La Llauna se gusta y bate con claridad a Sant Ignasi batiendo el récord de la competición (16 triples). Carlos Montero, pura munición desde la línea de tres.

Las escuelas Sant Ignasi y La Llauna estrenaban la jornada de jueves en la Copa Colegial y lo hacían en el pabellón de la inmensa escuela de Sant Ignasi. Hasta un cuarto de hora para cruzar de punta a punta la escuela tardaban los jugadores de La Llauna, que en las vísperas del partido, se conjuraban para dar el golpe ante una de las escuadras –la del Sant Ignasi- que mejor sabor de boca dejó en los choques de primera ronda.

La Llauna comenzaba fuerte en los primeros compases, especialmente gracias a un inspirado Pol Torra, que se lucía desde la línea de tres y exhibía músculo desde la pintura mediante el rebote ofensivo. En tan solo dos minutos, los jugadores visitantes ya habían cazado al vuelo cuatro capturas en ataque y, gracias a esto, se mostraban solventes en el tanteo inicial (2-12, min 3). La precisión desde la línea de 6’75 estaba blindando constantemente la ventaja de La Llauna sobre Sant Ignasi, que de momento no parecía ser el de primera ronda. Ni Lluís Tranchs ni Guillem Torrent estaban siendo aquellos jugadores que se impusieron a Ágora en el partido inaugural. Un tremendo triple de Daniel Llibre (La Llauna) hurgaba en la herida local, que cada vez era más amplia (6-17).

Los anfitriones no reaccionaban y solo un triple para posterior caño de Torrent salvaba de algo peor a Sant Ignasi en el marcador. Un Sant Ignasi que no lograba entrar en el cotarro: La Llauna, desde la defensa, le estaba ganando la partida. Al final del primer cuarto, 11 a 19 para los campeones de 2017.

Torrent, el jugador decisivo del primer match, parecía que cogía las riendas de los suyos en los prolegómenos del segundo acto. Sant Ignasi volvía al partido y evitaba que las diferencias en el luminoso sobrepasaran la decena de puntos. Aun así, un fantástico Carlos Montero se mostraba infalible desde el triple e intentaba frenar la reacción local. Pero a todo eso, Guillem Torrent seguía haciendo de las suyas y repartiendo clase entre sus compañeros: pases imposibles, canastas inverosímiles y una visión de juego de lince llevaban en volandas a los de Sarrià en este inicio de remontada.

Un comienzo de remontada que, sin embargo, se quedaría en un simple amago, al menos para esta primera parte. De nuevo un eléctrico Montero se salía desde su lugar predilecto: la línea de tres y volvía a afianzar a La Llauna en el luminoso (26-36, min 14). Pero no solo era un Montero el que tiraba del carro… ¡sino dos! Su hermano Iker también se lo pasaba en grande encestando y su canasta derivaba en un tiempo muerto del míster de Sant Ignasi Abert Román, que viendo la máxima diferencia en el global, solicitaba un timeout muy breve antes de irse al descanso con 26-42 abajo.

La segunda parte empezaba con malas noticias para Sant Ignasi. Carlos Montero seguía dando tute y todo parecía indicar que los locales tendrían pesadillas con el nº7 de La Llauna. Los locales no lograban la deseada remontada y un rush de los hermanos Guerrero lanzaba a La Llauna por enésima vez, ahora ya veinte arriba.

El entrenador local, nervioso por el resultado y porque no tenía efectivos en el banquillo (solo habían venido seis jugadores), era avisado por los árbitros de recibir una técnica a la próxima queja. Advertencia que Román se tomó con deportividad y, acto seguido, decidió pedir un nuevo tiempo muerto para arengar a sus jugadores y animarlos para que no desistieran aunque el partido estuviera, visto lo visto, finiquitado. A la vuelta, los de blanco se emplearon más a fondo en defensa y fueron más cuidadosos en el pase, destacando especialmente Joan Pujadas y Pablo Naval, que marcaban el ritmo del equipo antes de irse al receso entre cuartos con un claro 37-69.

“Va Sant Ignasi, no bajéis los brazos”, jaleaban algunos familiares de los jugadores desde la grada. Ánimos que les llegaban, y con fuerza, a los de Sant Ignasi, pero que sin embargo no se traducían en mejores defensas ni tampoco en mejores ataques. Pero no todo era culpa del desacierto de Sant Ignasi en el match, sino del encomiable trabajo en equipo de La Llauna que, con unos inspiradísimos líderes Montero y Torra, comandaban un resultado atípico en segundas rondas (41-78, min 28).

Al final, parcial express de La Llauna de 3 a 17, para acabar el cuarto con un récord histórico de puntuación… 36 puntos y ¡8 triples! en tan solo ocho minutos. Una auténtica barbaridad al alcance de muy pocos. La Llauna estaba de fiesta y celebraba su clasificación para cuartos con mucho champán; mientras que Sant Ignasi se quedaba con las ganas, pero sabiendo que el año que viene volverían a lucharlo.

Guillem Torrent (Sant Ignasi) y Carlos Montero (La Llauna) fueron elegidos MVP’s del partido.