Las chicas de Anna Arija tiran de veteranía y pasan el rodillo en el velódromo de Horta imponiéndose cómodamente a Pompeu Fabra (10-66)

A las puertas de la primavera, un lluvioso viernes era la última estación de la semana en la Copa Colegial Barcelona. Tras ocho partidos disputados desde el martes, se apreciaba un viernes tranquilito en el velódromo de Horta, una magnífica instalación situada en la salida de Barcelona presidida por nuestro director, Rafa Baena.

Pàlcam y Pompeu Fabra aterrizaban en el velódromo dispuestos a pedalear de valiente para enganchar el penúltimo billete que da acceso al cuadro femenino de cuartos. Eran las cuatro de la tarde y a algunas parecía que se les atragantaba el bistec con fritas de la comida en los primeros minutos de choque. Daba muestra de ello un splash de Anna Rovira más propio de “¡Mira quién salta!” que de un partido de baloncesto. En las idas y venidas iniciales, Pàlcam abría el marcador y rápidamente cogía una cómoda renta de 2 a 7. Resultado que provocaba un necesario timeout de Oriol Suñé, mismo entrenador que el equipo masculino de Pompeu Fabra. Las de azul necesitaban una reacción rápida, pero Pàlcam estaba defendiendo muy bien. Las de Guinardó, además, aprovechaban su experiencia en las míticas cursas Pàlcam -de las más famosas de Barcelona- para correr por la pista como saltimbanquis. El viento les iba a su favor: 2-15 al finalizar el acto y una Carla Roura llevando la batuta de manera magistral.

Se anticipaba un partido plácido para Pàlcam y de ello se encargaría Nerea Godoy de corroborarlo. Un triple suyo abría el tanteo en el antepenúltimo parcial y seguía demostrando a Pompeu Fabra que, o tiraban de épica, o esto no se remontaba ni a la de tres. Cuatro a veintidós en el minuto 12 de encuentro. Pompeu Fabra no estaba teniendo acierto, pero lo que sí que es certero es que las chicas de la escuela de La Sagrera estaban dando el máximo de sí mismas. El esfuerzo y el ímpetu también son valores de esta competición de ensueño. Un ejemplo de ello era el talante en el rebote de la pívot referencia de Pompeu Fabra, Sara Tiry. Todas las jugadas pasaban por ella y se afianzaba como la reina de las alturas. En el minuto 14 ya llevaba 9 rebotes, unas cifras que las podría firmar perfectamente el retirado pívot madridista y máximo reboteador histórico de la ACB Felipe Reyes. Al finalizar la primera parte, 4-31. Viento en popa Pàlcam en el velódromo.

“Força Pàlcam!! Força Pàlcam!!”… La gradería blanquiazul iba engrasando la maquinaria durante el entretiempo. Una afición incesante que, tras los cinco minutos de parón, seguiría viendo como las suyas disfrutaban en el tapete. Enchufaban y enchufaban por doquier, aunque ahora Pompeu Fabra, con Rovira y Campos en el mando conseguía un tímido parcial de 4 a 3 a favor. De momento se estaban apuntando el cuarto, pero las esperanzas de remontada eran nulas. Había que ser realistas. Ahora tenían que jugar lo mejor posible para que el tanteo no se les fuera de las manos y, lo más importante, disfrutaran del juego. Pàlcam estaba avasallando el rebote (en una jugada hasta cinco consecutivos en ataque típica del “joc dels disbarats”) y con 8 a 46 se liquidaba el parcial.

Y hasta aquí el partido. El último acto no aportaría nada diferente. En Pàlcam, Andrea Alonso no fallaba una y Pàlcam no quería hacer más sangre. Al final, 10 a 66. Las de Guinardó ya están en cuartos, donde no lo tendrán tan fácil: se enfrentarán a Sant Gervasi Mollet en un duelo muy abierto. Seguimos.

Andrea Rovira (Pompeu Fabra) y Marina Sánchez (Pàlcam) fueron elegidas MVP’s del partido.