de un match que seguía manteniendo la misma tónica que en los dos primeros actos. La Salle continuaba marcando los tempos y, lejos de aflojar la marcha, volvía a poner el turbo de la mano de Blasco para propulsar a los rojinegros trece arriba (34-47, min 21). La reacción no llegaba y todo hacía presagiar un último cuarto de relleno ante la falta de igualdad que se estaba viendo en el terreno de juego.

El míster de María Espinalt arengaba y animaba a sus jugadores a acabar por todo lo alto. “Quiero acabar con buen sabor de boca”,le decía a los suyos tras ver que las posibilidades de triunfo eran más que remotas. Remontar casi veinte puntos, por mucho que juegues en casa, es tremendamente complicado, pero ganar un cuarto en la Copa Colegial siempre es motivo de orgullo y satisfacción.

Y para ello salían dispuestos a luchar los de María Espinalt. En su debut en la competición no querían pasar desapercibidos y “los abejorros de Poblenou”no estaban dispuestos a dar el brazo por torcido. La clasificación directa quizás no, pero la posible repesca, no era un objetivo tan lejano para los anfitriones. Lo intentaban, pero no lo conseguían: demasiada Salle para María Espinalt, que no había logrado en todo el partido quitarse el aguijón del cuerpo. Sin duda, los de María Espinalt se quedaron con la miel en los labios tras no poder saborear el triunfo. La Salle, que sale ilesa de la colmena de Poblenou, ya piensa en octavos.

Hugo García(María Espinalt) y José Blasco(La Salle Bonanova) fueron escogidos MVP’s del partido.