Badalonès estará en la gran final tras imponerse por la mínima a La Llauna en el derbi de Badalona. El trabajo en la pintura, en especial de Maronka, clave para el triunfo

Lleno absoluto digno de una semifinal. El pabellón de La Plana de Badalona, que ya acogió las semis el pasado año, era el encargado de albergar a cerca de medio millar de aficionados al baloncesto, la mayoría de ellos fieles seguidores de La Llauna y de Badalonès. Ambas escuelas se disponían a luchar por un puesto de la final en el que era el antepenúltimo partido masculino de la presente edición de la Copa Colegial. Ante la atenta mirada de Badalona TV y de los compañeros de Saque De Banda, el derbi estaba servido.

Vinicius y Zsombor Maronka, los dos gigantes de Badalonès, hacían un saludo especial antes de entrar en pista, como solemos ver entre Neymar y Mbappé en el PSG. Una vez ya en el partido, ellos dos mostraban una especial sintonía en la cancha. Vinicius resolvía ataques con pases milimétricos de punta a punta y le sobraba tiempo para colocarle un inmenso pincho a Carlos Montero. Rápidamente, el mismo Vinicius ponía por delante a Badalonès, pero ahora sí, Carlos Montero replicaba con un triple maravilloso. El duelo de estrellas estaba siendo antológico, y de momento Vinicius estaba ganando la partida. Y de largo… Un nuevo 2+1 de “Supermán Vinicius”, acompañado de un triplazo esquinado de su compañero de baile Maronka, desdibujaba los planes de La Llauna y lanzaba a Badalonès en el tanteo inicial (10-3, min 5). Tras un tiempo muerto, intercambio de canastas con viento a favor para La Llauna, que reducía distancias para irse al descanso de entre cuartos cinco abajo (12-7).

El derbi de Badalona no estaba defraudando y los espectadores lo agradecían. Cada vez eran más los allegados que se iban acercando y, desde luego, no cabía ni un alfiler en unas gradas abarrotadas a más no poder. Los tiros libres estaban siendo el garbanzo negro en ambas escuadras y el acierto desde la línea de tres tampoco ayudaba a engrasar el luminoso a base de puntos. Pero para eso, el remedio perfecto era Daniel Llibre, que con un tiro de tres frontal ponía la quinta marcha y La Llauna se volvía a acercar a tan solo un punto (15-14, min 10). Luego, nuevo canjeo de triples entre Maronka y Aleix Haro, el cual este último, dedicaba un triple a la grada señalándose el bigote y provocaba el primer sorpasso en el electrónico (18-19). Los Dimonis de Badalonès habían perdido fuelle, pero rápidamente lo recuperarían con un triple tapón comandado por las dos torres –Vinicius y Maronka-, que provocaban los “ooooh’s” de la grada. La Llauna cada vez estaba disfrutando más de su juego y eso se notaba en sus caras, en sus movimientos, en sus gestos… Un triple de Vinicius no les chafaba el ánimo a los jugadores dirigidos por Àlex Arregui y Montero y Vidal comandaban un nuevo parcial para dar carpetazo al cuarto con muy buenas sensaciones. Un gancho prodigioso de Daniel Guerrero sobre la mismísima bocina colocaba el 24 a 29.

La Llauna salía beneficiado de los tiros libres BIE tras su pleno de aciertos, pero rápidamente Badalonès ponía toda la carne en el asador para que La Llauna no se distanciase en exceso. Y l conseguía, al menos momentáneamente, gracias a Alexandre Escorihuela, un alero como la copa de un pino que demostraba su valía en quilates con un prestigioso 2+1 para igualar el tanteo a 32. Posteriormente, los Dimonis subían revoluciones y lograban ponerse nuevamente por delante (34-32, min 20). La Llauna estaba apostando excesivamente por el triple y Badalonès no tenía inconveniente alguno, pues se aseguraban la mayoría de rebotes gracias a los centímetros de más de sus pívots, los cuales seguían manteniéndose en pista con el paso de los minutos sin mediar descanso alguno. Con esta ventaja en las capturas, Badalonès exprimía sus opciones en defensa, pero no dejaba de depender del acierto exterior de los de La Llauna, que era bastante fluctuante. Con 40 a 41 para “los hombres de negro”, el último cuarto resultaría decisivo. Todo abierto en el que previsiblemente serían los 8 minutos más intensos de la competición.

Escorihuela y Montero comandaban a sus equipos en los primeros instantes del último cuarto hasta que un mate de Vinicius volvía a calentar el partido nuevamente. Un excelso smash que caldeaba el ambiente y descongelaba los ánimos del público, que sorprendentemente hasta el momento se había mostrado más bien callado. Badalonès parecía que tenía clara su baza: apostar cada ataque a sus jugadores interiores y sumar puntos a cascoporro desde dentro del semicírculo de la pintura. Y en esto el rey, el zar, el emperador y el mandamás es Don Vinicius Lucio da Silva I de las pinturas. La tendencia estaba siendo clara hasta el momento: balones dentro y poco más. Pero cuando menos se lo esperaban los jugadores de La Llauna, un descontrolado Escorihuela enchufaba tres puntos desde el perímetro mandando callar a su defensor Montero y dejaba grogui a los de negro con un más que claro, pero no definitivo, 55 a 47 (min 29). Haro lo intentaba con una bandeja y Montero recobraba las esperanzas con un triple (55-52), con lo que el míster Xavi Riera se veía obligado a pedir un timeout para no echar al traste el trabajo hecho hasta ahora. A la vuelta, un canastón desde la línea de tres de MVP Maronka sentenciaba la semifinal. Cincuenta y nueve a cincuenta y cuatro y Badalonès, a la gran final. Ahora, a esperar rival: o European School o Costa Llobera.

Zsombor Maronka (Badalonès) y Carlos Montero (La Llauna) fueron elegidos MVP’s del partido.