Se avecinaba un duelo de gran nivel en el colegio El Salvador, en una apacible y tranquila tarde de febrero. Los Robles de Juan De Lanuza llegaban tras asaltar Marianistas, mientras que los Canguros, que ejercían como locales, habían solventado su pase a cuartos sin demasiados problemas. A priori, un encuentro entre equipos de un nivel semejante, en un pabellón que lucía una gran entrada (un centenar de espectadores aproximadamente).

Primer cuarto: artillería caliente

El inicio no defraudó. Un intercambio de canastas continuo, con Javier Paricio, José Luis Madrazo y el MVP Kike Ramos por parte de El Salvador, y Bruno Tello en los visitantes, dejando su pequeña huella en los cuartos de final en forma de puntos, que propiciarían un parcial de 19-15 al término del primer cuarto.

Segundo cuarto: primer susto

El cara a cara planteado por el técnico de El Salvador, Francisco Navarro, al MVP de Juan De Lanuza en su partido contra Marianistas, Adrián Sanjuán, surtía efecto. Esa mejora defensiva, sumada al acierto en los tiros libres (6 de los 10 puntos en ese cuarto llegaban desde la línea frontal), se terminaba convirtiendo en la razón por la cual los locales llegaban al descanso con un trabajado 29-20.

Tercer cuarto: hasta el final

A pesar de sufrir ese marcaje al hombre, Adrián Sanjuán se exprimía atrás, llegando a la decena de rebotes por segunda vez consecutiva. El tercer periodo estuvo marcado por la intensidad en fase defensiva de ambos equipos y el poco acierto como consecuencia en la fase ofensiva, lo que provocó una alarmante escasez de puntos en ambos equipos que beneficiaba a los Canguros, debido a que su ventaja de 8 puntos se mantenía en el electrónico y el tiempo corría a su favor.

Cuarto cuarto: KO

El cansancio comenzaba a hacer mella, pero varias canastas de los visitantes les mantenía en el partido. Principalmente por una razón muy clara: el buen hacer de Pablo Ruiz Barnada, el cual impartió un clínic en la dirección y mostró un recital de finalizaciones. Pero El Salvador dijo basta, o mejor dicho, su mejor pareja exterior-interior, formada por Kike Ramos y Javier Paricio, secundados por Miguel Ángel García, decidieron acabar con el trabajo y finiquitar un partido que, gracias a la pelea en el rebote defensivo y ofensivo de Juan De Lanuza, se les había complicado mucho más de lo esperado.

En definitiva, los Robles debutantes en 2017 de Juan De Lanuza, se despiden de la Copa Colegial con un buen sabor de boca, pues ganar en Marianistas y competir en El Salvador, está al alcance de muy pocos. Por su parte, los Canguros, se plantan en semifinales con un equipo sólido, físico y muy equilibrado, dispuestos a conseguir un billete para la Gran Final.