Tras haber superado a Sagrat Cor Sarrià en primera ronda, nueva exhibición de las de Mollet en la zona alta contra Escola Pia Sarrià

El acogedor pabellón de la escuela Pia de Sarrià volvía a llenarse para vivir el partido de 2ª ronda de la Copa Colegial. Escolapis recibía a Sant Gervasi Mollet en un partido en el que los dos bandos deberían poner toda la carne en el asador si querían obtener el preciado billete para tercera ronda.

Tanto Sant Gervasi Mollet como los Escolapis de Sarrià empezaban el match con altos índices de tensión. Los dos primeros ataques de cada escuadra acababan en pérdidas de balón. Los nervios se palpaban mientras los fans locales empezaban a entonar las tradicionales canciones para animar a las suyas (“Del Pia sóc supporter, sempre t’animaré”). Estos cánticos servían a las jugadoras en cancha para entrar en calor y comenzar a inaugurar las redes de las canastas. Clara Musach, por parte de Sant Gervasi, e Isabel Capell, por parte de Escolapis, comandaban las primeras afrentas en el parquet de Sarrià. Escola Pia, aun así, no acababa de sentirse del todo cómoda, principalmente debido a la presión defensiva de Sant Gervasi, y en especial de una lista y atenta Ona Fuentes. Precisamente esta presión defensiva, combinada con unos contraataques rapidísimos y fulgurantes, provocaba la primera gran crisis de Escola Pia Sarrià en esta edición de la Copa Colegial. El entrenador local estaba visiblemente decepcionado con el rendimiento de sus discípulas y el marcador no engañaba a nadie: 5 a 17 en tan solo 6 minutos de juego. Doce puntos de distancia que suponían una bajada de decibelios de golpe y porrazo en el pabellón: las alegres canciones que cantaban los compañeros y compañeras de las chicas de Escolapis apenas se oían ahora. De hecho, ahora los decibelios que se oían eran los de los allegados y desplazados de Sant Gervasi Mollet en cada canasta de las visitantes, especialmente tras un gran triple escorado de Júlia Costa. Al final del primer cuarto, 12 a 28 en Sarrià. El partido se había animado, pero había una gran diferencia entre un escuadrón y el otro.

Los tiros BIE, como marca la tradición, daban el pistoletazo de salida al segundo cuarto. Natalia Ferret, Laura López y Júlia Costa marcaban el ritmo en Sant Gervasi, mientras que Aina Torres –con un colosal triple a tablero- llevaba la batuta para Escolapis. Aunque las diferencias poco a poco se seguían ensanchando y el luminoso ya reflejaba 17 puntos de diferencia (18-35, min 11), cada vez había más gente en el pabellón. Pocos huecos se veían entre las inmensas fileras de público que se situaban alrededor de la pista de juego. Los fans de Escola Pia parecía que habían recobrado la ilusión y creían en la remontada. Una remontada que por momentos parecía una opción realista, como el momento en que Marina Vidal cogía el toro por los cuernos y lograba un fantástico 2+1. Pero cuando parecía que Escolapis podía reengancharse al partido, un jarro de agua fría en forma de triple caía entre sus filas. “¡Que no jueguen cómodas!”, jaleaba el coach local Roger Gascó, ante un nuevo intanto de Escolapis de ver la luz al final del túnel de la primera parte. Pero lo cierto es que Escolapis no reaccionaba: tan solo un triple de Ángela Sanabria y un par de pases-bomba de la misma espoleaban a Escolapis, que cada vez estaba más lejos. Veinticuatro eran los puntos de diferencia al final de los primeros 16 minutos de partido (27-51).

La defensa había sido el principal problema de la Escola Pia Sarrià en la primera parte. Las chicas de amarillo ahora se conjuraban para subir la intensidad y cortar de raíz la sangría de puntos encajados. Debían mejorar el nivel defensivo si querían tener algún resquicio de oportunidad de aspirar a ganar el partido. Al menos en estos primeros minutos, este requisito indispensable para entrar en el partido no se cumpliría: Júlia Costa se seguía hinchando a puntos gracias a la magistral distribución del juego de Alba Orois, que estaba realizando unas tareas de pase y control dignas de una jugadora profesional. Las diferencias seguían ampliándose y el soufflé de puntos seguía creciendo y creciendo sin parar. Con 34 a 61 en el electrónico (min 19), Sant Gervasi no apagaba el turbo y seguía con la séptima marcha puesta. Orois seguía a lo suyo, propinando baloncesto de alta calidad, y el público, con el partido visto para sentencia, empezaba a gritar desmesuradamente. Cada ataque de Sant Gervasi era silbado por los espectadores de Escola Pia, que sabiendo que lo tenían todo perdido, intentaban pasar estos últimos diez minutos armando jaleo. Un jaleo que, no obstante, no molestaba a Sant Gervasi. La defensa en zona, junto a un ataque con mucha movilidad, seguía disparando a las de Mollet en el tanteo: 37 a 69 antes del parón entre el tercer y el último acto.

En el acto final, poco que añadir. Sant Gervasi seguía progresando en el marcador y ampliando el colchón de puntos –el cual en algún momento llegaba a doblar a su rival- de la mano de Andrea Laiz y una excelsa Clara Musach; mientras que Escolapis luchaba por acabar la Copa Colegial de la mejor manera dentro de lo que cabe. Las de Sarrià querían llevarse este cuarto. La primera tarea, que era subir el nivel defensivo, la habían cumplido. Ahora iban a por la segunda, la de ganar un cuarto, y de esta manera despedirse de la competición de una manera menos amarga. Pero tampoco lo conseguirían: Orois volvería a ser el martillo pilón de Escolapis, que acabaría perdiendo por 50 a 86. Y como decimos, acabarían perdiendo, pero no derrotadas: los gritos de “Escolapis OÉ” de sus amig@s de colegio las animaron e hicieron que la derrota no fuera tan desagradable. Así entonces, Sant Gervasi pasaba a la siguiente ronda con un cómputo global de +102 puntos a favor tras haber sido las reinas de Sarrià tanto en el partido de 1ª ronda contra Sagrat Cor Sarrià (+66) como en el día de hoy contra Escolapis (+36).

Alba Orois (Sant Gervasi Mollet) y Ángela Sanabria (Escolapis Sarrià) fueron elegidas MVP’s del encuentro.