¿Quién dijo que un lunes no es día de jugar Copa Colegial? No solo lo es, sino que se pueden ver auténticos partidazos como el que se pudo disfrutar en el nido de las Águilas de San Agustín. Llegaban los locales a octavos de final después de haber arrasado en segunda ronda a Corazonistas (100-37) demostrando muy buenas sensaciones y metiendo miedo al resto de rivales del cuadro. Los visitantes, por su lado, habían tenido que pasar dos rondas ante Maristas Chamberí y Pilaristas con bastante solvencia.

Se respiraba aire de revancha, pues solo 3 días antes estos mismos equipos se habían enfrentado en el cuadro femenino en un encuentro con prórroga incluida que se llevaron las Águilas. La afición del Ramiro no estaba dispuesta a que esto volviese a suceder y llenó la grada de colorido con banderas y pancartas en una mini-versión de la Demencia. Cánticos, bocinas, megáfonos… ¡un lunes de Copa Colegial suena muy bien! Con las presentaciones hechas y los jugadores dispuestos, daba comienzo el partido.

Primer cuarto: Dos equipos muy enchufados (16-20)

Si había algún atisbo de nervios o tensión en los jugadores, desde luego no se notó para nada en este primer cuarto. ¡Qué manera de enchufar ambos conjuntos! El partido comenzó de la mejor manera posible para los Delfines del Ramiro, con un triple de Jorge Martínez. Los visitantes parecían no contentarse con eso y siguieron haciendo daño primero con un rebote ofensivo de Javier González y luego metiéndose hasta la cocina Mateo Alonso, un jugador de altura en todos los sentidos. Los Águilas de San Agustín no se iban a quedar con los brazos cruzados y pronto reaccionaron gracias a un buen movimiento de balón que finalizaba Ignacio Ruano. El coloso Cristóbal Revuelta hacía daño en el rebote ofensivo también en los aros de Ramiro y acercaba aún más a su equipo a mediados del cuarto.

No se iba a quedar la cosa así. La intensidad desplegada por ambos equipos iba subiendo enteros y venía acompañada, además, de un acierto digno de un partido del más alto nivel. Cada gran jugada de los Águilas era respondida por un triple del Ramiro. Fue al final de este cuarto cuando el MVP Alejandro Jiménez empezó a tomar responsabilidad en el ataque local, anotando de media distancia primero y en una gran penetración después. No obstante, un 2+1 de Máximo García-Plata conseguía abrir una pequeña brecha en el marcador final del periodo (16-20).

Segundo cuarto: Baja el acierto, no la intensidad (23-27) 

Parece que ambos coaches pusieron las pilas a sus equipos para que apretasen en defensa en este segundo cuarto y claro está que lo consiguieron. Tras dos minutos de periodo, nadie había conseguido romper la sequía anotadora y todo seguía igual. Como en el primer cuarto, tuvo que ser Ignacio Ruano el que tras un reverso anotase la primera canasta de las Águilas de San Agustín, seguida ésta de una gran acción individual de Carlos Merino que conseguía empatar el partido para su equipo.

La grada de San Agustín parecía venirse arriba al ver la reacción de su equipo, pero entonces Jorge Martínez recuperó un balón y finalizó un contraataque con un matazo que enloqueció a los aficionados y al banquillo visitante. ¡Vaya muelles! No se vino abajo San Agustín, que de la mano de nuevo de Alejandro Jiménez devolvía las tablas al marcador tras revolverse en la zona ante medio equipo del Ramiro. Y cuando parecía que se iba a llegar con igualdad absoluta en el marcador, volvieron a aparecer los muelles de Jorge Martínez para culminar con un mate de locura un contraataque de su equipo entre dos rivales. ¡Las Águilas tendrían que volar más alto si querían pararle! La segunda parte del partido prometía espectáculo e intensidad (23-26).

Tercer cuarto: los Delfines dan un paso hacia adelante (37-53)

Tras el descanso, San Agustín salió con sus mejores galas para dar el salto de calidad y ponerse por delante en el marcador. Carlos Merino iniciaba esta remontada con una bonita canasta, pero enseguida los rivales respondían, primero desde la línea de tiro libre y posteriormente con un triplazo de Mateo Alonso desde alero. A diferencia del segundo periodo, este comenzaba con un alto porcentaje de anotación. El Águila Alejandro Jiménez también quería un triple a su nombre y ahora desde cabecero sumaba tres puntos para su equipo. El partido estaba totalmente abierto, todo por decidir. 

Parecía que el triple supuso un gran empujón al equipo, ya que le siguieron grandes jugadas que culminaron en canasta, destacando la canasta de Ignacio Ruano en contraataque tras pase por espalda de su compañero Carlos Merino. Pero en ese justo momento, llegó sin apenas verlo llegar un aluvión de canastas del Ramiro Maeztu que los locales no supieron frenar de ninguna de las maneras. Y así, liderados de nuevo por el gran Mateo Alonso, que enchufaba, reboteaba, asistía y animaba llegaban al último periodo con una amplia ventaja en el marcador. 53-37 para los chicos del Ramiro.

Último cuarto: Los Águilas no dejaron de pelear pero la remontada cada vez se complicaba más (57-75)

El último periodo empezaba como el tercero, con un San Agustín luchando con todo y confiando en la remontada. Nada más comenzar una jugada colectiva de los locales termina con un triple desde la esquina de Alejandro Jiménez. Las Águilas intentan remontar su vuelo y la grada les acompaña. De hecho, llegaron los locales a romper de nuevo la barrera de los 10 puntos. En volandas por su afición llegaban a reducir la diferencia del marcador y ello les devolvía la confianza plena.

Pero, de nuevo, los chicos del Ramiro de Maeztu, esta vez liderados por un enorme David Romero que anotó en este cuarto los 7 puntos seguidos, consiguieron un parcial rompedor que acabó con las ilusiones de los locales. Con un marcador final de 75-57 Ramiro de Maeztu consigue meter a su colegio en cuartos de final tras la dura derrota recibida por sus compañeras días antes a manos de las Águilas. Dos grande encuentros entre dos grandes colegios que acabó de la manera más equitativa posible: victoria para las chicas de San Agustín y para los chicos del Ramiro de Maeztu. Enhorabuena no solo a los equipos que ya están en cuartos, si no a los dos colegios, por su juego, deportividad, pasión y compañerismo mostrado en el campo.

MVPs: Juan Toledano de Ramiro de Maeztu y Alejandro Jiménez de San Agustín.