La Copa Colegial volvía un año después a orillas del canal. El clásico pabellón de Marianistas lucía resplandeciente (unos 200 espectadores) para ver una nueva edición de la Copa Colegial, en la que su joven generación de leones iniciaba una nueva andadura contra los debutantes de Juan De Lanuza.

Primer cuarto: debut soñado

Debutar en una Copa Colegial, y como visitante, nunca es fácil, pero así lo hicieron parecer los Robles. Un parcial inicial de 6-18, liderado por unos omnipresentes Pablo Castellanos y Adrián Sanjuán (MVP), entre los cuales se repartieron 12 puntos en unos escasos 8 minutos, dejaba claro que habían ido a llevarse la victoria de territorio hostil. Los visitantes lograron poner el partido donde querían, acompañando el marcador de una fluidez en el juego y unas penetraciones hacia el aro muy destacables.

Segundo cuarto: el despertar

Los Leones se sacudieron cierto nerviosismo inicial de encima y apretaron las tuercas atrás. Gracias a esto, sumado a los puntos de Alfonso Romero, recién salido del banquillo, hacían ver a una abarrotada grada que la remontada era posible. Juan De Lanuza tan solo conseguía anotar desde la línea de tiros libres, y gracias de nuevo al continuado acierto de sus dos principales líderes, Pablo y Adrián, que lograron mantener el tipo en el primer arreón local, llegaron al descanso con un 18-25 en el electrónico.

Tercer cuarto: agarrados al marcador

El segundo arreón local había llegado. Marianistas mejoró en la fase defensiva, consiguió una mayor fluidez en el juego y tradujo dichas mejorías en dos datos clave: dejar al rival en 8 puntos (en 8 minutos) y anotar 5 canastas de juego, firmadas por 5 jugadores diferentes. El equipo carburaba, pero no estaba claro si habría tiempo para una remontada, ya que el buen hacer de Alejandro Vallejo, además de las dos imponentes figuras anteriormente nombradas, se agarraban con uñas y dientes a una ventaja que se reducía hasta los 4 puntos (29-33).

Cuarto cuarto: la miel en los labios

La tensión era palpable en el ambiente y el final que se avecinaba, estaba destinado a aquellos jugadores a los que la mano no les tiembla. Marianistas comenzó con un parcial de 8-2, que ponía las tablas en el marcador, pasado el ecuador del último cuarto. El sonido ambiente continuaba in crescendo cuando los locales, con 5 puntos consecutivos de Miguel Ángel Azón a falta de 2 minutos, lograron adelantarse por primera vez en todo el encuentro. Pero Bruno Tello no se puso nervioso, y colocó de nuevo el empate en el marcador, a falta de menos de un minuto. Prólogo de un tiro libre final de infarto, anotado por Pablo Ruiz, que colocó a Juan De Lanuza con el definitivo 44-45, del cual los Robles debutantes, se acordarán durante mucho tiempo.

La joven generación de Marianistas (colegio con mayor palmarés en Zaragoza: dos oros y una plata), deberá esperar al 2018 para iniciar de nuevo la pelea por el tercer Estandarte, mientras que los valientes jugadores de Juan De Lanuza, tras ganar en uno de los pabellones más complicados, continúan con su sueño de llevarse la victoria en su primera participación.