Los Gallos hablan ya de maldición en la Copa Colegial. No sé si se puede hablar de tanto pero, lo cierto, es que esta vez llegaron a gozar de una ventaja de doce puntos que les hacía soñar con el ansiado pase a las semifinales. Sin embargo, los nervios del final del partido y un excelente rival que tuvieron enfrente, les llevaron a perder la ventaja y quedarse, un año más, con la sensación de que podían haber llegado mucho más lejos. Esto es la Copa Colegial, una competición diferente en la que muchos factores influyen en el resultado.

Y el primero de esos factores es el público. Jueves 12 del mediodía en plena Cincomarzada, la fiesta local de Zaragoza. En el pabellón de Escolapios Conde Aranda no cabía ni un alfiler, con el público buscando espacio en el fondo de la pista y los más pequeños sentados en el suelo junto a la línea de banda. Los Gallos estaban arropados por su público que se desplazó a la cancha de Montal Calasanz. Una palabra definía el ambiente: ruido. Mucho ruido. Y con tanto ruido, los Gallos salen lanzados con un 0-4 inicial con el que quieren marcar su territorio. Este es su día. Este es su año. Pero los Raptors no se dejan intimidar por cualquier cosa. Ellos son los campeones. Y quieren repetir. Entre García, Velilla y Durán le dan la vuelta rápido al marcador. Mucha intensidad y juego al límite, siempre dentro de una magnífica deportividad. Con Kike García llevando el peso de su equipo, en un día que en que echaron un poco de menos a Tito García o Álex Abad, algo desdibujados, Molière mantiene la iniciativa y se va con un solitario punto de ventaja al final de un primer cuarto que deja el marcador con un escaso 10-11, buen claro ejemplo de lo atenazados que andaban ambos conjuntos.

El segundo cuarto sigue en la misma línea de los ocho minutos iniciales, con intercambio de canastas por ambas partes y nulas diferencias en el tanteador. Una técnica sobre Nacho Durán (él mismo nos reconocía su error al final del partido), posibilitaba que los Gallos pusieran seis puntos de ventaja, máxima diferencia hasta el momento pero, tras el tiempo muerto solicitado por el técnico de los Raptors, Alberto Martín, los locales salen con nuevos bríos y logran en el último minuto cinco puntos consecutivos, salidos de las manos de Javier Quilez y David Revilla, que devuelven el único punto de ventaja con el que Molière se va al descanso por delante en el marcador.

Diego Ayensa aprovecha el descanso para dar instrucciones bien entendidas por sus pupilos. Una salida en tromba con un parcial inicial de 0-5 vuelve a abrir brecha. Son los minutos más complicados para Montal Calasanz, que ven como no consiguen fluidez en ataque y les resulta complicado parar las acometidas visitantes. Un triple de Martín Soriano pone once puntos de ventaja para los Gallos. Es el momento crucial del partido pero, cuando tienen oportunidad de poner tierra de por medio, fallan canastas que parecían sencillas y dan oxígeno a unos Raptors que no reaccionaban por sí mismos. Con otro triplazo, esta vez del MVP Wibo del partido por su equipo, Nacho Durán, gran protagonista del envite, pone fin al tercer cuarto. Ocho puntos de ventaja para unos Gallos que, habitualmente, no dejan escapar a un rival así de herido con solamente ocho minutos por jugarse.

Y en el último periodo llega el desconcierto de Molière. La maldición se cierne sobre la pista como ya sucedió tres años atrás con el siempre recordado resbalón de Nacho Perales que les costó el pase en aquella edición de la Copa Colegial. Entre Durán, Balmori y Velilla se encargar de reducir distancias. La renta queda en un solo punto a 4:44 del final. Bonito número. Buenas noticias para unos y malas para los otros. El carrusel de emociones ponía ahora en todo lo alto a unos Raptors cuya afición, en desventaja numérica con la de los Gallos, se dejaba la garganta para llevar a las  semifinales a los suyos. Los minutos (o segundos) pasan lentamente y Molière mantiene su exigua ventaja hasta que, a 3:22 del final, Durán, siempre Durán, pone el 40-39 que da la vuelta al partido y abre las esperanzas locales mientras cierra poco a poco las visitantes. Ambos equipos siguen sumando puntos, con mínimas ventajas para ambos. Pero a falta de 42 segundos llega la peor de las noticias. Con 48-45 en el luminoso, Jaime Chen bota el balón en ataque para los Raptors. La rodilla se le queda clavada y, el choque con el rival, le deja en el suelo doliéndose. Mucha preocupación en ambos equipos y partido detenido. El bravo jugador de Montal Calasanz debe ser evacuado del pabellón en ambulancia entre la cerrada ovación de las aficiones de ambos equipos. Las noticias que nos llegan son más positivas que lo que podíamos intuir en el momento de la lesión, aunque Chen deberá estar un tiempo fuera de las pistas de baloncesto. 

Con un largo parón de casi media hora por la lesión y los jugadores afectados por la baja de su compañero, se juegan los 41 segundos restantes de partido. Su sustituto, Óscar Torcal, anota uno de los dos tiros libres de los que diponía Chen. Cuando Kike García falla el triple que les hubiera acercado a la prórroga o incluso la victoria, Molière intenta estirar el partido a base de faltas. Pero los Raptors, que ponen interés al encuentro al anotar solamente dos de los seis de los que disponen, han obtenido ya una renta de cinco que puntos que, con 27 segundos por delante, son ya un mundo para los Gallos. Abad falla la última canasta y la alegría estalla en la grada local. Tendrán oportunidad de jugarse el pase a la final ante Hipos Compañía de María la próxima semana. Para los chicos de Lycée Français Molière es el final de una generación que nos ha hecho vibrar en la Copa Colegial con su baloncesto intenso y, por momentos brillante, pero que no ha logrado en estos últimos años dar el salto definitivo para pelear por el Estandarte.