Un Claret con pundonor cae por 5ª vez en semifinales. ‘La Kikeneta’ anula a Mario López en el primer cuarto, pero no puede con ‘SuperLópez’, que vuelve a arrasar siendo decisivo (19+19). Los ‘Dimonis’ jugarán su tercera final

Hoy era el día. Tras un largo parón de Semana Santa se iniciaban las semifinales de la Copa Colegial Barcelona. Y lo hacían a lo grande: con mini-bus. Los jugadores del Claret llegaban con este particular medio de transporte al mítico pabellón de La Plana en la ciudad que es conocida como la cuna del baloncesto catalán, Badalona.

Sergi Carrasco, Oriol Brunet, Thiago Tomassetti, el ídolo de cuartos Oriol Mur y toda la pléyade claretiana acompañada de sus hooligans llegaban puntuales a la sede de la primera semi. La ‘Kikeneta’ venía de ganar tres igualados duelos en rondas previas y hoy tendrían delante su último escollo para llegar a la gran final y luchar por un puesto en L’Alqueria del Basket. El rival, ni más ni menos que el temible Badalonès.

Los campeones de 2014, tras una dura negociación con los capos claretianos, conseguían jugar el partido en casa y llegaban al duelo con su jugador referencia a tope, Mario López. El máximo anotador y reboteador de la competición se encargaría ayer de calentar el duelo en el entrenamiento del Sant Pep chivándole a su teammate Edu Hernández -hoy, su rival- que “los del Joventut” serían de la partida. Hecho totalmente certero, pues temibles gigantes como Van Elswyk harían sentir su físico en el parqué.

El partido empezaba con sorpresa. Ricky Rubio, el cual fue campeón de las series colegiales en 2006, se encontraba en los aledaños del estadio. Una grata casualidad, que agradecían los aficionados que se acercaban a la cancha. Ahora sí, el salto inicial daba el pistoletazo de salida. Badalonès anotaba de tres rápidamente y marcaba el ritmo en los primeros dos minutos, que sería lo que tardaría Claret Llops en entrar en calor y empezar a trabar el partido. La defensa en zona del equipo comandado por Kike Gros y Héctor Giménez era la protagonista ante todos los ataques de Badalonès. Su objetivo principal, el de anular totalmente a Mario López, por el momento se estaba cumpliendo y los Llops tomaban las primeras ventajas con un 6 a 7 en el minuto 5. Con el paso de los minutos, ya rozando las seis de la tarde, el emblemático pabellón de La Plana se seguía llenando y ya eran pocos los asientos que quedaban libres. Uno de ellos estaba ocupados ni más ni menos que por Joan Esteban, un profesor claretiano muy querido por sus alumnos que, por algo será, siempre hablan maravillas de él. Esteban, presente como ya lo hizo en la final de 2015 en Llars Mundet, se quedaba ojiplático cada vez que Sergi Carrasco cogía el balón. Con una destreza nunca vista forzaba faltas a troche y moche y, para colmo, se mostraba atinado desde todas las partes del campo. Los lobos estaban dando la sorpresa y Badalonès no metía un solo tiro libre. Solo Mario López, inédito hasta el momento, anotaba un par antes del descanso para acabar con una fatídica estadística de 2 de 10 desde 4’65m. El luminoso marcaba un óptimo 11 a 15 para Claret.

En el segundo periodo, los Llops seguirían aullando al ritmo de Enric Gracia. Con las importantes bajas de Pol Alonso y Dani Gracia, era el pequeño de los Gracia el que, junto a un baluarte como Lluc Cortada, llevaba la voz cantante de los hooligans. Una vez más, y aunque el horario no fuera el mejor para ellos, la troupe claretiana sumaba fuerzas para llevar el nombre de la escuela en lo más alto. Para quitarse el sombrero esta afición, que veía como los suyos se seguían escapando a la chita callando en el electrónico. La guinda del pastel la ponía Víctor Díaz en el minuto 14, cuando marcaba máximas en el partido: 16-25. Badalonès no lo veía claro y Xavi Riera quería parar de una vez por todas la sangría. Timeout y sonora arenga: o cortaban ya el derrame atrás o las pasarían muy canutas. Ya se adormilaron contra Aula en primera ronda colocándose 11 abajo, ya se echaron una siesta en el primer cuarto versus Bon Soleil y hoy les estaba pasando lo mismo. Daba la sensación que podían dar mucho más, aunque Claret estaba realizando un partido inmaculado. A la vuelta, arreón de los de Badalona con parcial de 6 a 2, y a vestuarios. El marcador global era de 22 a 27: Claret seguía dando la sorpresa ante los claros favoritos.

