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19 de Enero de 2018. Colegio Nuestra Señora Del Recuerdo
Primera Ronda Masculino
Con la grada del Colegio Recuerdo a reventar (como no podía ser de otra manera) entre la motivación del comienzo de la edición de la Copa Colegial Bifrutas 2018, y el apoyo de ambos conjuntos femeninos que se quedaron a animar a sus compañeros tras finalizar su correspondiente duelo, la expectación en este comienzo de la edición masculina era máxima. Una lástima que en lo que respecta a lo deportivo no hubiese tanta emoción, pues desde el pitido inicial los locales se hicieron con el dominio del encuentro y no dieron opción a los jugadores de Obispo Perelló. Por parte de los locales, hasta cuatro de sus chicos superaron los 15 de valoración, en un choque dominado de principio a fin por el talento y la superioridad física Napoleona.
Primer cuarto: el parcial inicial de 20-0 decantó la tónica del partido
La grada del colegio de Duque de Pastrana era un claro ejemplo de cómo debe comportarse una afición en un choque de Copa Colegial. Ruido ensordecedor desde el primer momento, y muchos cánticos de apoyo para meter en el partido a sus jugadores representantes.
Pocos segundos tardamos en ver aparecer la figura de Fernando Román (quien fue el mejor de Recuerdo en la edición del año pasado, y quien siempre que juega hace las delicias de los aficionados Napoleones). En un vertiginoso eslalon sorteó a tres jugadores para dejar completamente solo y debajo del aro a su compañero Miguel Prieto, que se encargaba de estrenar el marcador.
En estos primeros instantes del encuentro se hizo notable el dominio físico de Miguel Prieto en la pintura, percutiendo en la zona y sacando ventajas al no encontrar oposición debido a su gran tamaño. Viendo la estrategia de los locales, José Luis Peñaranda se vio obligado a pedir tiempo muerto para ver si conseguía cambiar el planteamiento y que sus Leones consiguiesen abrir la lata.
Pero el resultado obtenido no fue el esperado, y fueron 4 puntos consecutivos de Manuel González y un contundente tapón más una acción de tres tiros libres a cargo de Fernando Román los que volvían a complicar la papeleta de los visitantes. La grada coreaba el nombre de su mejor jugador, Fernando Román, pues está claro que sus actuaciones de la anterior edición siguen en “el Recuerdo”.
Por fin, instantes antes de llegar a la finalización del primer asalto, en un arreón de orgullo el tirador Alejandro Navares logró anotar dos triples seguidos y de gran parábola que devolvieron las esperanzas a los aficionados del Obispo Perelló. El resultado era de 26-6 tras la finalización del primer parcial.
Segundo cuarto: un período algo más igualado
Ambas aficiones se animaban con el paso del tiempo, y los Leones de Obispo Perelló lograban perder los nervios que habían causado tanto desacierto inicial. Es cierto que la diferencia seguía siendo abundante, pero las sensaciones eran distintas y el partido cobraba algo de emoción.
En este cuarto, Miguel Prieto utilizó sus dos metros de altura y elevada capacidad de salto para colocar un soberbio tapón a la altura del aro, que no solo deleitó a la grada sino que además otorgó la posesión del balón a sus compañeros. ¡Vaya jugada! Y también los visitantes lograban sacar aplausos de su afición con canastas de mucho mérito por parte de Francisco Sánchez (buscando el choque contra dos defensores) y un contundente 2+1 de Carlos Rubio que conseguía que los jugadores entrenados por Alberto Carrero ya no estuviesen tan cómodos.
Fue en este momento en el que los jugadores de blanco y azul consiguieron reacciones y devolver la tónica dominante que habían impuesto desde el primer instante: Rodrigo Vecino y Miguel Prieto percutían en la zona adueñándose de todos los rebotes ofensivos, y además se lucían con trabajadas triangulaciones en el juego interior que daban gusto ver.
Como guinda, un delicado lanzamiento sobre la bocina desde 4-5 metros a manos de Manuel González lograba poner los veinticinco de ventaja para un marcador de 39-14.
Tercer cuarto: incontestable arreón ofensivo de los Napoleones
Tras el paso por los vestuarios se preveía cierta reacción por parte de los visitantes, pero esas intenciones se vieron dinamitadas por la intensidad inicial con la que arrancaron los anfitriones. Los jugadores de Recuerdo consiguieron hacerse con nada más y nada menos que con 4 rebotes ofensivos en la primera jugada, dejando claro que a pesar de la amplitud de la renta no iban a aminorar su ritmo. ¡Menuda ambición!
Obispo Perelló no conseguía ver aro, y es cierto que lo intentaba con un sorprendente arsenal de opciones; paredes, penetraciones, balones al poste e incluso numerosos lanzamientos desde el perímetro. Pero la cuestión es que no se veían traducidos en puntos, y el marcador seguía inmóvil.
Sin embargo, los jugadores del conjunto local no necesitaban casi esfuerzo para anotar, y con sensaciones de jugar a medio gas lograban contundentes parciales encadenando jugadas de dos y tres triples consecutivos bajo el nombre de Fernando Román o Jaime Jofre.
En estos instantes el partido perdió mucho ritmo, con muchas interrupciones debido al descontrol y caos que causaron tantas faltas personales. Y entre tanto alboroto y desacierto, los chicos de Recuerdo consiguieron encadenar tres contraataques seguidos que se vieron reflejados con un +40 en el marcador. Por último, un plástico euro-step sobre la bocina apoyándose en el tablero a cargo de Rodrigo Vecino llegábamos al último tramo con el tanteo de 62-18.
Cuarto cuarto: un mero trámite con todo ya decidido
La primera jugada del último asalto nos brindó un triplazo de Juan Herremans que cayó con nieve y que sin casi tiempo para celebrarlo se vio continuado con un poderoso 2+1 de Rodrigo Vecino, que seguía de dulce.
Daba la sensación de que la plantilla de Recuerdo estaba confeccionada a la perfección, logrando un plantel en el que anotaban todos los jugadores que salían a pista, como si fuese una máquina bien engrasada y cuyas piezas encajasen a la perfección. Mientras que en el conjunto rival, por parte de los jugadores de José Luis Peñaranda, todo eran lanzamientos forzados y mucho desacierto de su mejor anotador, Alejandro Navares.
Un lanzamiento lejano del visitante Carlos Pérez arrancó sonoros aplausos provenientes de la grada visitante, pero de pronto los aficionados Napoleones unieron sus brazos y montaron un memorable espectáculo en las gradas del pabellón: durante 3 ó 4 minutos, sin respiro ni descanso, unieron sus brazos, manos y gargantas para entonar una canción al unísono y a todo volumen. Un auténtico deleite para sus jugadores y demás presentes en el estadio, que no perdieron la oportunidad de grabar con sus dispositivos móviles semejante homenaje.
Fue así, con esa ensordecedora distracción y con unas jugadas carentes de importancia, como se llegó al apabullante resultado final de 75-26.
Estamos hablando de una auténtica definición de una victoria en equipo, con un juego colectivo muy trabajado y una superioridad física que no creo que encuentre mucha oposición a lo largo de la competición. Y a pesar de una meritoria demostración de esfuerzo y deportividad por parte de los Leones de Obispo Perelló, los jugadores de Recuerdo son los que avanzan a la siguiente ronda de la Copa Colegial 2018.
Redacción. Hace 2 meses
Redacción. Hace 2 meses
Redacción. Hace 2 meses
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