Comentaba alguien en los prolegómenos del encuentro que, aquel equipo que llegara a los 35 puntos, se llevaría el partido. Dicho y hecho. Los Tiburones siguen su camino hacia revalidar el Estandarte conseguido en 2016 y, para ello, dieron ayer un importante mordisco a Romareda Rinos, en un atípico partido con muy poca puntuación y un surtido de errores en el tiro por parte de ambos conjuntos. Los de David Fleta ya están en semifinales y se medirán a Canguros El Salvador.

Primer cuarto: nos olvidamos de las canastas

Hace unos años Juanma Lillo hizo famosa una frase que lo consagró en la élite de los filósofos deportivos: "qué bonito sería el fútbol si no hubiera porterías". Ayer, Rinos y Tiburones hicieron suyo el lema y lo convirtieron en un "qué bonito sería el baloncesto si no hubiera canastas". Con un marcador más futbolístico que otra cosa, el primer cuarto fue un compendio de nervios y fallos en el lanzamiento. Solamente dos triples de quien, a posteriori, sería nombrado Mejor Jugador Wibo del partido por La Salle, Álvaro Oliva, dieron la ventaja por un exiguo punto a los lasalianos. 5-6 como registro parcial del primer cuarto.

Segundo cuarto: esto se anima

Con unos Rinos bailando al paso que marcaba Álvaro Macarrón se ganó en intensidad en el comienzo de los segundos ocho minutos. Sin embargo, cada vez que los de Daniel Bosch intentaban ponerse por delante, aparecía Oliva para impedirles albergar cualquier tipo de ilusión. De los 17 puntos con los que Tiburones terminaron el cuarto, 12 fueron de Oliva, con un bagaje de 4 triples y una canasta de 2 puntos. Espectacular primer tiempo del espigado alero de La Salle, protagonista absoluto hasta el momento y cierre con 15-17. Todos al vestuario a pensar en cómo revertir la escasez de acierto por parte de unos y otros.

Tercer cuarto: Un pasito adelante de los Tiburones

Al comienzo de la segunda mitad se continúa con una dinámica similar. Pocos lanzamientos terminan en la cesta, pero La Salle consigue aumentar la distancia con bastante poco. Un momento clave: con 21-22, Macarrón dispone de dos tiros libres para poner por delante a su equipo por primera vez en el partido, pero falla ambos, lo que aprovechan los Tiburones para hacer un parcial de 0-6 que les proyecta en el tanteador 21-28. De nuevo Oliva demuestra que el descanso no ha mermado ni un ápice sus ansias anotadoras: quinto triple y se pone en los 17 puntos con los que terminaría el partido.

Cuarto cuarto: sin puntos no hay victorias

Manuel Rivera entra en escena y se echa al equipo a sus espaldas en el último cuarto. Ayudado por De Miguel (4 puntos), suyo es todo lo convertido por La Salle. Más intensidad defensiva de los de Fleta y Romareda que encuentra aún más dificultades para anotar. 0-5 de inicio y la diferencia parece ya insalvable, llegando al último minuto con la mayor distancia en el marcador: 10 puntos (23-33). Chagoyen trató de acelerar las cosas con un triple balsámico que permitió a los suyos albergar esperanzas para el último minuto pero, pese a los tiempos muertos con los que Bosch intenta ordenar las últimas jugadas de Rinos y los fallos desde la línea de tiro libre de La Salle (solamente 50% de efectividad en el último cuarto), la remontada se hace imposible y Tiburones continuan el el camino hacia su segundo Estandarte. Será frente a Canguros El Salvador, en una semifinal que promete emociones fuertes.