Ya en el tercer acto, salida en tromba de Badalonès. Aunque Carrasco seguía fiel a su romance con el tiro libre, nadie podía parar a Miquel Llompart y a Mario López, que empezaba a salir de su letargia y comenzaba a sumar rebotes cual dependienta del super pasa productos por el lector de código de barras. A cada tiro que Llompart no metía, ahí estaba el todopoderoso ‘Hombre de Yeti’ para capturar, palmear o incluso anotar. Su casillero poco a poco se iba engrasando y ya superaba las dobles cifras: el doble-doble estaba asegurado, pero el partido no estaba ni mucho menos atado. De hecho, Claret seguiría remando, como no puede ser de otra manera. Tras recibir un parcial en contra de 9 a 0, los Llops confiaban ahora sus ataques a la dupla Hernández-Díaz. Jugadores del Sant Pep y del Cornellà respectivamente, Hernández y Díaz ponían el freno a Badalonès y cortaban el rush de los de Garcia, que afrontarían el último asalto con un favorable 38 a 33.

Lo que estaba claro, es que pasara lo que pasara en estos últimos ocho minutos, los visitantes estaban haciendo un esfuerzo sin precedentes. Ningún entendido en baloncesto hubiese apostado un duro a que la manada claretiana llegaría con opciones reales de triunfo en este último y postrero periodo. Pero allí estaban, dispuestos a saltar por última vez a la reluciente pista de La Plana -que, por cierto, estrenaba canastas- y a comerse el mundo. Con un quinteto fantástico, los blanquiazules afrontaban un último cuarto en el que Carles Espinosa y Felipe Montero resultarían letales. Tanto en ataque como, especialmente, en defensa, los ‘Dimonis’ apretaban las tuercas y se encomendaban a los mencionados jugadores para seguir abriendo brecha en el encuentro. Un triple de Espinosa a falta de dos minutos para el cierre caía como un jarro de agua fría en la gradería lobuna, que se echaba las manos a la cabeza. Lo habían tenido a tocar, pero los de Badalona habían vuelto a reaccionar en el momento clave. Con 49 a 42 finalizaba el encuentro, un resultado totalmente válido para que Badalonès accediera a su tercera final en la historia de la Copa Colegial Barcelona.

Aun y los cánticos finales de “¡Copa Comercial, Copa Comercial!” de los supporters claretianos, visiblemente molestos con el trato por parte de la organización, Claret se puede ir con la cabeza bien alta de una edición histórica para ellos. Sin partir ni mucho menos como uno de los equipos favoritos, han ido de menos a más y han logrado, de nuevo, reenganchar a la afición, la mejor de la competición de aquí a Lima. Y sí, a punto han estado de dar la campanada y cargarse a Badalonès, la escuela que todas las casas de apuestas -Bet365, PlayFulbet, Sportium y Badalona Vegas- dan como favorita. El año que viene seguirán luchando para levantar su segundo estandarte, de bien seguro.

Por su parte, Badalonès, después de que jugadores y aficionados claretianos entonaran su habitual cántico “Un dia de partit”, ponía a los suyos en el centro y, como nunca antes, celebraban el pase a la soñada final con un divertido cántico que aún no hemos logrado descifrar. Tras sufrir contra Aula, barrer a Bon Soleil y batallar duro contra Claret, López, Orellana, Llompart, Tugas y compañía ya esperan rival para medirse en el partido por el título. Sant Gabriel y La Llauna lucharán por ello este jueves. Las agujas del tic-tac del reloj siguen sonando, Valencia acecha y Badalonès sueña en grande.

Miquel Llompart (Badalonès) y Víctor Díaz (Claret Llops) fueron elegidos MVP’s del partido.