El lujoso pabellón de J.H Newman estaba lleno hasta la bandera, en una mezcla de: ambas plantillas femeninas del encuentro disputado previamente, aficionados locales rabiosos que tras haber visto perder a su conjunto femenino lo iban a dar todo para no volverse con las manos vacías y numerosos fanáticos del Colegio Corazonistas con mucha alegría y excitación tras la reciente victoria y hambrientos de más. ¡Menuda combinación! En esta ocasión, pudimos disfrutar de un duelo con la espadas por todo lo alto. Puntos, defensas férreas, emoción y piques. Hasta que una demoledora segunda parte en la que Corazonistas aprovechó las visitas a la línea de personal por parte de Marcos García y la omnipresencia de Sergio Gutiérrez para construir una ventaja demasiado elevada incluso para que la estrella local, Diego Guijarro, pudiese evitar la eliminación de sus Canguros.

Primer cuarto: mejunje de espesor, imprecisiones y pinceladas de ‘showtime’

Pitido inicial, balón al aire, primera pérdida de balón, un bote, segunda pérdida de balón, tiro fallado, rebote defensivo, tiro fallado, rebote ofensivo, otro lanzamiento al hierro, rebote ofensivo, de nuevo un tiro errado, rebote ofensivo con posterior fuera de banda y pérdida de balón… Puede parecer una broma, pero esta hoja de estadísticas es tan real como la vida misma. El partido comenzó loquísimo, con escaso acierto y numerosos errores e imprecisiones que generaron contras sin ningún sentido y transiciones de ida y vuelta que no conducían a nada. ¡Qué intensidad!

El duelo acababa de comenzar, pero era como si los Corintios y los Canguros hubiesen entrado en calor hace rato. Pero bueno, no es nada nuevo en esta emocionante competición; los nervios y las ganas tras casi un año de inactividad suelen pasar malas jugadas a los jugadores que, con toda la ilusión del mundo, representan orgullosamente a su colegio. Sergio Gutiérrez fue el encargado de estrenar el marcador visitante, con una poderosa penetración en la que dejó el balón muy arriba. Pocos segundos tardaron en contestar los locales, ya que Diego Guijarro agarró la pelota en medio campo y no la soltó hasta que pudo dejarla suavemente en la red en una jugada similar a la de su rival.

Habían transcurrido cuatro minutos de juego y el resultado era de 2-2, pero la grada era una verdadera fiesta. Nadie dudaba de que los puntos llegarían tarde o temprano. Y así fue como, Marcos García consiguió mangarle el balón a un atacante, conducir un fugaz contraataque y lanzar un pase picado para que su compañero Miguel Carrera acariciase el tablero y le agradeciese el regalo. De hecho, instantes después, el propio Marcos García anotó desde 6,75 en una jugada en la que los cinco Corintios habían tocado el esférico. ¡Menuda gozada!

De nuevo, cuando uno de los visitantes se las prometía felices de una sencilla penetración, emergió la figura de Diego Guijarro para colocarle un soberbio tapón, que al permitirle quedarse con el esférico enfiló hacia el aro rival y no frenó hasta llegar a la pintura, pivotó como un bailarín para deshacerse de dos defensores y subió dos puntos más al marcador de los Canguros.

Y a pesar que los de rojo habían conseguido sacarle más provecho al caos y al descontrol inicial, Diego Guijarro nos sorprendió a todos con un vertiginoso coast-to-coast mediante el que sacó dos tiros libres; anotó el primero, erró el segundo, cogió su propio rebote ofensivo y puntuó de nuevo haciéndose muy grande en la zona y poniendo el marcador de 8-10.

Segundo cuarto: de nuevo, poco acierto y mucha igualdad

El segundo asalto dio comienzo bajo la misma dinámica que el primero; con muchos errores y muchos lanzamientos desviados que ofrecían segundas y terceras oportunidades pero que o no encontraban dueño o éstos no eran capaces de traducir los rechaces en puntos. Eso sí, el ritmo era muy físico y se vio un auténtico espectáculo atlético por parte de ambas plantillas, dispuestas a darlo todo en todo momento.

Lorenzo Rabadán levantó a todo el pabellón con un bombeadísimo triple en todas las fauces del defensor, que no solo servía para dar espectáculo, sino que de esa forma conseguía poner a sus Canguros por delante en el electrónico. En plena celebración local, las aportaciones interiores de Jaime Torres y Pedro Gavilanes (quienes con su incesante esfuerzo se adueñaron de la pintura) sirvieron para demostrar que el carácter también puede servir para ganar partidos.

Posteriormente, los de rojo se dieron cuenta de que, o golpeaban más fuerte, o no se librarían de estos peleones Canguros. Llegado ese momento, Sergio Gutiérrez no dudó a la hora de apoderarse del balón y recorrerse la pista como una centella en un veloz coast-to-coast que le permitiese levitar hasta dejar una incontestable bandeja. Su compañero, Diego Díaz, pensó lo mismo, y en cuanto se hacía con un robo de balón o un rebote defensivo ponía la sexta marcha y se recorría la cancha en línea recta para conseguir penetraciones que le devolviesen la ventaja a sus compañeros.

Un breve intercambio de canastas entre diversos Corintios y el incansable Diego Guijarro pusieron el broche al segundo cuarto con el resultado de 19-20.

