Un fantástico primer cuarto le sirve a Sant Gabriel para imponerse, no sin dificultades, a un Avenç de menos a más.

Los chicos de Sant Gabriel volvían a intentarlo un año más en la Copa Colegial. Después de la eperiencia de 2018 en cuartos, donde perdieron contra ala postre los campeones, los de Sant Adrià sabían hoy que no podía fiarse ni un pelo de su rival, el Avenç.

Mientras las gradas se iban llenando de jóvenes alumnos aficionados al baloncesto, Jordi Jarque, Xavier Vergel y Alejandro Aguado eran los encargados de romper el hielo en el marcador. Con canastas cómodas, incluido un fácil triple del propio Jarque, Sant Gabriel se ponía rápidamente por delante en el tanteo con un demoledor parcial de 11 a 2 en tan solo dos minutos y medio. Solo Pau Sala ofrecía resistencia  ante las acometidas locales, que seguían masticando el balón moviéndolo de banda a banda y jugando con la misma inteligencia con la que afrontaron los inicios de la Copa Colegial 2018. Avenç se sentía incómodo en pista y no reaccionaba de su fatal inicio. Tres triples prácticamente consecutivos de Vergel disparaban el resultado a un claro y contundente 22 a 7. La eficacia en el tiro, especialmente desde la línea de 6’75, estaba desgarrando a los jugadores de Avenç, que no conseguían levantar cabeza más allá de un par de arreones de Jan Parras y de Pau Sala. Avenç, eso sí, había vuelto con más ritmo tras el timeout de su entrenador, y eso se notaba en las piernas de sus jugadores: más movilidad y un plus de agilidad. Una agilidad que, precisamente, demostró Eduard Calpe con una bombita “lo Navarro” sobre la bocina final del segundo cuarto para zanjar los ocho primeros minutos con 24 a 16 en contra en el luminoso.

Los olés resonaban en la cancha de Sant Gabriel nada más dar inicio el segundo periodo. Los dos tiros libres encestados del joven y debutante Marc Quiñones hacían vibrar a la grada local, que se lo estaba pasando en grande viendo ganar a su equipo. Avenç, por eso, ya no era el fantasma pululante de los primeros minutos: sus jugadores habían reaccionado y cada vez estaban más cerca en el marcador. Calpe, Moragas y Sala estaban liderando la reacción visitante y hacían que Sant Gabriel tuviera que seguir madurando el partido si quería evitar sorpresas. Con 28 a 24, y tras un gorrazo de Moragas a un jugador local, en el marcador (min. 13), los nervios empezaban a palparse entre los supporters de Sant Gabriel, más conocidos como “Chavaliers”. Este grupo de animación fue precisamente una de las claves la temporada pasada para entender los éxitos de Sant Gabriel en las dos primeras rondas, donde llegó a ganar un partido por 81 puntos. Este año, no estaban tan animados. De vuelta al partido, una canasta del jugador más alto de Avenç, Gerard Castells, dejaba el electrónico en 38 a 30 en las vísperas de la segunda parte. Avenç había reaccionado.

Alejandro Aguado, el jugador que el año pasado brilló junto a Arnau Parrado en la Copa Colegial, era el encargado de lanzar los BIE para Sant Gabriel. Aguado estaba hoy jugando por debajo de las expectativas, pero sus compañeros le estaban supliendo a las mil maravillas. Aún así, el jugador referencia por antonomasia de Sant Gabriel, siempre tiene destellos que demuestran su gran valía como jugador: una asistencia marca de la casa a su compañero Ismael Guerrero lanzaba de nuevo a los de azul, que ya rozaban la media centena de puntos (47-36, min 18). Un nuevo encesto de Jarque, tras una sencilla bandeja, volví a encender la mecha en la grada, que liderada por los “Chavaliers”, entonaba el mítico cántico de “Un dia de partit, al SantGa vaig anar… Em vaig posar la blava i em vaig enamorar” (traducida: “Un día de partido, al SantGa yo fui… Me puse la azul y me enamoré”). Confiado por los ánimos de sus compañeros de colegio en la grada, Barbecho dominaba las alturas y aprovechaba para seguir progresando en el partido. Moragas, no obstante, no le daba ni agua a Sant Gabriel: un triple suyo recortaba diferencias y el apretado marcador (52-45, min 22) empezaba a causar estragos en las filas locales. Estragos que, sin embargo y por suerte para Sant Gabriel, no se traducían en el campo, ya que un impecable Eduard Valencia se encargaba de ahuyentar fantasmas desde la línea de tiro libre y seguir practicando “la técnica del chicle” en el tanteo para dejarlo todo abierto de cara a los ocho minutos finales (58-50).

En el cuarto definitivo, todo abierto y los dos equipos con opciones reales de llevarse el partido y conseguir el ansiado billete para la siguiente fase. Sant Gabriel tenía en sus manos un importante colchón a su favor, con 8 puntos de ventaja, pero Avenç había impuesto y consolidado su eficaz sistema de juego en los dos últimos cuartos y cada vez estaba más cerca de los locales. Gerard Castells, de hecho, seguía piando puertas con un 2+1 tremendo y lograba acercar a su escuadra a tan solo seis puntos de Sant Gabriel. Castells, imperial en el rebote, estaba haciendo un pírrico ejercicio de superviviencia, aguantando ya más de 10 minutos en el parqué de Sant Adrià con cuatro personales a sus espaldas.

El partido se iba calentando por momentos y la grada estaba más efervescente que nunca. Cada acción acababa en un “ooooohhh” o en un “aaaayyyy”. Vergel, perro viejo, tenía la responsabilidad de parar los golpes de Avenç y, marcando la cabeza, lideró los últimos compases del partido junto a su compañero Aguado. Ambos, expertos en este tipo de situaciones, supieron tirar del carro y evitar la sorpresa solventando el choque con un marcador final de 75 a 67. Sant Gabriel avanza.

Gerard Castells (Avenç) y Xavier Vergel (Sant Gabriel) fueron elegidos los MVP’s del partido.