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17 de Marzo de 2022. Colegio Escola Pia Sarrià-Calassanç
Primera Ronda Femenino
El desatino desde 4'65m de Escolapis (13 fallos) se alía con Badalonès para que las “Dimonis” no fallen en su habitual cita de cuartos. Bravos los 200 aficionados de Escolapis, incesantes con los cánticos
Un año más la escuela Pia Sarrià albergaba la Copa Colegial. En esta edición solo el equipo femenino, pero este es un colegio que no falla nunca a su cita con la mejor competición escolar de Europa. Aparcado el coche en el parking exterior de la majestuosa escuela de Sarrià, la delegación entraba en el pabellón para presenciar el penúltimo partido de la cuarta semana de torneo.
En la cancha, las jugadoras de Escolapis y las de Badalonès, dispuestas a dar la cara por sus coles. En los siguientes treinta y dos minutos se iban a partir el lomo con tal de conseguir uno de los últimos billetes que quedan para cuartos de final en el cuadro de féminas. El face to face comenzaba trabado: varios palos traducidos en faltas personales condicionaban el inicio del choque a un partido de pocos puntos. Aún faltaba para llegar al bonus y en el minuto 5 de encuentro solo se dibujaba en el tanteo un pobre empate a cuatro. Claudia Bonmatí y Gala Cendán despuntaban para Escolapis y Badalonès respectivamente, pero, sin embargo, el encuentro seguía costando de destornillar. Tras varios toma y daca, las tablas seguían reinando en el luminoso al acabar el cuarto. Ocho iguales y primer respiro.
Las de Escolapis habían salido vivas en las primeras ocho vueltas al reloj y eso ya era una gran noticia. Las jugadoras badalonesas suelen ser favoritas en las primeras rondas debido al potencial de sus jugadoras. Lo que está claro es que no se esperaban encontrar tanta resistencia en el tapete de Sarrià. Las locales aguantaban con el paso de los siguientes minutos (11-11, min 11) y eso alentaba a la afición a empezar a animar sin respiro. “Pim-pam, pirulé, Escolapis… oé!”, se empoderaban los pequeños y las pequeñas alumnas de Escola Pia Sarrià. Esta pista nunca defrauda y el pabellón estaba a reventar: cerca de dos centenares de personas estaban presenciando el brutal partido de las chicas entrenadas por David Fajardo. La actitud y la garra defensiva de las de verde hacían que el partido pasase a ser un choque de trincheras. La paupérrima anotación y el nulo tino de ambas escuadras se traducía, nuevamente, en un parcial de cuarto en el que ninguno de los dos bandos superaba la decena de puntos. Siete a tres para Escolapis para un total de 15 a 11. Estaba saltando la sorpresa… Badalonès, en el limbo.
Al volver a pista, emergía una estrella. Con una muñeca infalible y ante el tremendo y desconcertante desacierto de las “Dimonis” -que tan solo habían cosechando once tantos en los primeros dieciséis minutos-, Clara Ruiz anotaba cuatro libres prácticamente consecutivos para poner las tablas de nuevo. Igual que en la primera parte, el partido entraba en unos trances típicos de partido de primera fase. Muchos errores en el tiro, faltas tácticas y un objetivo en común: poner palos en las ruedas al rival. Y como más mejor. A todo eso, el rebote -especialmente el ofensivo- era una de las bazas que ambos equipos necesitaban controlar, y de ello tomaba nota Sara Ávila. La pívot, con el nº0 en la espalda, se forraba a rebotes y se hacía la ama de la botella. Sus capturas, junto al rush “endemoniado” de las rojas hacían que el marcador diera un vuelco que, ni mucho menos, sería definitivo. Al acabar el cuarto, 20 a 24. Cendán estaba on fire.
Escolapis tenía un serio problema de anotación (al igual que Badalonès) y de ello se daba cuenta Fajardo. Los tiros libres eran el punto flaco de las suyas, que al principio del acto final disponían de un sinfín de oportunidades desde la línea de 4’65m, pero no conseguían anotar “ni hartas vino”. Hasta seis fallos consecutivos desde el libre. Pero no se desanimaban: estaban defendiendo a las mil maravillas y se estaban haciendo fuertes en el semicírculo, al más puro estilo Sancho Lyttle. Esto, sumado a que Badalonès tampoco daba ni media desde la línea de uno (entre ambos coles fallarían hasta ¡15! tiros libres en el último periodo), hacía que las esperanzas de las de casa no se desvanecieran en absoluto. Badalonès cogía renta máxima a favor (23-29) a falta de un minuto para el bocinazo final, pero Escolapis no tiraba la toalla. Un dribbling con posterior enceste de Silvia Gibert ponía el partido en un brete. La posesión era para Badalonès, que lo tenía todo de cara para ganar. Dejar pasar el tiempo y tener un mínimo de acierto desde el tiro libre eran sinónimo de triunfo. Pero no había “tu tía”. Dos nuevos fallos de Judit Mas ponían más leña al fuego. Ahora la pelota estaba en el tejado de Escolapis que, inexplicablemente y a falta de 5 segundos, conseguía una falta de tiro a favor. Tres tiros libres para ponerse a un solo tanto… Ahora sí, Laia ‘MVP’ Canaleta metía los dos primeros. Haciendo honor a su apellido, fallaba el tercero a propósito con el fin de coger el rebote, meterlo e ir a Canaletas a celebrarlo. Pero todo quedaba en una ensoñación: tras salir el balón repelido del aro, este caía en manos de Cendán, que sentía la victoria en sus manos. Con 27 a 29, Badalonès se plantaba en la antepenúltima ronda tras un choque tremendamente igualado en el que Escolapis podía salir muy satisfecho. Las ganas que le habían puesto, tanto las jugadoras, como el staff, como la afición eran de agradecer. Siempre es un gusto pisar este colegio. Bravo.
Laia Canaleta (Escolapis Sarrià) y Aina Chimisanas (Badalonès) fueron escogidas MVP’s del encuentro.
Redacció Catalunya Central. Hace 2 meses
Redacció Catalunya Central. Hace 2 meses
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