Tercer cuarto: el idilio de Marcos García y los tiros libres, una historia de amor y odio

Nada más ponerse el balón en juego se pudo apreciar un cambio en la mirada de Marcos García, el director de juego de Corazonistas. Algo lucía diferente, algo se había apoderado de su mirada, que emanaba agresividad por ambos ojos. Con esta nueva mentalidad y cambio de chip, Marcos fue capaz de sacar numerosos tiros libres a comienzos de este tercer asalto dando algo de margen a los visitantes. Mientras, en defensa, Alfredo Julio Medinilla había decidido hacer una modificación en su pizarra y plantar una zona 3-2 que dificultase los balones interiores de los que estaba disfrutando el jugador franquicia de Newman.

Esta defensa se tradujo en un arreón Corintio, con una canasta de mucho mérito de Miguel Carrera tras un explosivo crossover y dos puntos más de su compañero Pablo Rivas en una jugada colectiva precedida por una exquisita triangulación. Buen parcial para los jugadores de Corazonistas, que viéndose 6 arriba ya respiraban algo más tranquilos.

Mientras que Newman vivía sus peores momentos del partido, pudimos ver otro de los highlights de la tarde, de nuevo a manos de Sergio Gutiérrez: robo de cartera, plástico coast-to-coast guisándoselo él mismo y finalizando marcando muy bien los pasos. ¡Y boom! Sergio, que no estaba satisfecho, se anima y también clava un triple de enorme parábola en la siguiente jugada.

Era obvio que la zona 3-2 estaba funcionando a la perfección: provocaba infinitos robos de balón y opciones de contraataque para los Corintios y desesperaba y frustraba todas las estrategias ofensivas de unos Canguros que andaban algo perdidos. Aún así, Diego Guijarro logró sacar un parcial de cinco a cero con 2 puntitos palmeando un rechace ofensivo y anotando desde 6,75 en pleno contraataque para no descolgarse en el marcador.

Pero entonces, volvimos a presenciar el interminable romance de Marcos García con los lanzamientos desde el 4,60, que gracias a su inteligencia y pillería para sacar faltas a sus rivales, ¡se las apañó para lanzar 12 tiros libres tan solo en el 3º cuarto!

Unos últimos minutos sin pena ni gloria delimitados por muchas faltas e interrupciones dieron paso a un breve intercambio de bandejas en transición pero que no terminaban de decantar el tanteo para ninguno de ambos conjuntos, 29-37.

Cuarto cuarto: Corazonistas pone una marcha más y no da opción a la remontada

No podríamos terminar la crónica sin mencionar el ejemplar comportamiento y apoyo que ofreció la afición del Colegio J.H Newman durante todo el encuentro. Los aficionados estuvieron impresionantes a lo largo de todo el duelo, sin importar el resultado o la dinámica de sus jugadores. ¡La grada era una celebración continua!

En plena ebullición de la olla a presión que eran los fans de Newman, volvió a aparecer la figura de su verdugo, Marcos García, para lograr un 2+1 de pillo en una jugada de saque de fondo, y que celebró silenciando a la grada Cangura. Y tan solo unos instantes más tarde Marcos García asumió la responsabilidad de comerse una patata caliente y lanzó sobre la bocina de posesión desde unos 8-9 metros para lograr un triplazo (que aunque entrase a tablero) le motivó lo suficiente para ‘encararse’ con los aficionados que tanto le habían presionado. ¡Era una dosis de la pura esencia de la Copa Colegial!

Ya con una clara ventaja en el marcador, los visitantes se permitían jugar más cómodos, y en una de esas posesiones Miguel Carrera se lució dejando un pase por la espalda para que Sergio Gutiérrez recogiese el testigo y anotase la canasta más el tiro adicional. La ventaja ya era de 17 y aún así Newman seguía animando como si esto acabase de empezar.

Los Canguros, encomendados a las habilidades y a la ambición de Diego Guijarro no encontraban solución ajena al pívot, quien volvió a demostrar su tremendo talento con un admirable juego de pies y un meritorio 2+1, además de una lección de velocidad y conducción de balón en un coast-to-coast en el que utilizó un bote por la espalda para dejar tumbado al defensor y finalizar un auténtico jugadón.

Los Corintios habían pisado el acelerador, y los de blanco no llegaban a competir bajo ese eléctrico ritmo generado por una defensa muy enrevesada y mucho robo de balón que daba opciones de correr contraataques. Y aunque la afición, el speaker y el banquillo de Newman se unieron al unísono bajo el lema de “sí se puede”, fue una pena que nos quedásemos sin un final igualado, pues quedaban dos escasos minutos y la diferencia rondaba los quince puntos.

Tras unas acciones que supusieron un mero trámite sin mayor trascendencia, los locales no lograron recortar distancias y no pudieron evitar que Corazonistas se hiciese con la segunda victoria de la tarde bajo el tanteo final de 36-52.

El Colegio Newman dio un auténtico recital de esfuerzo y carácter, y sin duda dejan grandes esperanzas a sus aficionados, quienes el año que viene podrán disfrutar de un equipo aún más peleón (ya que sus jóvenes jugadores gozarán de un año más de experiencia). Por parte Corintia, Corazonistas fue capaz de lograr una victoria en un partido trampa, y que necesitó su versión más coral y trabajada para sacarse un billete a Segunda Ronda que no ha sido nada, pero que nada barato.